Thursday, June 5, 2025
TODOS (LOS "SAPIENS") ESTAMOS, SIN SABERLO, EN UN PROCESO DE "SUICIDIO POR MUERTE NATURAL".
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Para la ortodoxia dominante esa frase no existe; la paradoja suicidio-y-muerte-natural no encaja en los establecidos archivos cognoscente y, por lo tanto, si la frtase no existe tampo existe la respuesta a ella y no hay nada que decir sobre el particular...ni la IA al respecto nada aportar. Entónces lo que hacen es responder con la prevención del suicido y llamando al teléfono de la esperanza.
Bueno, lo entendemos porque con ello se rompe el Logos, los parámetros racionales que sirven para mantener este frágil barco a flote y nadie se quiere complicar más de lo que aún vamos ya.
Asi que, para empezar, si queremos hacer senderismos por estos caminos que caen en la parte invisible del iceberg tenemos que recurrir a otros "ingenieros de camino, canales y puerto" que nos puedan guiar. Por ejemplo Georg Groddeck, al cúal Freud apreciaba y simpatizaba mucho con él, pero que lo mantuvo siempre a cierta distancia para que no pudiese perjudicar la institucionalidad reglamentaria de su psicoanalisis:
"Georg Groddeck (1866-1934), el pionero de la medicina psicosomática, que se distinguió por unos métodos poco convencionales en el tratamiento de pacientes somáticos crónicos y que logró una reputación de curandero milagroso cosechando éxitos increíbles, aceptaba en su sanatorio de Baden-Baden a aquellos pacientes a quienes otros médicos consideran casos perdidos y a los que les había sido retirada toda esperanza de curación. Hasta en sus últimos momentos, Groddeck buscaba revertir aquellos procesos que conducían hacia la muerte. Para él, era necesario contrarrestar siempre, hasta el final, el progreso de la enfermedad.
Groddeck no distinguía el cuerpo de la mente: para él el cuerpo está plásticamente modelado por mociones psíquicas inconscientes en un simbolismo corporal que se debían descifrar para desbloquear los problemas que producen los síntomas. Los síntomas orgánicos obedecen las mismas leyes que forman el contenido
simbólico de los sueños.
Fue él quien concibió el concepto, todavía hoy en día muy poco comprendido del “das Es” (el Ello), que luego Freud retomaría y que los traductores ingleses equivocadamente han universalizado como el Id. El Ello groddeckiano, que no es equivalente al freudiano, refiere a profundas fuerzas orgánicas que existen en el individuo, en una unidad cuerpo-mente, de acuerdo a los deseos y necesidades del Ello. 'La frase Yo vivo' escribía Groddeck, 'es sólo parcialmente correcta; y expresa solo una pequeña parte del fenómeno de una verdad fundamental: el hombre es vivido por Ello.' "
En realidad, no tenemos vida, es la vida, en todos sus complejisimos procesos, la que nos tiene a nosotros , y en ella -en la vida- somos vividos por el Ello; asi la vida y la muerte se conjugan y se asimilan en sus esotéricos procesos sin saberse quíen es el poseído o el poseedor poseso.
Es posible que la muerte en si no sea una necesidad biológica.
Nosotros lo interpretamos en el sentido de que la muerte no está en el imprimatur biológico como una "necesidad" y, en cierta forma, ello tiene que conllevar, arcana- mente, la "aprobacion del sujeto". ¿Será que en la sentencia del Génesis: "a partir de ahora moriréis" ya estaba implícito el que seréis vosotros mismos los que llevaréis la sentencia a la praxis?
Porque las otras criaturas que comparten con nosotros el Planeta, las que estan y existen Dentro de la Naturaleza (y no han sido explusada de ella), no mueren: dejan de vivir, que no es lo mismo.
Nosotros estamos en el otro lado del espectrum: la muerte es nuestra sombra: está en todas las ramas de la cultura y la acarreamos a todos los sitios adónde vamos...¿Se podría decir que la muerte nos mata, que nosotros mismos nos matamos, nos suicidamos?
Toda vida conjuga el deseo de la propia destrucción.
Ese deseo, ese suicidio aplazado sobre el que se podría decir que la existencia se compone de suicidios aplazados en cadena hasta que el último eslabón se encarga de terminarla
Podemos entretenernos con la fantasia de que la muerte nos llega por nuestra propia vvoluntad
Pues vamos a entretenernos para ver hasta dónde podemos llegar. Vamos a ver.
¿Será que la sentencia del Génesis del a partir de ahora moriréis estaba destinada a que nosotros mismos fuesemos los propios ejecutores de la misma a través de la muerte natural?
Puede ser justificado decir que toda muerte es un suicidio disfrazado
(Girando la carambola, a Netayahu le sería imposible aplcarle la frasesita)
Es decir, que la Muerte nos usa para que la llevemos a la práctica. Redondeando, que la Muerte tiene que tener (sin ser conscientes de ello) el consentiminto y la aprobación de nuestro Ello groddeckiano para ejecutarse a ella misma...aúnque para ello, en lugar de elegir el clásico y obvio tiro en la cabeza o la cuerda en el árbol, se decida por el mejor camuflaje posible para pasar desapercibida: la muerte natural.
Ahora mismo, un servidor, el escribidor, sabe que se esta suicidando através de sus achaques y enfermedades (claro que tengo ochenta y cuatro castañas pilongas) Somos conscientes de ello. Y dejamos, asi, que la 2ª ley de termodinámica, la entropía, pía, pía, pia, se convierta en el gallinero de salida. Y cuándo alguien me pregunta, qué, cómo vas, cómo te encuentras, contestamos, pues vamos bien, el suicidio va viento en popa.
Porque a nosotros, en lugar de la muerte, siempre nos gustó el suicidio (la filosofica decisión de partir por motu proprio) Porque el suicidio nos hace libres de dejar este carnaval cuando a nosotros nos de la gana, no cuándo nos empujen afuera de él sin nuestro concenso. ¿Entónces, qué hacer? Muy fácil: elegir la muerte natural que se encargue de ello, que se adjudique el trabajo sucio al respecto. Y asi lo estamos haciendo.
Es por eso que siempre fuímos subyugados y atraídos por la genial frase de Freud de que toda muerte es un suicidio disfrazado. Porque a nosotros lo que nos gusta es que la muerte natural se encargue de nuestros suicidios. Y asi logramos dos importantes cosas: una, realizar algo anti-social y prohibido sin que se sospeche que lo hemos hecho porque viene bien camuflado de muerte natural con su oficial certificado de defunción oficial firmado por el galeno de turno. Y otra no menos importante porque al respecto no tenemos por qué trabajar (¡ya se encargará de ello la muerte natural!). Porque el currelo nunca ha sido nuestro fuerte en esta vida (ser en la vida romero*) dónde tantísimo, siempre, para cualquier cosa, tenemos que pencar, porque como decía el eminente Bertrand Russell, la creencia de que el trabajo es una virtud ha cusado mucho daño...Y asi salimos para la otra orilla sin el más mínimo daño.
Mejor, imposible....
..................
*
Ser en la vida romero,
romero sólo que cruza siempre
por caminos nuevos.
Ser en la vida romero,
sin más oficio,
sin otro nombre y sin pueblo.
León Felipe
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