Ayer llegamos,
via cacharro volador,
al Gran Ego, Great Self
('Fuck The Others'),
que, llegando de España,
se hace algo traumático.
Como seguimos manteníendonos
--que trabajo nos cuesta--
en el status de los del "no chip",
tuvimos que acatar el letrero
y salir por la derecha,"merge right",
contra todas nuestras tendencias
de tirar siempre por el "merge left",
pero hay que obedecer las señales de tráfico.
Después de casi tres meses en la ex-patria,
el arribar al "Novus Ordo Seclorum"
nunca es fácil; es más: cierta depresión
siempre nos acompaña en tal impacto psíquico
como resultante del ejercicio comparativo
al que siempre se somete dos cosas,
--dos mundos distintos--,
y en el cual, naturalmente,
una de ellas siempre pierde en tal ejercicio:
en éste caso "the land of the free..."
es la que sale mal parada porque ésto,
realmente, es un 'país sin alma',
como es el cumplir feroz e implacablemente
el "Ne quid res private detrimenti caperet",
'Nada en detrimento de la propiedad privada',
aúnque constantemente ello sea eclipsado
y sublimado por la incesante propaganda
y el deslumbre de los escaparates imperiales.
Forzoso corolario de ello es el hecho
de que aquí cuesta sobrevivir en el sentido
de mantenerse sano como pleno ser humano
sin ser 'contaminado' por la tremenda
'fuerza gravitacional' que ésta tribu,
globalmente poderosa
y omnimoda-mente influenciadora,
ejerce sobre nuestro cerebro y espíritu
(Hemos comprobado vivencialmente
su ascendiente influjo ideológico
en su colonia española)
Carlos Rojas, el escritor --y profesor-- español
que hace tiempo conocí,
me escribió una vez --April 10, 2004--
algo que viene a colación:
"Cada mañana al despertar me pregunto si podré sobrevivir (....) hasta la hora de acostarme a la noche siguiente. Casi tanto como el infierno en que sumieron el mundo me horroriza la indiferencia intelectual y moral de los nativos (....) Nunca me atrajo mayormente la perspectiva de regresar dos o tres meses a la Cataluña irredenta (....) cuento ya las horas antes de embarcar en Delta rumbo al Prat de Llobregat"
Hace dos días, embarcados en otro 'Delta',
salimos de ese mismo Prat de Llobregat
rumbo a ésta "indiferencia intelectual y moral"
a la que entramos, "merge right",
con el candelabro energético
--pasada un tanto la depresión de marras--
de mantener el propósito de sobrevivir
en el hábitat de los del "no chip".
Vamos a ver si lo logro en la tierra
de los que "sumieron el mundo" en un "infierno".
