SOBRE LOS DOS DOS ÚLTIMOS 'POSTS' "ANTICLERICALES"

Las dos últimas paridas ('posts' lo llaman en lengua imperial): datos, records históricos, documentos, declaraciones legales, testimonios de abogados, y términos acuñados por los mismos cardenales de 'manchar el cuadro', son para reflexionar y percatarse de en que sociedad vivimos y sobre que mortal falsedad y estafa se montan y fabrican las tramoyas y escaparetes de ésta Colosal Maquinaria Propagandística que cubre cada vez más éste descompuesto carnival.

Los aspectos mas impresionantes del dictum contra Jorge Bergoglio es como éste denunciaba a la Junta Militar a los mismos que acudían a él en busca de ayuda, como defendió y arropó desde su poder a los capellanes militares que, no solamente bendecían las torturas y los asesinatos que presenciaban, sino que en muchos casos participaban en ellos, y en cómo  el Arzobispado de Buenos Aires tenía organizada la red de distribución de niños robados mientras, ante la demanda de las Madres de la Plaza de Mayo de obtener del clero datos  sobre los ñiños desaparecidos, las auoridades católicas fingian no saber nada...(¡)
Y de aquí saldría el nuevo papa...(¡)

El Vaticano se parece a Israel en una cosa esencial: tienen los dos los mismos términos estratégicos para anular la crítica objetiva rival:
--el primero, cuándo se ve desenmascarado, acusa su desenmascaramiento de "anticlerical";
--el segundo, cuándo se ve señalado por sus múltiples crimenes contra el pueblo palestino, salta siempre con lo de "antisemita".
--como decía Michel Foucault: "el pertinente uso del discurso, de las palabras, es lo que le facilita a la clase social en el poder una de sus más poderosas armas"

Y, lo peor, aunque parezca mentira, los términos de marras siguen funcionando, tan grande es la cuña del lavado de coco que hacen a diario. Pero a pesar de éste  aparente éxito, claro, los Hechos siguen mandando.

Con respecto a la pedofília se me ocurre una cosa: pensemos que hubiéra pasado si los clericos musulmanes, por ejemplo, hubiésen  violado a miles y miles de niños ("manchar el cuadro", como dijo su eminencia Angelo Sodano) y estuvieran en los tribunales de justicia del mundo entero acusados en tal grado que hasta la ONU los hubiéra denunciado. ¿Que hubiése pasado? Que todo la estructura islámica se hubiéra desfondado, pero como ocurrió y ocurre en la $anta $ede  del Estado de Vaticano todo sigue en la normalidad como si nada hubiéra pasado. Increíble

O, tomando el otro caso de don Bergoglio, ¿que hubiéra ocurrido si un líder espiritual del orbe hubiése alcanzado el estrellato de Francisco habiéndo estado tan salpicado de sangre por su neta y documentada complicidad en tantos crimenes y horrores como sufrió el pueblo argentino?
Muy grave. Muy significativo.

Pero, por un lado,
todo ello ha ocurrido y ocurre

en el seno y braguetas

de los pedófilos de turno

 y sólo ha sido "una mancha en un cuadro" ;

"¡No manches!",
 (como dirían los mexicanos)

Y, por otro lado,
todo pasó y pasa
en el seno de la más abyecta conchabanza
de bendecir, aprobar y participar
en los crimenes de lesa humanidad
de la Católica Junta Militar
...otra "mancha en otro cuadro"
Total: cuadros manchados, nada más

Pero el profundo aspecto del asunto
transciende la ubicación local de países y lugares
para interpolarse en la inmanencia
de un modus operandi global
que viene evidenciado
desde antiguas épocas históricas
y que en la modernidad se ha manifestado
en el concubinato del Vaticano
con bandidos de la talla
de Franco, Hitler, Musolini,
Somoza, Rios Montt, Videla,
y tantísimos otros que sirvieron
muy bien sus intereses terraqueos,
y, por contrapartida,
todos aquellos que cayeron asesinados
por ponerse junto al genuíno evangelio cristiano
como el Arzobispo Romero.

Y lo asombroso es que ahí estan:
enhiestos y lozanos,
poniéndo de rodillas a centenas de millones,
 invocando, en blasfemia imperdonable,
 el nombre de Cristo...
como si no existieran los records históricos,
como si la história, como decía James Joyce,
fuese tan sólo "un relato contado por un idiota".
A veces pensamos,
en vista de la nula influencia
de la história sobre las gentes,
que es verdad.