Si, hemos votado
Por primera vez en nuestra larga
y opaca existencia hemos votado.
Para nosotros un hecho histórico
en los meandros de nuestra biografía
El Lobo había llegado.
Todo el mundo,
con mediano cortex cerebral, lo sabía.
Estaba en la cama vestido de abuelita
con un disfraz desastroso que a leguas
se veía sus remiendos y parches,
sus zurcidos y sus falsas cornisas;
procedía de unos bosques franquistas
dónde, por mucho tiempo,
crecieron malas hierbas que ahogaban
las plantadas y germinantes semillas
que las Caperucitas, ingenuas y miedosas,
confundieron con las abuelitas,
pero el tiempo no perdona
y todo, a pesar de Parménides,
cambia y, al final,
se le acaban viendo
lo que se oculta en sus letrinas.
.................
Y, a todo esto, entro en un bar y, coincidencias misteriosas, me encuentro co Jacinto Abad, un viejo amigo andaluz que, aúnque de vez en cuándo nos damos coordenadas para vernos, hace ya un tiempo que no sabía de él.
Me espeta al verme, suelto y jilocho, con ese aire de soltura libertaria que los andaluces (a veces de andasombras, depende por dónde asoma la tragedia que llevamnos colgada)
Leo tú blog de vez en cuando y lo encuentro totalmente ajeno a la realidad que vivimos los mortales: demasiada intelectualidad caduca para los que cobramos una paga que sigue llegando al 24 de cada mes...o sobra mes o falta pasta, y ahora, que vienen elecciones, leo en uno de tus rollos algo sobre que siempre podemos votar por el mal menor, y que termina con unas líneas ridículas en las que se dice que contra el mal menor apostamos por el bien mayor, esto es, por la lucha en las calles contra el capitalismo y el fascismo...Y esto me ha jodido mucho porque ¿quíen coño, en mi situación económica, se puede dedicar a la lucha en las calles contra el capitalismo y el fascismo...en lugar de decirnos, de indicarnos y explicarnos por quíen carajo tenemos que votar el próximo domingo?
Una mosca molestona volaba alrededor de los vasos de vino en la mesa. Me pareció que vino, ex professo, a darle la razón Jacinto.
Pues mira, precisamente, tenía todo eso en mi mente el día que puse esa página en mi blog porque me dije para mi interior...¿Qué coño tiene que ver lo que escrito con una familia real que vive en un piso alquilado de 50 metros cuadardos, gana 1.000 euros al mes, son en el piso -por caso- hijos y la suegra y con los gastos mensuales hay que hacer álgebra para distribuir el dinero proporcionalmente a las necesidades a cubrir?
Ya la mosca se había ido con uno de sus vuelos en los que la vista no la puede seguir.
Me pareció que vino para decirme tan sólo que Jacinto estaba en lo cierto y, cumplida su misión, dsapareció
Jacinto volvió al ataque:
Al turrón: ¿Por quíen cres tú que debemos votar aparte del coñazo de ese del mal menor, y no me vengas ahora con uno de tus rollos de esos sitios izquierdistas de la internet?
Herido ya de muerte,
con mi cestita con queso, pan y miel
que le traje a mi abuelita,
viendo la sospechosa boca tan grande
de la vieja...no me atreví a preguntarle
lo de ay, abuelita, que boca tan grande tienes..
En su lugar, le conteste:
Mira, Yolanda Diaz, viéndola en la television me ha causado buena impresión: votad por ella y su sumar...asi hay la posiblidad de que, además de sumar, multipliquemos...porque agregarían sus votos a los de Sánchez, porque con los otros bastardos no contar...pero tú lo sabes, no creo que haga falta decirtelo, ¿no?
Si. ya lo sé. Pero tú ya sabes...uno anda un tanto confundido en estas cosas. Pero, ¿y tú, cabrón, que sólo hablas y escribes, te vas a comprometer, vas a votar?
Cabamos de venir de votar por Yolanda
Jacinto y yo.
Votos contra el lobo
Y parece ser que ahora,
las tres de la madrugada del Lunes,
una vez contados los votos,
el Lobo ha sido detenido.
Para nosotros un hecho histórico
en los meandros de nuestra biografía,
y congratulante porque el Lobo
que se iba a comer a Caperucita,
de momento no se la ha podico comer.
Todo se lo debo al Lobo
-que me estimuó a votar-
y a Jacintoque supo desbloguearme, desbloquearme, y poner los pies en el suelo,
un suelo, una terra que, en el piso pisero,
escribiendo en mi bitácora de barco varado,
aislado de los otros, se acababa también,
como el barco en el que escribimos,
varados...
