Al entrar el día nos decimos, buenos días
Al entrar la noche, buenas noches.
Siempre con el furtivo afan
de espantar todo lo malo
que pudiéra estar acechandonos.
Muchísimos peligros y ansiedades hemos tenido
que cruzar en nuestro pasado filogenético
para que ésta insistencia rutinaria en desearnos
que los días y las noches sean buenos
se haya grabado tan intensamente
en la evolución de nuestro comportamiento.
(Mas que el disfrute del momento
es la preocupación de perderlo
lo que presiente nuestro aliento)
Bueno, pués, Buenos Días.
Hoy he querido ir a España.
¿Cómo hacerlo?
No tengo alas
ni puedo viajar a la velocidad de la luz.
No hay otra: tve, t ele v isión e spañola.
Y abro el cacharro.
Y veo gentes con las bocas tapadas
menos uno que es el que habla
en protesta por la falta de transporte
en una escuela.
Una médica hablando del Viagra en crema
que ya está en el mercado y los riesgos
de tal Via para endurecer el miembro
con el que tanto estamos preocupados
(Las mujeres tienen otras preocupaciones
que se escapan a éste tratado)
Una tal Isabel que nos habla
de cómo le ha afectado su embarazo,
si con barriga plana, hinchada,
o de costado.
Un tal Sergio y su cocina preparando lubinas.
Y ahora un programa que se llama Saber y Ganar
dónde se pregunta: ¿cuántos músicos formaban parte de los Brincos?
Quito el sonido.
Y con las imagines
en mutatis mutandi escribo.
De pronto veo que las estampas han cambiado
de programa y abro el sonido.
Y conozco el nombre de la Isabel que antes ví.
Se llama Isabel Pantoja que ahora dice
que ha tenido una preciosa niña.
Después, la presentadora del programa,
"Bombín en mano, empezamos",
anuncia como si tocara el cielo con las manos,
que a Gloria Camila,
la hija de Rocío Jurado,
le han entregado El Bombón de San Isidro,
y la vemos dándo las gracias por tal galardón.
Corto el sonido y continuo escribiendo.
...Un momento, voy a ver de que hablan ahora...
sobre el acontecimiento deportivo del año
en Lisboa entre el Atlético de Madrid
y el Real Madrid. Estadios y multitudes
nos enseñan las imagenes a digerir.
¿Es esa la España que yo quería ver y oír?
¿De quiénes es ésta España que presenta tve?
No sé...
¿Me habré equivocado de canal?
¿Es ésto lo que realmente quieren las gentes
o las gentes sólo quieren comer lo que le den?
Y, sobre todo, ¿quién es el dueño de tve?
(Por sus dueños los conocereís)
La televisión es hoy lo que une y ata,
lo que marca la história que se nos desgrana,
el gran cacharro inequívoco que dicta,
sube y baja nuestras persianas,
el dios todopoderoso que,
con sus leyes y mandamientos,
nos ordena quién se condena
y quien se salva;
es una nueva teogonia que interpreta,
por decreto, lo que hay que creer y descreer,
con lo que hay que distraerse y entre-tenerse,
mire usted.
Or take it or leave it,
O lo toma o lo deja
Lo tomo (que remedio)
Ea, pués cállese la boca y no moleste más.
Este es el resultado
La sentencia a tragar.
¿Después de tres millones de años
de evolución natural?
El entreteni-miento es la palabra clave.
El hombre lo que quiere es estar entre-tenido
y tenido-entre...los demás.
Mentir y tener,
verbos de la conjugación global.
Y no será muy inteligente,
pero es muy cómodo, la verdad;
el mono-vestido lo que quiere es comodidad
en cómodas comodas que no le hagan pensar
(No son tanto las ideologias políticas
como la antropología que le faltó a Marx)
Si no no fuese así la televisión
no tuviése tanto éxito, majestad.
Si
Es verdad
Pero sobre ésta verdad
también se miente mucho,
claro está.
Porque hay mentiras
sobre las que se dice mucha verdad
y verdades sobre las que se miente
una barbaridad.
Y de ésta manera, ¿como todos vemos?,
se ha descompuesto totalmente
el genuíno sentido de la realidad,
quiénes somos,
dónde estamos,
adónde vamos,
y qué carajo hace ésta clase de televisión,
en cualquier lugar,
conduciéndo nuestra vidas
como un director de orquesta
que cada día desafina más y más.
¿Cómo se puede explicar?
Pero no importa.
No importa porque el sentido,
'de profundis', ya no importa más.
Lo esencial es el estar distraídos y no pensar,
o, si lo hacemos --que no nos podemos escapar--
que se la trivia, la ausencia,
la psicopatología de la normalidad,
la banalidad, esa constante cosmológica
de nuestra personalidad que acarrea
en sus alforjas la humanidad
¿Condicionamiento político-social?
Si, desde luego, mucho de ello habrá,
pero no olvidemos un factor fundamental:
ese depósito vacío con el que llegamos al nacer
--arribamos siendo 'homo' no 'sapiens'--
que de cualquier forma se puede llenar,
pero que en todas ellas reina una diosa
que no podemos desterrar: la comodidad,
como decimos, esa comoda, ese mueble
con el que siempre terminamos amueblando
la casa de nuestra capacidad intelectual,
y es aqui dónde entra la televisión
con su decorador especializado
en entre-tenernos y flotar,
ingrávidos, sin soportar nuestro peso,
porque cada vez pesamos más.
Aquella tremenda frase de Cristo:
"Las aves del cielo tienen sus nidos
y las alimañas sus guaridas,
pero el Hijo del hombre
no tiene donde apoyar su cabeza"
...fue verdad hasta que llegó la televisión:
ahora la apoya en el cacharro de marras,
y de ahi su incuestionabilidad
y su general aceptación.
Porque a nadie se le ocurre asaltar
su Palacio de Invierno dónde vive el Zar
de ésta enorme y bien dirigida Alienación.
El mundo entero está convertido
en un omnipresente y omniscente
cacharro de televisión
que sirve para múltiples usos,
para innumerables arcoíris apagados
que crean la realidad que nos imponen
las Noticias de sus dueños, claro.
Dame la palanca de la televisión
y pararé el mundo,
dijo Arquímides
Y elmundoestaparado en ésta dirección
Ya no gira alrededor del Sol.
Es más: ya ni gira sobre sí mismo
Ya no hay traslación ni rotación.