Claro que no tenemos por qué preocuparnos porque son bebés de terroristas árabes, no son normales bebés ingleses, alemanes o norteamericanos --que éstos si que duelen--, y ésto nos da un cierto alivio porque ya se sabe: estan acostumbrados a éstas cosas y no las asimilan lo mismo como si ésto les pasara a nuestros bebés o infantes; y asi quedamos más tranquilos. Menos mal.
Ya nos podemos imaginar qué pasaría si de ésta misma manera se sacaran los bebés de cualquier edificio de una ciudad occidental dónde el Estado de Derecho de los derechos humanos son la suprema verdad, después de haber sido bombardeada por una coalición de países extraños a la civilización...uf!...eso si que representaría un inconmensurable dolor que recorrería todas las galerías mundiales de los sentimientos humanos, pero éste no es el caso, asi que podemos estar tranquilos porque ello nunca ocurrirá; solo pasa en la diáspora, extramuros, allí dónde habitan los bárbaros que hay que apaciguar. Uf!, menos mal!.