Hoy escribo con la mano, con la antigua pluma de gallina con la que antes nos expresabamos.
Fuera teclas.
Fuera todos los cacharros.
Fuera todo este vademecum
de un Sistema Tecnoilógico
que sólo sirve a sus amos.
Y nos acordamaos de Ted Kaczynski,
"Anti-Tech Revolution: Why and How".
Por cierto, aún no nos ha escrito
(También a mano,
con la pluma de gallina
que le dejan sus carcelarios)
Resiste en el Medical Center
de una Residencia de Máxima Seguridad,
atado de pies y manos,
allá,
en las entrañas del vientre del monstruo,
en esas entrañas que a José Martí,
y a tantisimos otros, destrozaron.
"Temo el día en que la tecnologia
sobre-pase nuestra humanidad
y el mundo sólo tenga
una generación de idiotas".
Que ironia,
dicho por Einstein,(*)
uno de los padres de esa misma tecnologia.
(¿Sería él también un idiota?
No, es imposible,
que tontería,
un hombre tan inteligente...
¿Y si la inteligencia
y la idiotez moral
fueran unidas)
Ahora,
bajo esta Solveig's Son de Edvard Grieg,
en ese estático brazo de mar
entre montañas, el alma
(en este mundo desalmadao),
dejando a un lado su condena sísifica,
parece elevarse por si misma
escribiendo con la antigua
pluma de gallina,
lejos, muy lejos, de esa tecnología
que, al servicio de sus amos,
está dejando esa generación de idiotas
a la que Einstein se refería...
EL IDIOTA
(*) Como record histórico, en realidad,
no se sabe con certeza si el genio einsteniano
dijo tal frase, pero no importa:
porque, por un lado,
tenia la suficeinte inteligencia
como para haberlo dicho,
por otro lado, lamentablemente,
el transcurso de los hechos corrobora,
plenamente, el aforismo.