Los reyes siempre son magos.
Sobre todo en el reino de España,
dónde los reyes, Sus Majestades, por necesidad histórica, sino son magos, prestidigitadores y hechiceros, no podrían reinar, no podrían haber sido elegidos por el Mago Principal, a la derecha del cuadro.
Hoy, cabalgata de los Reyes Magos, añoranzas de las ilusiones infantiles de no poder dormir por la noche ante la desveladora curiosidad del qué nos traeran los Reyes, es un día importante parar eflexionar, sum ergo cogito. Porque la llamada princesa Leonor (eramos muchos en casa y parió la abuela), que espera en Gales para incorporarse en su día a esta cabalgata, esta destinada, nada más y nada menos que Por la Gracia de Dios, a ser Reina de España. Melchor Gaspar y la Baltasar, --que le quitará el puesto al ya mencionado Mago Principal--, que lo masculino y lo femenino no importa a la hora de ser mago o maga para llevar a cabo la misma magia oficial.
Y es por eso que esta noche, también como antaño, vamos a estar despiertos dando vueltas en la cama, pero esta vez reflexionando sobre que va siendo hora de asimilar que ya estamos creciditos, de realizar que ya somos mayorcitos para seguir esperando regalos y caramelitos de unos Reyes, prestidigitadores y hechiceros, que van a tener que bandonar sus palacios para que nosotros comencemos nuestras propias cabalgatas sin ellos, de lo contrario nos veremos obligados a asaltar su carnavalada feudal.
Y asi, con esta onírica libertadora de horizontes sobre el mar, pasaremos todo el tiempo de no poder dormir por la noche, como en la niñez, pero esta vez bajo la desveladora curiosidad del cómo poder asaltar la cabalgata, vitalicia y perpetua, de estos Reyes Magos que nos dejaron instalados por la Gracia de Dios (que Dios en España siempre ha sido muy gracioso)
