Saturday, January 23, 2010
EL ORÁCULO DE DELFOS: CONÓCETE A TÍ MISMO: HORA CERO
Hora cero.
Caida al fondo.
La tramoya ha muerto.
La función cerró su puerto.
'Solus Ipse'.
'Hic et nunc'.
Todo abierto.
La soledad alzo sus vuelos.
Ahora,
sin una teja sobre la cabeza,
sin suelo.
A la interperie.
Tan sólo el profundo buceo.
Circunspectos marineros
en el mar infinito
que no contesta a nuestros ruegos.
Dejamos el barco navegar
disuelto ya el palio
de protecciones y apegos.
Libres y junto al abismo,
sentimos vacíos de vértigos:
nada ni nadie
nos educó para éste encuentro:
el conocernos a nosotros mismos:
Oraculo de Delfos:
que Miedo,
que Sobresaltos al vernos,
contínua recapitulación de todos los cerebros
que llevamos dentro,
al hundírnos en nuestros tuétanos,
sin trampas ni trámites,
sin coartadas,
sin mascaras,
sin pretextos,
desnudos de cuerpo entero,
vacíos de maquillajes
de actores y actrices
del 'teatrum mundi' siempre enhiesto.
¿Qué queda ahora
en nuestras alforjas de camineros?
¿Qué nos queda ahora
cuando, sin escudos de creencias,
de esperas,
de sentimientos,
de argumentos,
nos damos de cara con nosotros mismos,
salidos ya del circo
donde, amaestrados,
ejecutamos nuestro número
de `piruetas y trapecios?
¿Qué nos queda ahora,
cuando, 'hit et nunc',
en la Hora Cero,
paseamos afuera del reloj
y del tiempo y del escaparate
dónde, como maniquíes,
asistimos impávidos a nuestro propio entierro?
¿Qué nos queda ahora,
cuando, cortadas las amarras
de las necesidades,
de nuestros semejantes,
de nuestras emociones y afectos,
nos enfrentamos a nosotros mismos
y sentimos que lo que somos
de lo que creemos ser está tan lejos?
Caida al fondo.
La tramoya ha muerto.
La función cerró su puerto.
'Solus Ipse'.
'Hic et nunc'.
Todo abierto.
La soledad alzo sus vuelos.
Ahora,
sin una teja sobre la cabeza,
sin suelo.
A la interperie.
Tan sólo el profundo buceo.
Circunspectos marineros
en el mar infinito
que no contesta a nuestros ruegos.
Dejamos el barco navegar
disuelto ya el palio
de protecciones y apegos.
Libres y junto al abismo,
sentimos vacíos de vértigos:
nada ni nadie
nos educó para éste encuentro:
el conocernos a nosotros mismos:
Oraculo de Delfos:
que Miedo,
que Sobresaltos al vernos,
contínua recapitulación de todos los cerebros
que llevamos dentro,
al hundírnos en nuestros tuétanos,
sin trampas ni trámites,
sin coartadas,
sin mascaras,
sin pretextos,
desnudos de cuerpo entero,
vacíos de maquillajes
de actores y actrices
del 'teatrum mundi' siempre enhiesto.
¿Qué queda ahora
en nuestras alforjas de camineros?
¿Qué nos queda ahora
cuando, sin escudos de creencias,
de esperas,
de sentimientos,
de argumentos,
nos damos de cara con nosotros mismos,
salidos ya del circo
donde, amaestrados,
ejecutamos nuestro número
de `piruetas y trapecios?
¿Qué nos queda ahora,
cuando, 'hit et nunc',
en la Hora Cero,
paseamos afuera del reloj
y del tiempo y del escaparate
dónde, como maniquíes,
asistimos impávidos a nuestro propio entierro?
¿Qué nos queda ahora,
cuando, cortadas las amarras
de las necesidades,
de nuestros semejantes,
de nuestras emociones y afectos,
nos enfrentamos a nosotros mismos
y sentimos que lo que somos
de lo que creemos ser está tan lejos?
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