Thursday, December 19, 2013
El Silencio y el Zumbido
Hoy me he levantado de la cama
con la joroba metafísica,
lejos de la física
y de los empirismos que nos afectan
--tal vez por compromiso
más que por deseo autónomo--
todos los días,
lejos del aristotélico aforismo
de que 'el hombre es un animal político',
que, no hay dudas,
es una verdad como un templo,
pero no solamente de pan vive el hombre,
valga aquí el tópico.
Debió ocurrir algo en mis sueños,
en mi inconsciente, que,
arrancándome del pragmatismo racional
--o irracional-- del cosmos humano,
me zarandeó y me llevo
a otras profundidades
más brumosas e indescifrables,
y con ellas me he quedado envuelto
en el silencio lorquiano de la casa,
de mi interior,
"un silencio ondulado...
dónde resbalan valles y ecos",
ecos y valles que componen
las repetidas voces y topografías
sobre las cuales aún no hemos
sabido hallar las coordenadas
que nos hagan levantar el plano
que nos sitúe en éste extraño
y efímero viaje del ser humano sobre la tierra.
Y me he quedado quieto.
Quietismo.
Omisión.
Precipicio.
Pedir 'parada'
en el autobús dónde nos llevan.
Y bajarse.
A la interperie.
En un campo dónde no hay nada.
Dónde sólo estamos nosotros
frente a la Esfingie,
frente al Vacío que emana.
'Solus Ipse'.
Cortados de la marea exterior.
Safados del bombardeo
al que constantemente nos somete
el remachar el mismo camino.
Y así hasta perder la joroba metafísica
que me dió el nuevo día
y barruntar que no solamante
"resbalan valles y ecos" en la inerte casa,
si no que el mismo silencio
se desliza y desaparece,
y se difumina en la nada
para quedar tan sólo un espacio-tiempo
--¿mistico?-- sin forma,
sin contenido, sin alas.
Que curiosa y arcana sensación
se establece en los sentidos,
en el misterio del espíritu,
en ese 'otro mundo'
del cúal nada sabemos
y que sin embargo nos marca
y nos conduce el barco
que no dirigimos.
Miro a un Buda negro que tengo
y me doy cuenta
de que lo más impresionante
de él es, simplemente
(lo que a mi me ha ocurrido)
que está parado,
quieto,
estático,
detenido,
por lo tanto,
calmado,
pero erguido.
Es cómo si se hubiese alzado
sobre el mismo silencio
que lo ha esculpido.
¿Será éste todo el secreto,
toda la magnitud de lo que hemos perdido
en ésta Nave de los Locos
en la que todo es inútil movimiento y giros,
desplazamientos,
andar a trompicones
los unos con los otros,
con nuestros fantasmas y destinos,
condenado 'animal político'
entre levantados y caídos,
remolino,
vorágine,
torbellino,
ruído,
zumbido...
"¡Todo es cómo un zumbido!
¿Cómo un zumbido?
A mi me pareció
que el mundo era un zumbido
...y el hombre un hipo..."
León Felipe
La fugaz eliminación se ese 'zumbido',
de ese 'hipo', de ese silencio ondulado...
dónde resbalan valles y ecos,
al mirar al Buda negro alzado
sobre el mismo silencio
que lo ha esculpido,
es lo que me quitó
la joroba metafísica
con la que hoy he aparecido.
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