Vargas Llosa: “A Fidel Castro no lo absolverá la historia”
En su novela "La ciudad y los perros", Vargas Llosa se debió incluir entre éstos últimos con los cúales tiene mucho en común, asi le hubiéramos puesto un bozal para que no mordiera de ésta forma tan infestada de malignos virus como hacen los perros rabiosos cuándo alguíen los trata de tocar.
Pero el hombre no quiso quedarse con su tribu canina a la que pertenece, y, en su lugar, se decidió por la ciudad dónde escribe y lleva una vida a cuerpo de rey, noble y nobel de literatura, dolce vita y grandeza crepuscular, ganando muy buenos dineros por ladrar.
De ésta manera nos ha sido imposible ponerle el tal bozal, y el hombre, rabiosamente, sigue mordiendo aquí y allá en un sociedad que le aplaude y que también, naturalmente, tiene esa misma rabia, que, parece ser, es ya pandémica
en la civilización occidental.
Asi ha podido en la ciudad continuar ladrando con toda libertad y meándose en los árboles de su parque preferido levantando la correspondiente pata que no quiere mojar, que para eso vive en el "free world" sacramental dónde se sabe muy bien,
de primera mano, que "A Fidel Castro la historia no lo absolverá"...precisamente porque son ellos mismos, los perros del lugar, los que para ello tienen formado el tribunal ex professo para éstos casos juzgar.
Y se ha quedado tan tranquilo después de ladrar, que hasta él mismo, y los perros que lo han oído, se han ido al bar a celebrarlo convencidos de que se ha ladrado la verdad.
Hasta a la compañía Purina ha llegado el tan bien entonado ladrido, la cúal ha decidido, según nos han dicho, entregarle un Nobel canino por su noble lealtad a la causa de los perros domesticados, previo vacunamiento contra la rabia por si acaso le pudiera regresar, y asi premiarlo por haber dejado su antigua jauría e irse a vivir a la ciudad.
El premio del Nobel canino se lo entregará Purina en el domicilio social del periódico El País dónde, para celebrar la entrega, habrá un concurso importante de ladridos para ver que can es el que logra la nota más alta y concluyente del festival para asi volver a publicar en el periódico algo que debe quedar muy claro en la conciencia general de que a Fidel Castro, a los dictadores, la historia nunca lo absolverá.
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