Otra vez no tenemos mas remedio que darle luz a un editorial d INSURGENTE por su actualidad de la Brutal Realidad de cómo estamos siendo ROBADOS hasta los tuétanos
O un Titanic financiero,
o el Granma
Pues se nos ha quedado una buena semana para que, mientras se hunde el barco, los voceros del gobierno toquen el violín de José Antonio y de la memoria histórica. Así nos ayudan a olvidar otra memoria histórica, mucho más cercana y que nos afecta de un modo bastante más acuciante. Y es que esta semana hemos conocido algo impactante.
Resulta que, una década después, España acumula un déficit de 74.000 millones en sus cuentas a causa del rescate bancario. ¿Creen que será el sector privado, o tal vez el público, el que acabe pagando esta fiesta?
El cuento es bien conocido: en el año 2012, y siguiendo las directrices de Bruselas, el gobierno de Rajoy decretó el rescate bancario en España como respuesta a una crisis que, lejos de ser “una estafa”, amenazaba también con colapsar al sector financiero. Prometieron, naturalmente, que el contribuyente no pagaría ni un solo euro por ello…
¿La realidad? La Comisión Europea ha reconocido en un informe que asciende a 89.700 millones de euros el gasto que España ha tenido que asumir entre 2008 y 2022 por los programas de inyección al sector financiero. ¿Más realidad? El rescate bancario perpetuó la concentración del poder financiero en manos de esa minoría que controla gran parte de los recursos económicos del país: como Robin Hood, pero al revés.
Ahora bien, los liberales insisten en que solo las cajas de ahorros fueron rescatadas. ¿Seguro? En los peores momentos de la crisis, la creación del Fondo de Garantía de Depósitos evitó que la gente sacara en masa su dinero de los bancos, lo que en última instancia es salvar a la banca privada con dinero público. Además, el rescate bancario fue absorbido por los bancos privados al adquirir cajas de ahorro a precios muy bajos, beneficiándose de esa «limpieza» pagada, cómo no, con dinero robado al pueblo.
Lo peor es que, obviamente, el rescate bancario no solucionó las causas profundas del choque con ese iceberg que fue la crisis económica, sino que solo retrasó un poco sus inevitables efectos, con la única hoja de ruta de proteger los intereses de una oligarquía financiera parasitaria. La deuda española se ha incrementado significativamente como consecuencia del rescate bancario y será pagada con recortes sociales, por más que el gobierno lo disfrace con su retórica, como ha podido verse tras la decepción del “impuesto a la banca”.
En realidad, no solo Rajoy, sino también Zapatero, rescataron a la banca; y el gobierno actual de PSOE y Podemos no ha tomado la menor medida para revertir esta situación y que devuelvan lo que, de pronto, resulta que se les regaló. Menos mal que tienen eso del “relato”. Aunque Podemos afirmó surgir en sus orígenes para reaccionar frente al desmán capitalista financiero, nos hizo la 13-14 por el camino: ¿desde cuándo el centro del debate para la izquierda pasó a ser hablar sobre con quién se acuesta cada cuál y de qué se viste cada “une”?
Basta de desviar la atención: se acerca una crisis. Y estamos a bordo de un Titanic financiero en el que no hay botes salvadidas para todos: solo para los de primera clase. ¿Dejaremos que los acaparen sin oponer resistencia, o reaccionaremos fletando con Fidel un nuevo Granma que navegue hacia la conquista del pan?
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