Jacques Monod
En el famoso libro del Premio Nobel fracés
y los que los compran lo hacen por Necesidad.
El Azar y la Necesidad de los pueblos.
Estos son los dos vectores
del paralelogramo de fuerzas cuya Resultante,
la de los amos del cotarro,
tienen que mantener,
dádles la fantasía de que algunos se hagan ricos para que, así, todos, puedan acariciar la factibilidad de que sus sueños y deseos posean la intrínseca probabilidad de que se puedan realizar, porque éste divino cuento ayuda a soportar la inmisericorde implacabilidad del 'Ananké' de sus sísificas existencias.
El truco esta muy bien estudiado y sirve,
fundamentalmente,
para que con el Azar del dineral acumulado
en las manos de unos pocos los demás sientan que "lo mismo le pudo pasar a ellos", y si se admite esta posibilidad que pudo y puede ser real, entónces la dura y desolada realidad de sus vidas queda un tanto suavizada...aúnque sólo sea sobre la etérea especulación 'de lo que pudo ser y no fue'.
Y asi, la Necesidad, puede comer uno de sus mas deliciosos panes: imaginar.
Y en el capitalismo, hacer imaginar a los esclavos es muy importante, máximo teniendo en cuenta la pesadilla de las monocordes, alienantes e insolventes rutinas cotidianas.
Dentro de poco empezará el sorteo de la Lotería del Gordo en la económicamente Flaca España.
En la Edad Media todo era cuestión, en el destino de los hombres, de cómo girara la Rueda de la Fortuna.
Poco han cambiado los tiempos.
El actual Señor del Castillo del "free world" nos sigue manteniendo ilusionados, desde su amurallada e inexpugnable fortaleza --a la que siempre le toca el Gordo--, de que la Rueda del Azar tal vez pueda satisfacer nuestra Necesidad, ésta que la Rueda de la Realidad nunca podrá.
en éste quizás,
en ésta oportunidad
radica que esos dos vectores
puedan producir la Resultante
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Por la magia de la Internet he ido siguiendo el sorteo.
Música cantarina de los niños al declamar los números y premios.
Recuerdos de aquella niñez navideña que empezaba y llegaba con el pentagrama de las bolitas al caer de los bombos.
Que "el hombre es un ser de lejanias", como le copió Umbral a Heidegger...que verdad, que verdad.
Todo va quedando tan lejos...
Aquellas Nochebuenas de la infancia,
¿dónde están?,
¿dónde han ido a parar?
Cambia todo tan aprisa.
Se mueven los 'bombos' de la vida tan aprisa.
Niños de varios países cantando los números.
Números de varios países cantando a los niños.
Todo transplantado,
desplazado,
injertado.
Los desniveles económicos haciendo diásporas,
mezclando, ovillando. Esta es otra clase de lotería dónde los bombos si que dan vueltas y giran enlazando todos los espacios.
Ha salido el Gordo cantado por un niño suramericano de madre ecuatoriana casada con una marroquí que viven en Madrid que le ha tocado a un sueco que radica en Huesca.
Un Gordo internacional.
Un Flaco local.
Y un transcurrir del tiempo que nos va diluyendo y dejándo aparte en un mundo de desplazados dónde cada vez más los niños y adultos que cantamos las bolitas que caen de revueltas circunstancias nos parecemos mas a nuestras móviles Necesidades que a las contigencias del Azar que mueven los numeros y premios que caen de los bombos.