La cavernaria caterva vaticanal, que sigue con el brazo en alto sin usar desodorante, permanece en silencio. Pero la pestilencia de sus axilas sigue presente y omniscente:
“Levantando nuestro corazón al Señor, agradecemos sinceramente, con V. E., deseada victoria católica de España. Hacemos votos porque este queridísimo país, alcanzada la paz, emprenda con nuevo vigor sus antiguas y cristianas tradiciones, que tan grande le hicieron. Con esos sentimientos efusivamente enviamos a V. E. y todo el noble pueblo español, nuestra apostólica bendición. PÍO PAPA XII."
A lo que el Sapo Iscariote le contestó:
“Inmensa emoción me ha producido paternal telegrama de Vuestra Santidad con motivo victoria total de nuestras armas, que en heroica Cruzada han luchado contra enemigos de la Religión, de la patria y de la civilización cristiana. El pueblo español, que tanto ha sufrido, eleva también, con Vuestra Santidad, su corazón al Señor, que le dispensó su gracia, y le pide protección para su gran obra del porvenir, y conmigo expresa a Vuestra Santidad inmensa gratitud por sus amorosas frases y por su apostólica bendición, que ha recibido con religioso fervor y con la mayor devoción hacia Vuestra beatitud. FRANCISCO FRANCO, Jefe del Estado
español”.
Ahora entendemos al prior.
Y al Diario de un Loco que alberga en su corazón,
yugo y flechas al por mayor.
En su cuento Diario de un Loco, Nikolai Gogol narró en forma de dietario el descenso a la locura de un funcionario de la administración zarista, Aksenti Ivanovich Poprischin, sobre el cual el autor ruso va relatando su vertiginosa caída en la locura.
Primero se ve en pequeñas cosas como fechas que no concuerdan, luego perros hablando y mandando correspondencia, hasta que pierde la cordura completamente, para, al final, terminar creyéndose el rey de España.
Nuestro prior ha profundizado aún más la teratología del Diario de un Loco apoderándose de un cadáver, una Abadía, un Valle de los Caídos y toda la Historia caída y oculta del país, para que el jefe de la deseada victoria católica de España no sea sacado de su lado. Mucho amor debe de haber aquí.
Y, al final, como en la obra de Gogol, ya se cree rey de España llevando la momia del $átrapa a cuestas como la carga mas preciosa de su vida. Y a nadie le abrirá la puerta de la abadía que quiera despojarle de su momia querida.
Es un marco esceneográfico de la Marca España que rompe todos los records en la psiquiatría y la patogénia contémporanea.
¿Y que diferencia hay entre el Diario de un Loco y el presente histórico español dónde el rey Borbón de turno,
hecho rey por Franco, también se cree rey y acarrea, defiende y protege, necrófilamente también, la misma momia que el prior?
NINGUNA.
La entera francocracia de España no es más que el Diario de muchos Locos, unos momias y otro priores, otros banqueros, políticos, obispos, voxeros, monaguillos, sacristanes y talabarteros, todos herederos del funcionamiento de la administración zarista-franquista, que, poco a poco --al igual que Ivanovich-- van cayendo en una supina demencia, desfasada de los tiempos modernos, que se va viéndo en pequeñas cosas como fechas que no concuerdan, perros hablando y mandando correspondencia...hasta que se pierde totalmente en la cordura mas dura, para, al final, terminar todos ellos creyéndose reyes y priores de abadías de las Santas Cruces que aún pueblan la geografia nacional de la eterna y deseada victoria católica España.
La salud mental de todo un país is at stake, está en peligro, si pronto no actúan al respecto las Autoridades Sanitarias para corregir éste Delirium Tremnens Histórico, DTH, algo insólito, sorprendente y enfermizo, en una sociedad del siglo XXI que sigue sin recuperar su sumergida Historia.