están enfurecidos,
asombrados:
Qilón de Esparta,
Bías de Priene,
Cleóbulo de Lindo,
Periandro de Corinto,
Pítaco de Mitilene,
Solón de Atenas,
Tales de Mileto.
Desde el más allá
de la inmortalidad
nunca pudieron imaginar
que su Grecia sería vendida
al mejor postor que pagara más.
Los Grandes Pensadores,
ésto,
nunca lo pudieron pensar.
Ahora presencian,
desde el etéreo Olimpo
del dios Cronos,
cómo su pueblo es sacrificado sin piedad
por el Brutal Capitalismo Internacional.
Y Zeus, el Dios máximo del Olimpo,
el que establece el Orden,
la Justicia,
y el Destino del Universo,
los protege,
los bendice,
y con ellos está de acuerdo.
Y les ha prometido que Nemesis,
Νέμεσις,
el Espíritu de la Divina Retribución,
se encargara de la venganza justa
de retribuírle al pueblo griego
el botín robado;
y Mimesis (μίμησις) se encargará
de hacer eco y copiar lo implantado
para hacérselo llegar
a los Siete Sabios de Grecia asombrados.
Y la orden de Zeus es concreta,
con gran mandato:
destruír al FMI,
aniquilar al Capitalismo,
lieberar al ser humano
de su opresión,
de su dominio.
Y ha enviado a Atenea,
la Diosa de la Guerra,
a que, con su sabiduría,
destreza y estrategias,
destruya la tiranía
de comprar países
con sus habitantes incluídos.
