Esta Navidad, ya próxima, está siendo muy única. Lo decimos por lo que está pasando en Tierra Santa y otros eslabones de la cadena
entrópica que nos acercan cada más al SOS,
al ese o ese...o al otro, al que llegue antes para
salvarnos, porque el Barco Humano va haciendo
aguas por todos lados.
Por eso no sabemos con que cara vamos a celebrar la Navidad navideña en medio de Un Genocidio Televisado, la serie que nos está dando, todos los días, la Netflix de su Alteza el Emir de Qatar.
El Secretario de Estado de los Estados Unidos,
Mister Blinken, visita a su Alteza el Emir de Qatar.
De ahí que no sabemos qué pasará...
Qué influencia tendrá
ese Genocidio Televisado
en Tierra Santa,
en el espíritu navideño?
Cómo nos vamos a comportar?
Qué vamos a comprar, a regalar?
Qué le pediremos al Ano Nuevo?
¿O cantaremos a Belen pastores,
pastores chiquitos, como cuándo
eramos niños y el alba de la vida
nos inundaba de cielos divinos?
En fín, ya veremos...
Esconderemos la cabeza como el avestruz?
Miraremos hacia el otro lado?
Nos taparemos la cabeza para aislarnos?
Nos haremos el tonto?
O también, lo que nunca falla:
"Para dónde va Vicente va la gente"?
Si.
Estas Navidades tendremos
muchas formas de celebrarlas
por lo que está ocurriendo
en Tierra Santa,
todo depende del solipsismo
que nos mimetiza con las pantallas.
O también, en el caso de que ningúna
de las formas anteriores nos satisfagan,
podemos optar por profundizar en la
génesis histórica de la Navidad bajo el
motto de Sapere aude!, ¡Atrévete a saber!
