Cada día las grandes cadenas de comunicación del mundo entero reproducen las mismas consignas con las mismas palabras porque la OTAN ha subcontratado la campaña de intoxicación con las mismas empresas de relaciones públicas.
El punto de partida ha sido sencillo y estaba preparado de antemano. Reproduce el mito de David (Ucrania) contra Goliat (Rusia). El pequeño se enfrenta a los abusos del grande, una lucha en la que no cabe dudar la toma de partido.
Para reforzar el mito de la “resistencia ucraniana”, Kiev ha producido un flujo constante de propaganda destinada a generar el apoyo público y oficial de los países occidentales.
Esta campaña incluye guías lingüísticas, mensajes clave y cientos de carteles de propaganda, algunos de los cuales contienen imágenes fascistas e incluso elogian a dirigentes neonazis.
Detrás del esfuerzo de relaciones públicas de Ucrania hay un ejército de estrategas políticos extranjeros, grupos de presión de Washington y una red de medios de comunicación vinculados a los servicios de inteligencia.
La estrategia de propaganda de Ucrania le valió los elogios de un comandante de la OTAN que declaró al Washington Post: “Son realmente buenos en Stratcom: medios de comunicación, operaciones de información y también operaciones psicológicas” (1).
El Washington Post reconoce que, aunque no pueden verificar de forma independiente gran parte de la información que Kiev está difundiendo sobre la evolución del campo de batalla, incluidas las cifras de bajas en ambos bandos, se trata, no obstante, de "una estratagema muy eficaz".
La clave del esfuerzo propagandístico es una legión internacional de empresas de relaciones públicas que trabajan directamente con el Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano para librar la guerra de la información, que comenzó con la censura a los medios alternativos, que además de “prorrusos” difunden información falsa, es decir, que son pura propaganda.
Las empresas subcontratadas
La campaña fue lanzada por un anónimo que fundó una empresa de relaciones públicas con sede en Ucrania. “Desde la primera hora de la guerra, decidimos unirnos al Ministerio de Asuntos Exteriores para ayudarles a difundir las fuentes oficiales para mostrar la verdad”, dijo el anónimo. “Esta es una guerra híbrida: una mezcla de una lucha sangrienta con una enorme campaña de desinformación y falsificación dirigida por Rusia”, añadió (2).
Luego más de 150 empresas de relaciones públicas se sumaron al bombardeo propagandístico. El esfuerzo internacional está dirigido por Nicky Regazzoni, cofundador de la empresa de relaciones públicas PR Network, y Francis Ingham, un destacado consultor de relaciones públicas con estrechos vínculos con el gobierno británico.
Anteriormente Ingraham trabajó para el Partido Conservador británico, forma parte del consejo de estrategia y evaluación del departamento de comunicaciones del gobierno de Londres, es director ejecutivo de la Organización Internacional de Consultoría de Comunicaciones y dirige la asociación de comunicadores de gobiernos locales de Reino Unido, LG Comms.
“Hemos tenido el privilegio de ayudar a coordinar los esfuerzos para apoyar al gobierno ucraniano en los últimos días”, dijo Ingham a PRovoke Media (3). “Las agencias han ofrecido equipos enteros para apoyar a Kiev en la guerra de comunicaciones. Nuestro apoyo al Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania es inquebrantable y continuará mientras sea necesario”.
Con una personalidad ucraniana no identificada que se une a dos de las principales figuras de las relaciones públicas en el bombardeo propagandístico del gobierno de Kiev, el Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano ha distribuido un expediente que contiene documentos instruyendo a las empresas de relaciones públicas de los “mensajes clave”, el lenguaje aprobado y las construcciones propagandísticas desacreditadas.
El expediente está gestionado por Yaroslav Turbil, descrito en su perfil de LinkedIn como “jefe de Ukraine.ua, el ecosistema digital ucraniano para las comunicaciones mundiales. Comunicación estratégica y marca país”. Turbil ha trabajado en múltiples organizaciones de la sociedad civil estrechamente vinculadas al gobierno de Estados Unidos y ha hecho prácticas en Internews, una organización vinculada a los servicios de inteligencia de Estados Unidos que opera con el pretexto de promover la libertad de prensa.
El ‘No a la Guerra’ es una consigna de la OTAN
Entre las construcciones propagandísticas distribuidas en el dossier se encuentra un vídeo sobre el incidente de la Isla de la Serpiente, que se demostró rápidamente que era falso, en el que los guardias fronterizos ucranianos estacionados en una pequeña isla fueron supuestamente asesinados después de decirle a un buque de guerra ruso que se acercaba y que les había instado a rendirse que “se fueran a la mierda”.
El presidente Zelensky celebró una rueda de prensa en la que anunció que concedería a los hombres la medalla de Héroes de Ucrania, mientras los principales medios de comunicación se hacían eco de la noticia. Sin embargo, los soldados supuestamente muertos fueron encontrados pronto sanos y salvos, demostrando que su posición heroica era una farsa.
Aunque se ha demostrado que la historia es falsa, el archivo contiene un vídeo de propaganda que la promociona.
Otro archivo está gestionado por la diseñadora gráfica ucraniana Dasha Podoltseva y contiene cientos de gráficos de propaganda enviados por artistas de Europa y Estados Unidos. Algunas presentan mensajes genéricos de “no a la guerra”, mientras que otras decenas de imágenes celebran “el fantasma de Kiev”, un heroico piloto ucraniano que también resulta ser inexistente, y el falso incidente de la “Isla de la Serpiente”.
Lo mismo cabe decir de otras ficciones, como el bombardeo de la maternidad o del teatro de Mariupol, ampliamente divulgados como “crímenes de guerra rusos” y ataques a la población civil en la que no ha aparecido ni un solo cadáver.
Muchas imágenes utilizan un lenguaje xenófobo y racista, y algunas elogian explícitamente a destacados neonazis ucranianos, como el líder del C14, Yevhen Karas, el paramilitar fascista Sector Derecho y el neonazi Batallón Azov.
Otras piden “batidos de Bandera”, en referencia a los cócteles Molotov que llevan el nombre del asesino de la OUN Stephan Bandera, que colaboró con la Alemania nazi en el asesinato masivo de polacos y otras minorías nacionales y religiosas durante la Segunda Guerra Mundial.
Otra imagen muestra un libro titulado “Enciclopedia de enfermedades incurables”, que incluye a países como Rusia, Bielorrusia, Corea del Norte, Siria y Eritrea.
(1) https://www.washingtonpost.com/national-security/2022/03/16/ukraine-zelensky-information-war/
(2) https://www.prweek.com/article/1748159/global-pr-community-rallies-help-ukraine-government-comms
(3) https://www.provokemedia.com/latest/article/global-pr-industry-pledges-communications-support-for-ukraine