Érase una vez
un barco de papel
perdió;
érase una vez
un hombre de cartón herío;
érase una vez
una playa sin mar
sin niños;
érase una vez
que me mire al espejo
hundío...
"Por tanto: la situación del hombre es la vida, es vivir. Y decimos que la Metafísica consiste en que el hombre busca una orientación radical a su situación...Pero nuestra definición presupone una desorientación total, radical; es decir, no que al hombre le acontezca desorientarse, perderse en su vida, sino que, por lo visto, la situación del hombre, la vida, es desorientación, es estar perdido, y por eso existe la Metafísica"
Ortega y Gasset
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"El hombre es el único animal para quíen su propia existencia constituye un problema --desorientación total, radical-- que tiene que resolver y del cúal no puede escapar"
Erich Fromm
Rodin, con su famosa escultura 'El Pensador',
nos defraudó: nos ocultó el abismo y nos dibujo una horizontalidad dónde se alza la ilusión y admiración centrípeta que tenemos sobre nosotros mismos:
Los grandes Pensadores de la Humanidad
no se parecen en nada al hombre-músculo
del Pensador de Rodin que es una burda
idealización figurativa de la tragedia
del cognoscendi humano.
Este hombre no se parece en nada a
"un barco de papel perdió", a
"un hombre de cartón herío"
...Más bien lo que parece es un atleta
en meditación ante unos juegos olímpicos
No.
Esta clase de escultural cuerpo
no puede reflejar
al Pensador,
a la Pensadora,
a la criatura humana a la deriva
en las ambivalencias
y contradiciones de la vida,
a la desorientación total,
radical, de estar perdido;
al hombre unamunesco
de carnes y huesos
que, como una peonza,
duda, se desploma
y se levanta a cada giro...
Demasiado perfecto para las imperfecciones
del drama del Pensar que deshace los ovillos de los canones estéticos adónde no llegan los pulsos y las vibraciones de la vida, de sus llantos, de sus gritos.
La reflexiva profundidad existencial de la criatura humana no puede venir reflejada en las medidas corporales de la obra de arte de Rodin.
Lo que hizo Rodin fue sublimar, cubrir estéticamente, artísticamente, la famosa frase de Cristo: "Las aves del cielo tienen sus nidos, las alimañas sus guaridas, pero el Hijo del hombre no tiene dónde apoyar su cabeza". (Da la impresión de que el Pensador rodiniano tiene muy bien elegido el sitio dónde apoyar su cabeza para ser exhibido)
Es imposible imaginarse aqui al arquetipo de su famosa escultura que más bien parece salido de un gimnasio que del conundrum existencial de la criatura humana que, como Sísifo, eleva la plegaria de su roca a la cima de la montaña como eterno castigo. Y es que, a veces, el Arte oculta el drama para realzar la belleza dónde las carencias dejan sus vestigios..
