"Decía Donne que nadie duerme en la carreta que lo conduce al patíbulo, y que sin embargo todos dormimos desde la matriz hasta la sepultura, o no estamos enteramente despiertos. Una de las misiones de la gran literatura es la de despertar al hombre que viaja hacia el patíbulo"
Ernesto Sabato
Y, sin embargo, dormimos
o no estamos enteramente despiertos
durante el camino,¿para no ver adónde nos lleva
nuestro destino?;
porque todas nuestra creaciones,
como la literatura,
apuntan a aliviar ese castigo
en lugar de -como die Sábato-
tratar de despertar
a ese hombre que viaja
hacia el patíbulo.
Aliviar, aligerar,
más que despertar,
nos parece más adecuado
para entender
qué clase de criatura
va en esa carreta
camino del patíbulo...
porque la literatura,
si, sirve para zurcir
el roto escondido,
para volar y adentrarnos
en nosotros mismos,
pero, al mismo tiempo,
hace más dolorosa
la conciencia
en ese largo camino
al conocerse más el paisaje
por dónde transita
esa carreta
que nos acarrea
a nuestro inexorable sino.