El Sol ha vuelto a salir puntualmente.
Es exaperante la rigurosidad y formalidad de ésta estrella.
Hoy me he levantado tratando de entender el contradictorio mundo humano al que a veces no le encuentro ni pies ni cabeza...ni extremedidades que pululan por esas extrañas aceras.
Y para ello he vuelto a Cristo al que una vez uno de sus discipulos le preguntó:
"Maestro, ¿por que les habla siempre en parabolas?"
Y el genio de Cristo le respondió:
"Porque, viendo, no ven; y, oyendo, no oyen ni entienden.
Y asi se cumple en ellos la profecía de Isaías que dice:
'Con vuestros oídos oíreis y no entendereís;
con vuestros ojos vereís y no conocereís.
Porque éste pueblo se ha vuelto lerdo de corazón;
y se ha taponado los oídos,
y se ha puesto un velo en sus ojos,
por miedo a ver con claridad
y oír distintamente,
por miedo a entenderlo como es debido' "
San Mateo 13, 11-19
"Por miedo a ver con claridad"
¿Estará aquí la clave
para entender a la Humanidad?
Es una pregunta, nada más.
Muchas veces la respuesta es otra pregunta
con la que poder contestar.
Claro, ni que decir tiene,
que ahora la cuestión sería el volver a preguntar:
¿De dónde nos viene ese miedo a ver con claridad?
¿Cómo la claridad puede producir miedo?
¿Qué nos hace ver esa claridad
para que nos asustemos con lo que vemos?
Entonces, obviamente, el problema es el hecho
de ver y oír y entender con claridad.
Por lo tanto no hay otro possible corolario que éste:
Es que realmente nos vemos,
nos oímos
y nos entendemos;
pero lo que vemos,
oímos
y entendemos sobre nosotros mismos
...no nos gusta nada.
Y de aqui lo del tapon en los oidos
y el velo en los ojos.
Asi,
la conclusión que sacamos del 'silogismo humano',
asentadas las pertinentes premisas para concretizarlo,
es la correcta...aúnque esos oídos tapados
y ojos vendados, digan:
"A dicto secundum quid ad dictum simpliciter
non valet consequentia".
Se lo perdonamos.
