El Ayer
¿Dónde está el ayer?
¿Dónde está el pasado,
ese río sin mar que fluye tan rápido
que ya el Hic et Nunc
antes de que se viva ha pasado?
¿Habrá que llamar a Marcel Proust
para preguntarselo?
¿Tendremos que recurrir al "temps retrouvé"
para atraparlo?
¿Dónde está el ayer,
el que nos hizo,
el que modeló el presente
...que ya, ya...ya pasó
y que nunca agarramos?
¿Dónde está el ayer
cuándo no habían tantos caharros,
tanta deshumanización,
tanta soledad,
tanto colapso,
y una lucecilla al final del túnel
indicaba que quizás podíamos escaparnos?
¿Dónde está el ayer, quíen lo ha raptado?
Porque siguen sin pedir rescate por él,
seguimos sin saber quíen se lo ha llevado...
¿las máquinas, quizás,
las malditas máquinas
y sus engranajes de opresión
y cadáveres bien engrasados?
¿Tal vez fue la locomotora del progresar,
el tener, el acumular, el avanzar?.
Pero, ¿hacia dónde,
hacia dónde...
porque aún novemos
hacia dónde vamos?
Ayer:
Hoy quisiéramos mandarte unas líneas,
unos pensamientos que,
ante tú presencia,
sentimos y evocamos.
Es para decirte que nosotros
nunca hemos salido de ti,
que en el fondo de nuestra alma te llevamos...
que para nosotros el presente
es tan sólo un oblicuo,
enajenante, extraño y absurdo resultado
de un camino que se extravió
y no supo regresar adonde tú lo habías dejado.
Hoy quisiéramos decirte,
al verte tan palpable, lumínico,
atrayente y sagrado,
que siempre hemos sido fieles
a tus soles y parámetros,
y que deseamos regresar un día
a aquella plaza dónde de niños jugabamos,
sin coches,
sin televisión,
sin electrónicas,
sin polícias de paisano,
sin satélites,
sin misiles intercontinentales,
sin esta grotesca película
que ahora todos los días filmamos,
sin esta locura embozada
en la que todos participamos...
Si, Ayer,
por eso deseamos regresar un día
a pisar de nuevo aquellos adoquines
tan bien encuadrados
que en las calles se tornaban
centinelas y cuidadores
de un mundo de campanas
que se nos vino abajo...
Si, Ayer,
y ahora, de rebelde metafísico
de otro orden que no aceptamos
dónde la entropía de la vida
devora a sus hijos
hasta deteriorarlos y matarlos...
igual estamos a tú lado:
insurrectos de los preceptos
natural y humanos
a los cuales estamos condenados,
sentencia de la cúal,
yendo hacia ti,
nos escapamos.
Si, Ayer,
acogiéndonos a ti nos salvamos...
