Honoré de Balzac
Este es el VIRUS contra el que nos tenemos que vacunar. Y este no ha salido modificado de un laboratorio de guerra bactereológica: este ha ido evolucionando según las necesidades crecientes del desarrollo productivo-consumista que ha ido penetrando las fibras biológicas, mentales y espirituales del ser humano hasta hacer de él un ser a su medida, un autómata modelado, manipulado y condicionado por las demanda del régimen y que tan bien refleja Karl Marx:
"El capital experimenta horror por la ausencia de ganancia o por una ganancia muy pequeña, como la naturaleza siente horror por el vacío. Si la ganancia es adecuada, el capital se vuelve audaz. Un 10% seguro, y se lo podrá emplear dondequiera; 20%, y se pondrá impulsivo; 50%, y llegará positivamente a la temeridad por 100% pisoteará todas las leyes humanas; por 300% y no hay crimen que lo arredre, aunque corra el riesgo de que lo ahorquen" (El Capital, Tomo I, volumen 3 páginas 950 y 951)
Imaginémosnos hoy en día, con un nivel de ganancia muchísimas veces superior al 300% citado, ¿qué riesgos no estará dispuesto a correr el inversionista? Pues no solamente que lo ahorquen a él mismo, sino que ahorquen a todos los que sean un estorbo en el camino de este VIRUS desbordado de la patogénesis humana que representa tal sistema.
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Hace falta un Nuremberg para juzgar el orden económico que nos han impuesto
"Los sombríos resultados sociales de esta carrera neoliberal hacia la catástrofe están a la vista.
En más de cien países el ingreso por habitante es inferior al que era hace quince años. Mil seiscientos millones de personas viven ahora peor que en los inicios de la década de los años 80.
Más de 820 millones de personas están desnutridas y, de ellas, 790 millones viven en el Tercer Mundo. Se estima que 507 millones de personas que habitan hoy en países del Sur no sobrevivirán los 40 años de edad.
Dos de cada cinco niños en los países del Tercer Mundo que aquí representamos padecen de retraso en el crecimiento, y uno de cada tres de bajo peso para su edad. Treinta mil que podrían salvarse mueren cada día; 2 millones de niñas son forzadas a ejercer la prostitución; 130 millones no tienen acceso a la educación básica, mientras 250 millones de menores de 15 años se ven obligados a trabajar para sobrevivir.
El orden económico mundial funciona para el 20 por ciento de la población, pero excluye, rebaja y degrada al 80 por ciento restante.
No podemos resignarnos a entrar en el próximo siglo como la retaguardia atrasada, pobre, explotada, víctima del racismo y la xenofobia, impedida de acceder al conocimiento y sufriendo la enajenación de nuestras culturas por el mensaje ajeno y consumista que los medios masivos globalizan.
Para el Grupo de los 77 la hora actual no puede ser de ruegos a los países desarrollados, ni de sumisión, derrotismo o divisiones internas, sino de rescate de nuestro espíritu de lucha, de la unidad y cohesión en torno a nuestras demandas.
Nos prometieron hace cincuenta años que un día no habría abismo entre países desarrollados y subdesarrollados. Nos prometieron pan y justicia, y hoy hay cada vez menos pan y menos justicia.
El mundo podrá globalizarse bajo la égida neoliberal, pero es imposible gobernar miles de millones de personas hambrientas de pan y de justicia.
Las imágenes que vemos de madres y niños en regiones enteras de África bajo el azote de la sequía y otras catástrofes, nos recuerdan los campos de concentración de la Alemania nazi, nos hacen ver de nuevo ante nuestros ojos las montañas de cadáveres o de hombres, mujeres y niños moribundos.
Hace falta un Nuremberg para juzgar el orden económico que nos han impuesto que cada tres años mata de hambre y de enfermedades previsibles o curables más hombres, mujeres y niños que todos los que en seis años mató la Segunda Guerra Mundial.
Qué hacer es lo que debemos discutir aquí.
Nosotros en Cuba decimos: "¡Patria o muerte!" En esta conferencia cumbre del Tercer Mundo nos correspondería decir: ¡O nos unimos y cooperamos estrechamente, o nos espera la muerte!
Muchas gracias"
Discurso de Fidel Castro
Cumbre del Tercer Mundo,
Grupo de los 77.
"El modelo de desarrollo capitalista es una especie de virus para nuestro planeta".