(Sigo en pausa del estudio de la Biopatía del Cáncer que no es fácil porque es como asistir, testigo asombrado, a nuestro propio psicoanálisis sin estar uno presente en él; es darse cuenta del inmenso iceberg que nos posee y en cuya punta, el 'Yo', trata, inutilmente, enajenadamente, de aparentar que toda la masa de hielo es visible. Extraña criatura es la criatura humana)
Monday, April 7, 2014
EL PELIGRO DE PEDIR PERDÓN
(Sigo en pausa del estudio de la Biopatía del Cáncer que no es fácil porque es como asistir, testigo asombrado, a nuestro propio psicoanálisis sin estar uno presente en él; es darse cuenta del inmenso iceberg que nos posee y en cuya punta, el 'Yo', trata, inutilmente, enajenadamente, de aparentar que toda la masa de hielo es visible. Extraña criatura es la criatura humana)
Si.
Que extraños somos.
Aún no nos hemos dado cuenta
--es el tema--
de que es en el momento
que pedimos pedimos perdón,
y no antes,
cuándo nos convertimos en malos.
El pedir perdón nos delata.
En el negocio que tiene montado el Vaticano,
Catolicismo Inc. Co.
--está en la bolsa de Wall Street;
podemos invertir en él--,
es en el momento que confesar
nuestros pecados
cuándo nos convertimos en pecadores,
no antes.
...Y esto hace pensar.
Camus decía que comenzar a pensar
es comenzar a perturbarnos
“Beginning to think is beginning to be undermined. Society has but little connection with such beginnings. The worm is in man's heart. That is where it must be sought. One must follow and understand this fatal game that leads from lucidity in the face of existence to flight from light.”
Albert Camus
Entonces, creemos,
que, cuánto antes comencemos
a perturbarnos en éste sentido, mejor.
Porque "nadie duerme en la carreta
que lo lleva de la cárcel al patíbulo",
deciá Donne, vamos despiertos.
¿Cómo vamos a dormír en ésta situación?
(...Al menos que nos pongan
en la carreta, claro, una television)
Pero no perdamos el hilo.
¿Que pasaría si no tuviesemos
a nadie para pedirle perdón,
si no tuviesemos un confesor?
Sencillamente: ya no podriamos ser malos.
¿Podriamos vivir sin ser malos?
No lo sé.
No estoy seguro.
Es un tremendo problema ontológico,
epistemológico, óntico,
y de muchas mas ónticas y ópticas.
Porque, ni que decir tiene,
que, en el Universo,
el manubrio del maniqueismo bueno-malo
no existe en ningun lugar:
todo es una creacion nuestra,
unas vestimentas que nos hemos tenido
que coser, en emergencia existencial,
para poder vivir afuera de la Naturraleza
de dónde nos arrojaron.
La mejor forma de aprehenderlo es visualizando
la situación en donde, habiendo matado
a todos los humanos de la Tierra,
nos quedamos sólos en el planeta
sin nadie al que pedirle perdón,
sin un confesor al que desembucharle
nuestro pecado,
a solas con un Universo totalmente indiferente
a lo que hemos hecho.
¿Que pasaría entonces?
Pasaría que careceríamos
de la oportunidad de ser malos
porque no podríamos pedir perdón.
¿Nuestra propia conciencia?
No.
Esto no vale porque nuestra conciencia,
al ser producto de la estructura
del perdón y del confesor,
no puede ser objetiva
para poder racionalizar el asunto
de la forma debida.
¿Entónces?
¿Que ocurriría con ese solitario humanicida
que se ha quedado sin nadie
al que podirle perdón?
¿Sería malo?
¿O malo sólo nos hace la presencia
de los otros ante los cuales
tenemos que fabricar el perdón?
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