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lo que ves
echarías al mar
las lágrimas de tú ser,
piedras cúbicas
imposibles de retener,
y desbordarías tus ríos
para inundar las cosechas
que un día se perdieron
buscando el amanecer.
Arriba, allí, ¿lo ves?,
¿son nubes blancas
o puñales que se clavan
en la rosa y en el clavel?
Sangre disuelta y congelada
en las albas a recorrer
Arriba, allí, ¿lo ves?,
¿son sueños
o verdades angustiosas
destinadas a desaparecer?;
¿tragedias con historias
o huertos de flores
que hay que aprehender?
Arriba, allí, ¿lo ves?,
¿es el empujón ciego
de la muerte
que en alud arremete
eclipsando la esttrella
que se resiste a perecer,
o polen plantado
esperando crecer?
Si tus ojos supiesen
lo que ves
bajarías a tierra
dónde la metamorfosis
siempre espera
la vuelta al ser...
(Todo es un fluído
que no podemos entender
dónde se esconde la noria
que calma nuestra sed)