"Ignota, nulla curatio morbi",
'Es imposible curar una enfermedad
que no se conoce'.
Si. Es verdad. Porque:
"Bona diagnosis, bona curatio",
‘Buen diagnóstico, buena curación’,
para curarse es necesario saber de qué se está enfermo.
Apoyamos la Digna labor de "Señales de los Tiempos".
Pero creo que se tendría que enfatizar
ciertas sutilezas implícitas
para poder tomar exacta conciencia
de estos tiempos tan entrampados dónde vivimos
donde el tratar de acoplar las ambivalencias personales
a las omnipresentes contradicciones capitalistas
bajo las que vivimos crea tantas neurosis y tantos conflictos.
Empecemos diciendo
que los que, verdaderamente, conocen la 'enfermedad'
y tienen realmente los medios para combatirla
son los "cultos médicos" que se benefican de ella,
los que basan su dominio y sus fortunas
en la existencia de ella;
y la trágica paradoja radica
en que son esos mismos 'médicos'
a los que tenemos que pagar
cuando vamos a visitarlos con esa 'enfermedad'.
Por lo tanto,
no es cuestión de "conocer la enfermedad",
es cuestión de crear
(en lucha sin cuartel contra esa 'clase médica')
un sistema nuevo profiláctico-revolucionario
en el que se le pague a esos 'cultos médicos'
tan sólo cuando estemos sanos,
asi quedarían obligados
a defender sus intereses
cuídando siempre por la salud social de todos.
De lo contrario nunca nos curaremos
porque es, precisamente,
el buen funcionamiento de la "enfermedad",
de 'per se',
lo que hace posible el mantener engrasados
los engranajes de la Dictadura
del Negocio de esos 'médicos'.
Ahora entendemos el por qué
el hecho de 'dar a conocer esa enfermedad',
el hecho de usar esa decorativa 'libertad'
que los 'médicos' nos dán
para que la conozcamos y la publiquemos,
en esencia,
sólo los beneficia a ellos
porque son los únicos que cobran y ganan
'cuando estamos enfermos' y tenemos que ir a visitarlos.
Y es entonces, cuando, queriéndolo o no,
le hacemos el juego a éste sistema de 'cultos médicos'
mediante el uso de esa misma 'libertad' de cartón
(¡con la que creemos que vamos en contra de ellos!)
que nos otorgan para publicar
todas las "Señales de los Tiempos"
y todos los "Tiempos de Señales",
sin los cuales,
ni podrían tener la coartada de su "democracia"
ni podrían cobrarnos y ganar cuántiosas sumas
con todas nuestras "enfermedades".
Es, transbordando a nuestro caso
la famosa dialéctica de Hegel del "amo y el esclavo",
que en ésta ecuación del "medico y el paciente",
éste último es necesario para la existencia del primero,
la 'enfermedad' es el 'reason d'être'
para la supervivencia del galeno.
Por eso no 'curaremos nuestra enfermedad'
sólo con conocíendola,
denuncíandola o exponíendola 'digitalmente'
a través de los medios que tan 'generosamente' nos ofrecen,
sino que la curaremos derrocando la estructura médica
(que vive lujosamente de ella)
y sustituyéndola por un racional sistema
higienico dónde los 'nuevos médicos'
sólo puedan aprovecharse de nosotros cuando estemos sanos
y no cuando estemos enfermos.
Es, simplemente, la necesaria revolución,
con la que, "mutatis mutandi",
podamos llegar algun día a montar
unas señales, que, al igual que las que regulan
el tráfico de vehículos en las carreteras,
sean respetadas y sirvan, con igualdad,
para los intereses de todos
y no para que los coches de lujos
se salten la luz roja cuando les de la gana.
Y no somos ingenuos:
ésto no quiere decir que se destierre la 'enfermedad',
porque la contradicción es endógena al hombre,
pero por lo menos sacaremos de en medio
a una sociedad basada en la explotacion del hombre por el hombre que, en lugar de domeñarla,
la estimula y la alimenta al usufructuarla,
y, por lo tanto, la perpetua en lugar de curarla.
Porque estamos en un Contrato Social
de un nuevo Rousseau en el que se nos dice:
"Miren: yo seguieré explotando,
saqueando, derrocando, invadiendo,
matando, mintiendo, pero, ahora bien:
os concedo el derecho de denunciarme
si asi lo deseais,
porque ésta es la única manera que tengo
de probrar que vivimos en un 'mundo libre'
...'libertad', que, subsecuentemente,
me hace falta para seguir haciendo lo que hago".
Este es el Contrato que hemos firmado:
la manera funcional en la que,
queriendolo o no,
le hacemos el juego a este sistema
que, para la 'salud de su enfermedad',
digiere y excrementa, sin perjuicio ninguno,
todo lo que le echamos.
Si, es imposible curar una enfermedad que no se conoce,
"Ignota, nulla curatio morbi",
pero la que nos aflije hoy en dia la conocemos muy bien
...el unico obstaculo son los 'cultos medicos'
que se benefician de ella.