(avergonzante en el sentido político-social) y darla a conocer y entender mediante ésta gráfica analogía con tan lamentable acontecimiento, increíble por otro lado pues se dejó al descubierto una tremenda y peligrosa oquedad por la cual, fácilmente, se podía caer una criatura, como realmente ha ocurrido, cosas comunes en un país donde proliferan los valles de los caídos sobre una pandémica corrupción de empresas constructoras y destructoras que acampan a sus anchas haciéndo lo que les conviene sin los permisos y ordenanzas correspondientes. Ni que decir tiene (aúnque lo vamos a decir) que el TODOS SOMOS JULIEN respeta el dolor que ha producido éste suceso y el titánico esfuerzo que llevan a cabo las brigadas de trabajadores al respecto. Esperamos que se busque y se haga justicia con los culpables de dejar sin señalar y cubrir ésta mortal trampa en el suelo y de la cúal nosotros nos hemos atrevido a extrapolar la similitud netafórica con el pueblo español...que tambien 'lo han hecho pasar por el tubo'.
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Hoy, martes, 22 de Enero,
los tubos no encajan,
la perforación, el agujero,
se ha torcido.
(No hemos visto ningún topógrafo en escena
y ningún laser que dirija verticalidades)
Hay que empezar de nuevo.
Es España.
Rescatadores heróicos
en Rocinantes sin piensos.
No.
No llegaran a tiempo.
Y cuándo lleguen se encontraran
a un pueblo ya tieso
después de tanto tiempo,
de tanto tiempo...
en un mundo
que todo lo axfisia
con torcidos agujeros,
sin plomadas,
sin zenitales,
sin ángulos certeros,
sin esa trigonometría de combate
por la que tantos murieron
en un çosmos dónde a cada paso
puede caer un niño,
un inocente,
que no vió lo que había
en el suelo.
No.
No llegaran a tiempo.
Y cuándo lleguen se encontraran
a un pueblo ya tieso
después de tanto tiempo,
de tanto tiempo...
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Se ha alzado aquí una gran y recurrente
símbologia metafórica del niño
atrapado en el pozo de Totalan
Pero ahora queremos hablar,
en directo, de los mineros,
ese cuerpo de trabajadores tan desconocido
que saca del fondo de la tierra los tesoros
que componen la entera civilización:
"Mineros de Estrellas",
los llamó en su libro José María Morón,
poeta onubense de la cuenca minera,
accésit en el Premio Nacional de Literatura de 1933.
Es un niño
Lo indefenso
La inocencia
La fragilidad
Lo demiúrgico creador para poder volar
que es tragado por un ratonero orificio
en la tierra --hecho por el hombre--
por el que se cae al fondo,
en telúrica profundidad,
hasta la nocturnidad minera
de la oscuridad
Yo fui minero.
En una mina de Carbón de Rafael Alba.
En Lillo del Bierzo, León
https://sisifocansado.blogspot.com/2011/08/lillo-del-bierzo-leon.html
En galerías transversales de un metro
por las que había que arrastrarse
--desde la galería central
por dónde corría el vagón--
hasta llegar a la veta de carbón
Y una vez puestos los detonadores
volver a salir zapeando con los codos
para escapar a la explosión.
Candil de carburo iluminando
el negro misterio del dios Hades
Nuna se me olvidará.
Y nos hemos acordado de los mineros
que, cavando una galería,
se acercaran, no a la veta de carbón,
sino a otro muy distinto mineral:
al niño que espera al otro lado
del túnel a taladrar.
Sólo el que ha trabajado
en una de mina de carbón
como la de Lillo del Bierzo
lo puede imaginar
Mineros de Estrellas
son los únicos que ésta labor
pueden realizar.
José María Morón tenía razón.
Seran ellos los que lleguen a esa estrella
de indefensa inocencia y fragilidad...
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Metafísica
Cuándo las noticias nos traen
tantos niños y pueblos empujados y caídos
en agujeros naturales y humanos
y ya no sabemos que prioridad deben de tomar nuestros pensamientos y comentarios,
hoy nos vamos con el plano metafísico:
el de la muerte,
esa que hoy, más que nunca,
la dictadura tecnológica niega y acomoda
bajo sus cacharros y alienantes aparatos
("El desarrollo técnico de nuestros días no acepta la muerte, de hecho la técnica se erige también como una idea más sobre la consolación de la muerte" -A-)
Hoy no existe la ontología de la muerte
como garra de angustia consabida,
todo es cotidianidad hueca y presumida.
¿Muere alguien hoy en día?
Yo nunca veo un entierro.
Un duelo
Todo se ha desontologizado
y útilmente privatizado: hasta la muerte)
La muerte no es un buen cliente
Por eso no se acepta ésta clase de clientes
Y la metafísica al respecto se ha reducido
a los intereses del negocio:
si se quiere ser cremado o enterrado:
¿que vale menos, hermanos?;
si los ataudes son caros o baratos;
si el precio de un entierro está por lo alto;
si el seguro lo cubre o de nuestro bolsillo
Hasta la sagrada metafísica nos han robado.
Sin embargo, todos, al nacer,
caemos en el agujero de la vida,
nuestros rescatadores mineros,
por mucho entrenamiento que tengan,
Decía el filósofo Heidegger
que la pregunta
por el sentido del ser
sólo puede llevarse a cabo sobre
la cuestión de la
muerte
Es verdad.
Y ahora, con Julen,
al que los rescatadores mineros
en éstos momentos se estan aproximando,
pensamos que,
al igual que en el orden natural
cuándo nos llega la hora
de partir hacia la Nada,
también,
los mineros que nos traten
de rescatar llegaran tarde.
Y es que la muerte es lo que más levanta
consolaciones y andamios
para no caernos en los abismos
del dejar-de-ser que, en verdad,
es ese mysterium tremendum et fascinans
del profundo pozo de la esencia humana,
ese del que nunca seremos rescatados.
-A-
Para terminar este aparatado, debemos agregar, que la técnica actualmente juega un papel importante en el ocultamiento de
la pregunta por la muerte. El desarrollo técnico de nuestros días no
acepta la muerte, de hecho la técnica se erige también como una idea
más sobre la consolación de la muerte. Cualquier aparato técnico que
esté a nuestro alcance nos muestra que en el fondo aunque se niegue
se encuentra la posibilidad de la muerte. El horno de microondas tiene gran ventaja sobre el fuego que enciende el campesino con leña
del bosque; el Dasein técnico se apresura a calentar rápidamente sus
alimentos para salir de prisa al trabajo, necesita checar a tiempo para
que no le descuenten de su monto quincenal, si no tiene su monto
completo no puede proveerse de alimentos, ni de medicamentos ni de
educación, los alimentos son para preservar la salud, los medicamentos para regresar a la salud, la educación es para obtener un grado, el
grado provee de una mayor ganancia, las ganancias aseguran el futuro
y en el futuro ¿qué hay? la muerte. Así de esta manera con el simple
análisis del horno de microondas llegamos al hecho de que éste útil
que ocupa un lugar de nuestro mundo, oculta el ser-para-la muerte.
La técnica oculta la muerte, más aún, originariamente, la muerte subyace a la técnica, de esta manera: En todas partes estamos encadenados a la
técnica sin que nos podamos librar de ella, tanto si la afirmamos apasionadamente
como si la negamos (Heidegger, 1994: 94). Y por esto, aunque la técnica
se afane por contrarrestar la muerte con todo su aparato circense de
anuncios televisivos para la elongación de la juventud, no hace otra
cosa que ocultar y negar la muerte.
El Sentido de la Muerte
en Ser y Tiempo de Heidegger,
Josué Manzano Arzate
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Descansen en paz
todos los niños
que murieron al caer
en los Pozos del Mundo
y los mejores deseos
para los que quedaron mutilados