José Bayardo Mairena, de 52 años, asesinados al salir de su programa de radio |
El papelón del presidente Porfirio Lobo no pudo ser mayor, pues en referencia a Villatoro, el día anterior a que apareciera su cadáver, había declarado que el gobierno tenía una prueba de vida.
Ese hombre de radio, de las más escuchadas en el país, fue hallado muerto y su cadáver había sido vestido con uniforme de “Las Cobras”, un organismo policial de antecedentes represivos.
Como Villatoro era un periodista de muchos años en el ejercicio de la profesión, a la Sociedad Interamericana de Prensa no le quedó más remedio que emitir un comunicado. No suele ocuparse de estos casos, pero con aquél hizo una excepción.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) expresó ayer su repudio por el asesinato. “Nuestra indignación por el desenlace trágico en este caso proviene del lento accionar, la laxitud y el pobre compromiso de las autoridades, que no han logrado ponerle freno a la violencia”, dijo el peruano Gustavo Mohme, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa de la SIP.
Sobre Martínez Ávila, en cambio, la SIP hizo el silencio acostumbrado. Claro, era un hombre joven, de la izquierda, precandidato a diputado por el departamento de Morazán por el Partido LIBRE que encabeza la esposa del derrocado Manuel Zelaya, Xiomara Castro de Zelaya. Erick era de los sectores más combativos de ese partido legal y el Frente Nacional de Resistencia Popular, y militaba en la Organización Política Los Necios.
Además de esa currícula polítca de la víctima, poco amigable para la SIP, se debe consignar que era dirigente de la comunidad lésbica y gay de Honduras. Justamente su candidatura a diputado por LIBRE había motivado la mofa discriminatoria del diario El Heraldo, uno de los pilares del golpe de Estado militar-cívico de junio de 2009 y, por supuesto, afiliado a la SIP.
El cable de la agencia AP del 17 de mayo, consignaba: “entre 2003 y 2012, el organismo estatal de derechos humanos registra la muerte de 29 periodistas, de las cuales 22 han ocurrido durante la gestión de Lobo, que gobierna desde 2010″.
Otras estadísticas surgen del Comité por la Libre Expresión, C-Libre, de Honduras, que sin contar a Martínez y Villatoro, afirmó: “desde noviembre del 2003 a la fecha, C-libre mantiene en sus registros la muerte violenta de al menos 28 periodistas y comunicadores sociales:
Germán Rivas,
Carlos Salgado,
Rafael Munguía,
Osman Rodrigo López,
Bernardo Rivera Paz,
Gabriel Fino Noriega,
Nicolás Asfura,
Joseph Hernández,
David Meza,
Nahún Palacios,
Bayardo Mairena,
Manuel de Jesús Juárez,
George “Georgino” Orellana,
Luis Arturo Mondragón,
Israel Díaz Zelaya,
Henry Orlando Suazo,
Héctor Francisco Medina,
Luis Mendoza,
Luz Marina Paz,
Saira Almendares
y Fausto Flores Valle.
El golpismo lo acentuó
Uno de los periodistas radicados en Honduras y que viene siguiendo puntualmente las violaciones a los derechos humanos del periodismo y los crímenes que se comenten en su contra es Dick Emanuelsson. De nacionalidad sueca estuvo como corresponsal varios años en Colombia, donde sus noticias sobre el comportamiento del Ejército durante la gestión de Álvaro Uribe lo malquistaron con las FFAA.
Fue amenazado de muerte y debió irse de Bogotá, radicándose en Tegucigalpa. Fue como salir de Guatemala y caer en Guatepeor. Emanuelsson reporteó el 7 de mayo a Gilberto Ríos, secretario general de Los Necios, donde militaba Martínez. Allí se lee que “con el asesinato del compañero y colega ya son 24 los periodistas asesinados desde el 27 de enero de 2010 cuando el actual régimen de Porfirio Lobo Sosa asumió el poder”. Unos pocos días más tarde apareció muerto Villatoro, secuestrado el 9 de mayo; por eso este cronista toma la cifra de 25 periodistas asesinados durante el mandato de Lobo.
Estos crímenes venían de antes, pero el golpe del 28 de junio de 2009, con el títere Roberto Micheletti y sus generales entrenados por el Comando Sur norteamericano, los acentuaron.
Los grupos criminales amparados por el gobierno y las Fuerzas Armadas no sólo matan a periodistas. Hubo 47 campesinos masacrados en el valle del Aguán, por sicarios de los propietarios palmeros de allí, como Miguel Facussé Barjum, que tiene medios de comunicación y otras empresas. Facussé está acusado de permitir vuelos del narcotráfico en sus haciendas y esto es sabido, incluso por la DEA y el Departamento de Estado, que no hacen nada en su contra.
También fueron matados dirigentes políticos, como Santos Alberto Domínguez Benítez, 24 años, miembro de COPINH, de derechos humanos; Miguel Angel Barahona, 67, catedrático universitario que impulsaba la creación del Centro Universitario Regional de El Progreso, y Edilberto Zolano Mejía, 55, secretario general del Partido Socialista Morazánico. Todo esto, más lo de Martínez y Villatoro, ocurrió entre el 1 y el 16 de mayo.
¿Cómo en Colombia?
Primero con Micheletti y luego con Lobo, Honduras se ha convertido en una plaza donde la vida no vale nada, en general, y la vida de quienes tienen alguna profesión comprometida o alguna militancia gremial, social o política, vale menos que nada.
El resultado es que Honduras ha llegado al índice de homicidios más alto del planeta, al menos donde se llevan estadísticas: 86 muertes cada 100.000 habitantes.
Ser joven es directamente una invitación al cementerio: 2.092 jóvenes fueron ultimados durante estos años de Lobo; además se cuentan 400 femicidios, 370 presos calcinados en la cárcel de Comayagua, 42 lesbianas y gays eliminados, los campesinos del Aguán citados más arriba, etc.
Semejante panorama tiene conexión con los paramilitares colombianos que operan en Honduras junto a asesores militares israelitas, así como la mala educación democrática inoculada a las FFAA por los estadounidenses que cuentan en el país con la base Soto Cano, Palmerola, más los cursos antiinsurgentes que dieron a los militares hondureños en la “Escuela de las Américas”.
Los generales golpistas de 2009 secuestraron al presidente constitucional, Mel Zelaya, y lo llevaron primero a la base de Soto Cano, antes de deportarlo ilegalmente a Costa Rica.
El panorama de secuestros, torturas, persecución al periodismo y crímenes contra activistas políticos legales tiene gran parecido a lo que ocurre en Colombia. Por eso Emauelsson, que conoce bien lo que pasa en Bogotá, antes con Uribe y ahora Juan M. Santos, planteó días atrás: “¡El “Síndrome de la Unión Patriótica en Colombia recurre ahora a Honduras”!
Se refirió así al caso de la guerrilla desmovilizada a mediados de los ´80, que formó un partido legal, la Unión Patriótica, que fue objeto de una campaña de aniquilamiento. Cerca de 5.000 militantes de UP, incluso candidatos a presidente, legisladores y concejales electos, fueron masacrados por los paramilitares y parapoliciales, eso es, por los militares y policías mandados de noche por el Estado sin sus uniformes de rigor.
¿Será entonces que los dueños del poder, las finanzas y la tierra en Honduras tienen tanto miedo a las elecciones de noviembre de 2013 donde será candidata Xiomara Castro de Zelaya? ¿Han decidido bañar en sangre al pueblo hondureño, comenzando por el periodismo, para asegurarse que en las próximas elecciones el partido LIBRE no pueda competir y nadie quiera ser candidato en su lista porque sería hombre muerto?
Desde Argentina no es mucho lo que se pueda hacer por aliviar aquella situación de los colegas, pero al menos se debe hablar del tema, evitar su invisibilización y el contrabando ideológico. Esto último hicieron en Enfoques (”La Nación” 20/5) Pablo Sirven y su reporteado Jon Lee Anderson. A lo largo de dos páginas tamaño sábana, hubo preguntas y respuestas sobre el ejercicio del periodismo en la región y el mundo, sin que ni uno ni otro se refiriera a los crímenes de Honduras.
Peor aún, la última pregunta de Sirven fue: “¿Qué piensa de gobernantes como Cristina Kirchner, Rafael Correa y Hugo Chávez que hablan de la prensa prácticamente como un poder diabólico?”. Respuesta de Anderson: “No es saludable que los presidentes estén enfrentados con la prensa”.
Ese par de periodistas del sistema sigue creyendo que el país más peligroso para la prensa sería Cuba. Lo cree, pese a que Ernesto Carmona (Mapocho press), desenmascaró esa mentira recordando que “el último periodista muerto en Cuba fue Carlos Bastidas Argüello, corresponsal en viaje ecuatoriano de 23 años, asesinado en 1958 en La Habana por la dictadura de Batista.
(Tomado de Cubadebate)
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Damos la dirección electrónica del 'blog' del dignísimo periodista, Dick Emanuelsson.
De la mano de su riesgoso trabajo
podemos ver la dantesca situacion
bajo la que vive el pueblo hondureño
...absolutamente taponada
por los medios de incomunicacion:
http://dickema24.blogspot.com/
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El terror que hoy USA el Lobo en Honduras fue cimentado 'didácticamente' por los expertos israelies:
COMANDOS ISRAELIES INSTRUYEN
A LOS MILITARES GOLPISTAS DE HONDURAS
Dick Emanuelsson
Entrevista a René Andrés Pavón, Presidente del Comité de Derechos Humanos de Honduras, CODEH
Hay estructuras paramilitares que están trabajando en coordinación con las fuerzas armadas”, dice el indiscutible líder de la lucha por los derechos humanos en Honduras, Andrés Pavón, ante la tumba de una nueva víctima por la dictadura de los golpistas hondureños.
No es de extrañar. Los principales profesores de terrorismo de Estado vienen del Estado sionista para enseñar muerte, inteligencia, terror y saber como sostener un Estado contra una población que lucha por sus derechos constitucionales. O, como en el caso del pueblo de Honduras, para restablecer la democracia. A continuación, la entrevista a Andrés Pavón, Presidente del Comité de Derechos Humanos de Honduras.