Viajar es,
al regresar,
encontrarse con la misma Rutina,
con el mismo Viento Cíclico,
con el mismo Sísifo,
y, empezar, de nuevo,
a empujar la Conciencia del Repetir.
Porque el hombre es un nómada secuestrado
desde que la agricultura
y la acumlación de comida
lo dejó al suelo clavado,
pero, anteriorimente,
por un millon de años,
por todo el Planeta había caminado;
cielos nuevos se alzaban a su paso,
horizontes ignotos dibujaban sus rastros,
hasta que su barco ancló al puerto
de labrar la tierra y domesticar ganados.
Entónces, Nomada Secuestrado,
se alzó el Sísifo
de empujar la roca cotidiana
estándo a la tierra aherrojado.
Despues llegó la propiedad privada:
la gran rutina sacramentalizada
(...Y clavando estacas en el suelo,
dijo para que todos oyeran y respetaran
de lo que se había posesionado:
"Esto es mio! Ay...del que se atreva a traspasarlo!"
--Rousseau, 'La desigualdad entre los hombres'--)
Viajar es,
al regresar,
boomerang que vuelve
a las manos de donde salió.
