Cuando el presidente Reagan me nombró secretario adjunto del Tesoro para Política Económica, me dijo que teníamos que restaurar la economía de Estados Unidos, rescatarla de la estanflación, a fin de hacer sentir a la dirigencia soviética todo el peso de una economía poderosa para convencerla de que negociara el fin de la guerra fría. Reagan dijo que no había motivo para seguir viviendo bajo el peligro de una guerra nuclear.
Fue el propio vicepresidente y sucesor de Reagan, George Herbert Walker Bush, quien primero violó los acuerdos Reagan-Gorbachov al incorporar expartes constituyentes del imperio soviético a la OTAN y al llevar bases militares occidentales a la frontera rusa.
El proceso de rodear a Rusia de bases militares continuó constantemente durante otros gobiernos de EE.UU. y varias “revoluciones de color” fueron financiadas por la Fundación Nacional por la Democracia de EE.UU. (NED), considerada por muchos como un frente de la CIA.
Washington incluso trató de instalar un gobierno controlado por EE.UU. en Ucrania, y tuvo éxito al hacerlo en la antigua Georgia soviética, cuna de Joseph Stalin. El presidente de Georgia, un país ubicado entre el Mar Negro y el Mar Caspio, es un títere de Washington.
Recientemente anunció que se programa que la exGeorgia soviética se convierta en miembro de la OTAN en el 2014.
Los suficientemente mayores recordarán que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) era una alianza entre Europa Occidental y EE.UU. contra la amenaza de que el Ejército Rojo invadiera Europa Occidental.
El Atlántico Norte queda muy, muy lejos de los mares Negro y Caspio. ¿Cuál es el propósito de que Georgia sea miembro de la OTAN si no dar a Washington una base militar en un área vulnerable de Rusia?
La evidencia es simplemente abrumadora de que Washington —ambos partidos— apunta a Rusia y China. Por el momento no es claro si el propósito es destruir ambos países o simplemente hacer que no puedan oponerse a la hegemonía mundial de Washington. Sin tener en cuenta la intención, una guerra nuclear es el resultado más probable.
La prensa prostituida de EE.UU. pretende que un maligno Gobierno sirio asesina ciudadanos inocentes que solo quieren democracia y que si la ONU no interviene con medios militares, EE.UU. debe hacerlo para salvar los derechos humanos. Rusia y China son vilipendiadas por oponerse a cualquier pretexto para una invasión de Siria por la OTAN.
Los hechos, por supuesto, difieren de cómo los presentan los corruptos medios estadounidenses y miembros del gobierno de EE.UU. Los opositores sirios están bien armados con armas militares. Los opositores combaten al Ejército sirio. Los opositores masacran civiles e informan a sus meretrices en los medios de Occidente que el culpable fue el Gobierno sirio, y estos difunden la propaganda.
Alguien está armando a los “rebeldes” ya que obviamente las armas no pueden ser compradas en los mercados locales. La mayoría de la gente inteligente cree que las armas provienen de EE.UU. o de sus testaferros.
Por lo tanto, Washington ha iniciado una guerra civil en Siria, tal como lo hizo en Libia, pero esta vez los rusos y chinos han comprendido lo que se proponen y se han negado a permitir una resolución de la ONU como la que fue explotada por Occidente contra Gaddafi.
Para superar ese obstáculo, se saca a relucir un viejo caza Phantom de la era de la guerra de Vietnam en los años sesenta y Turquía lo hace volar dentro de Siria. Los sirios lo derriban, y entonces Turquía puede pedir ayuda a sus aliados de la OTAN contra Siria.
A falta de la opción de las Naciones Unidas, Washington puede invocar su obligación según el tratado de la OTAN, e ir a la guerra en defensa de un miembro de la OTAN contra la Siria demonizada.
La mentira neoconservadora tras las guerras de hegemonía de Washington es que EE.UU. lleva la democracia a los países invadidos y bombardeados.
Parafraseando a Mao, “la democracia brota del cañón de un fusil”. Sin embargo, la Primavera Árabe ha producido poca democracia, como en el caso de Iraq y Afganistán, dos países “liberados” por invasiones democráticas estadounidenses.
Lo que EE.UU. aporta son guerras civiles y el desmembramiento de países, como lo que el régimen del presidente William Clinton logró en la antigua Yugoslavia. Mientras más países pueden ser despedazados y disueltos en facciones rivales, más poderoso es Washington.
La Rusia de Putin entiende que es amenazada no solo mediante el financiamiento por Washington de la “oposición rusa”, sino por los antagonismos entre musulmanes desencadenados por las guerras de Washington contra estados musulmanes seculares, como Iraq y Siria. Esa discordia se propaga a la propia Rusia y causa problemas como el terrorismo checheno.
Cuando un estado secular es destruido, las facciones islamistas obtienen la posibilidad de destrozarse entre sí. Los feudos internos conducen a la impotencia de los países. Como escribí anteriormente, Occidente siempre prevalece en Medio Oriente porque las facciones islamistas se odian más de lo que odian a sus conquistadores occidentales.
Por lo tanto, cuando Washington destruye gobiernos seculares, no islamistas, como en Iraq y como ahora quiere hacer en Siria, los islamistas emergen y se enfrentan para lograr la supremacía. Eso conviene a Washington e Israel, ya que esos estados dejan de ser antagonistas consistentes.
Rusia es vulnerable, porque Putin es demonizado por Washington y los medios estadounidenses y porque la oposición rusa es financiada por Washington y sirve a intereses de EE.UU., no de Rusia. Las turbulencias que Washington desencadena en estados musulmanes se filtran hacia poblaciones musulmanas rusas.
A Washington le ha sido más difícil el intento de interferir en los asuntos internos de China, aunque se ha sembrado la discordia en algunas provincias. Se espera que dentro de algunos años la economía china exceda en tamaño a la de EE.UU., y que una potencia asiática desplace a otra occidental como la economía más poderosa del mundo.
Washington está profundamente inquieto ante esta perspectiva. Esclavizado y controlado por Wall Street y otros grupos empresariales de intereses especiales, Washington es incapaz de rescatar a la economía de su decadencia. Los beneficios a corto plazo del agio en Wall Street, las ganancias del complejo militar/industrial, y de la deslocalización de la producción de bienes y servicios para mercados de EE.UU., cuentan con más representación en Washington que el bienestar de los ciudadanos estadounidenses. Mientras la economía de EE.UU. se hunde, la economía china crece.
La reacción de Washington es militarizar el Pacífico. La secretaria de Estado de EE.UU. ha declarado que el Mar del Sur de China es un área de interés nacional estadounidense.
EE.UU. hace la corte al Gobierno filipino jugando la carta de la amenaza china, y trabaja para lograr que se vuelva a invitar a la Armada de EE.UU. a su antigua base en Subic Bay.
Recientemente hubo ejercicios militares/navales conjuntos de EE.UU. y las Filipinas contra la “amenaza china”.
La Armada de EE.UU. desplaza flotas al Océano Pacífico y
construye una nueva base naval en una isla sudcoreana. Marines estadounidenses están ahora en una base en Australia y son reasignados de Japón a otros países asiáticos. Los chinos comprenden que Washington intenta cercar a China.
Para un país incapaz de ocupar Iraq después de ocho años e incapaz de ocupar Afganistán después de 11 años, enfrentar simultáneamente a dos potencias nucleares es un acto aberrante.
La arrogancia ciega de Washington, alimentada a diario por neoconservadores dementes, a pesar de los extraordinarios fracasos en Iraq y Afganistán, apunta ahora a potencias formidables: Rusia y China.
Nunca en toda su historia el mundo ha visto una idiotez semejante. Los psicópatas, sociópatas, y tarados que imperan en Washington conducen al mundo a su destrucción.
El gobierno de insensatez criminal de Washington, sea demócrata o republicano, no importa cuál sea el resultado de la próxima elección, es la mayor amenaza para la vida que haya existido en el planeta.
Además, el único financiamiento con el que cuentan los criminales en Washington son las máquinas impresoras de billetes. En un futuro artículo examinaré si la economía de EE.UU. completará su colapso antes de que los criminales de guerra de Washington puedan destruir el mundo.
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Can The World Survive Washington’s Hubris?
The Obama Administration has Russia and China targeted
by Dr. Paul Craig Roberts
When President Reagan nominated me as Assistant Secretary of the Treasury for Economic Policy, he told me that we had to restore the US economy, to rescue it from stagflation, in order to bring the full weight of a powerful economy to bear on the Soviet leadership in order to convince them to negotiate the end of the cold war. Reagan said that there was no reason to live any longer under the threat of nuclear war.
The Reagan administration achieved both goals, only to see these accomplishments discarded by successor administrations. It was Reagan’s own vice president and successor, George Herbert Walker Bush, who first violated the Reagan-Gorbachev understandings by incorporating former constituent parts of the Soviet Empire into NATO and taking Western military bases to the Russian frontier.
The process of surrounding Russia with military bases continued unabated through successor US administrations with various “color revolutions” financed by the US National Endowment for Democracy, regarded by many as a front for the CIA.
Washington even attempted to install a Washington-controlled government in Ukraine and did succeed in this effort in former Soviet Georgia, the birthplace of Joseph Stalin. The President of Georgia, a country located between the Black Sea and the Caspian Sea, is a Washington puppet.
Recently, he announced that former Soviet Georgia is on schedule to become a NATO member in 2014.
Those old enough to remember know that NATO, the North Atlantic Treaty Organization, was an alliance between Western Europe and the US against the threat of the Red Army overrunning Western Europe. The North Atlantic is a long, long ways from the Black and Caspian Seas. What is the purpose of Georgia being a NATO member except to give Washington a military base on the Russian underbelly?
The evidence is simply overwhelming that Washington--both parties--have Russia and China targeted.
Whether the purpose is to destroy both countries or merely to render them unable to oppose Washington’s world hegemony is unclear at this time. Regardless of the purpose, nuclear war is the likely outcome.
The presstitute American press pretends that an evil Syrian government is murdering innocent citizens who only want democracy and that if the UN won’t intervene militarily, the US must in order to save human rights.
Russia and China are vilified by US functionaries for opposing any pretext for a NATO invasion of Syria.
The facts, of course, are different from those presented by the presstitute American media and members of the US government.
The Syrian “rebels” are well armed with military weapons. The “rebels” are battling the Syrian army. The rebels massacre civilians and report to their media whores in the West that the deed was done by the Syrian government, and the Western presstitutes spread the propaganda.
Someone is arming the “rebels” as obviously the weapons can’t be purchased in local Syrian markets. Most intelligent people believe the weapons are coming from the US or from US surrogates.
So, Washington has started a civil war in Syria, as it did in Libya, but this time the gullible Russians and Chinese have caught on and have refused to permit a UN resolution like the one the West exploited against Gaddafi.
To get around this roadblock, fish out an ancient Phantom fighter jet from the 1960s Vietnam war era and have Turkey fly it into Syria. The Syrians will shoot it down, and then Turkey can appeal to its NATO allies to come to its aid against Syria.
Denied the UN option, Washington can invoke its obligation under the NATO treaty, and go to war in defense of a NATO member against a demonized Syria.
The neoconservative lie behind Washington’s wars of hegemony is that the US is bringing democracy to the invaded and bombed countries.
To paraphrase Mao, “democracy comes out of the barrel of a gun.” However, the Arab Spring has come up short on democracy, as have Iraq and Afghanistan, two countries “liberated” by US democratic invasions.
What the US is bringing is civil wars and the breakup of countries, as President Bill Clinton’s regime achieved in former Yugoslavia.
The more countries can be torn into pieces and dissolved into rival factions, the more powerful is Washington
Russia’s Putin understands that Russia itself is threatened not only by Washington’s funding of the “Russian opposition,” but also by the strife among Muslims unleashed by Washington’s wars against secular Muslim states, such as Iraq and Syria.
This discord spreads into Russia itself and presents Russia with problems such as Chechen terrorism.
When a secular state is overthrown, the Islamist factions become free to be at one another’s throats. The internal strife renders the countries impotent. As I wrote previously, the West always prevails in the Middle East because the Islamist factions hate one another more than they hate their Western conquerers.
Thus, when Washington destroys secular, non-Islamist governments as in Iraq and now targeted in Syria, the Islamists emerge and battle one another for supremacy. This suits Washington and Israel as these states cease to be coherent opponents.
Russia is vulnerable, because Putin is demonized by Washington and the US media and because Putin’s Russian opposition is financed by Washington and serves US, not Russian, interests.
The turmoil that Washington is unleashing in Muslim states leaks back to Russia’s Muslim populations.
It has proved to be more difficult for Washington to interfere in China’s internal affairs, although discord has been sowed in some provinces. Several years from now, the Chinese economy is expected to exceed in size the US economy, with an Asian power displacing a Western one as the world’s most powerful economy.
Washington is deeply disturbed by this prospect. In the thrall and under the control of Wall Street and other special interest business groups, Washington is unable to rescue the US economy from its decline.
The short-run gambling profits of Wall Street, the war profits of the military/security complex, and the profits from offshoring the production of goods and services for US markets have far more representation in Washington than the wellbeing of US citizens.
As the US economy sinks, the Chinese economy rises.
Washington’s response is to militarize the Pacific. The US Secretary of State has declared the South China Sea to be an area of American national interest.
The US is wooing the Philippine government, playing the China threat card, and working on getting the US Navy invited back to its former base at Subic Bay. Recently there were joint US/Philippines military/naval exercises against the “China threat.”
The US Navy is reallocating fleets to the Pacific Ocean and constructing a new naval base on a South Korean island. US Marines are now based in Australia and are being reallocated from Japan to other Asian countries. The Chinese are not stupid. They understand that Washington is attempting to corral China.
For a country incapable of occupying Iraq after 8 years and incapable of occupying Afghanistan after 11 years, to simultaneously take on two nuclear powers is an act of insanity.
The hubris in Washington, fed daily by the crazed neocons, despite extraordinary failure in Iraq and Afghanistan, has now targeted formidable powers--Russia and China.
The world has never in its entire history witnessed such idiocy. The psychopaths, sociopaths, and morons who prevail in Washington are leading the world to destruction
The criminally insane government in
Washington, regardless whether Democrat or
Republican, regardless of the outcome of the
next election, is the greatest threat to life on
earth that has ever existed.
Moreover, the only financing the Washington
criminals have is the printing press. In a
subsequent column I will examine whether the US economy will complete its collapse before the war criminals in Washington can destroy the world.