"Omnia vincit amor",
Todo lo vence el amor
Fué amor a primera vista,
que el amor es espontáneo
y no tiene divisas.
Los dos se necesitaban,
y se juró sobre los Santos Evangelios
que los Principìos del Movimiento
de su atracción
sus destinos regirían.
Y así se celebró la boda,
la más romántica complementación
de fildelidad jamás vista.
Los caso el Papa
con sus palabras divinas:
"Todo atado y bien atado
desde ahora quedareís de por vida"
Los testigos nupciales
fuéron un país mudo
que, sin embargo,
firmó en el libro oficial
que después se exibiría.
Seis caballos blancos
tiraron de la carroza
que a la luna de miel los llevaría.
Inolvidable fué el espectaculo
de aquellos enamorados
que se sonreían:
toda la realeza europea
brindó con champaña
por aquella unión
que tanto les favorecía.
Los dos se necesitaban,
estaba en el Oráculo
al que obedecían;
! qué duda cabía ¡,
¡ya la história estaba prescrita!.
Y se echaron las campanas al vuelo
que aún dura hasta nuestros días.
Uno era de armas tomar,
el otro de sangre azul revertida;
uno era la continuación del otro,
su amalgama, su diapasón:
la conjuntada melodía
Y con el tiempo,
que todo lo cubre y olvida,
uno dellos,
al Taj Mahal de Cuelgamuros se iría,
y el otro, coronado ya,
de Sucesor se quedaría.
Y hoy, San Valentín,
Día de los Enamorados,
recordamos a esta pareja fundida.
