Ante este 'hermoso panorama' que nos espera quisiéramos comenzar describiendo el 'modus operandi' de este carnaval de la mano de Marx (mejor dicho, de la mano del Ananké como Freud llamaba al Principio de la realidad): "El capital experimenta horror por la ausencia de ganancia o por una ganancia muy pequeña, como la naturaleza siente horror por el vacío. Si la ganancia es adecuada, el capital se vuelve audaz. Un 10% seguro, y se lo podrá emplear dondequiera; 20%, y se pondrá impulsivo; 50%, y llegará positivamente a la temeridad por 100% pisoteará todas las leyes humanas; por 300% y no hay crimen que lo arredre, aunque corra el riesgo de que lo ahorquen" El Capital, Tomo I, volumen 3 páginas 950 y 951.
"Y no hay crimen que lo arredre"...La factura humana, como ya todos podemos ver y sentir, es catastrófica: el desastre capitalista o, mordazmente hablando, el 'hermoso panorama' citado.
Fidel Castro lo diagnosticó en su discurso de la Cumbre del Tercer Mundo, Grupo de los 7, en La Havana Abril 12, 2000:
"Hace falta un Nuremberg para juzgar el orden económico que nos han impuesto que cada tres años mata de hambre y de enfermedades previsibles o curables más hombres, mujeres y niños que todos los que en seis años mató la Segunda Guerra Mundial"
Doce años después, en el 2012, Jean Zeigler, Vicepresidente de la Comisión de los derechos humanos de la ONU y exrelator especial de la ONU para el Derecho a la Alimentación, corroboró el mismo Nuremberg de Fidel:
"Vivimos en un orden mundial criminal y caníbal, dónde las pequeñas oligarquías del capital financiero deciden de forma legal quién va a morir de hambre y quién no. Por tanto, estos especuladores financieros deben ser juzgados y condenados, reeditando una especie de Tribunal de Nuremberg"
"Orden criminal y caníbal". La factura humana es obvia: el aumento de las ventas de Superyates por un lado y el naufragio en pateras de docenas de miles de seres humanos que intentan escapar de la desesperación para terminar naufragando en el mar o en la tierra. Y en el plano de la destrucción del medio ambiente cabría preguntarnos: ¿estamos ya cruzando los límites "entre la política y lo clínico", "entre la razón y la demencia"? ¿Habrá que ponerle a Karl Marx una bata blanca para que nos diagnostique más como médico experto en la patogénesis humana que como brillante analista político-económico?
Desde el Club de Roma, en la década de los sesenta, hasta 1992 cuando 1700 World Scientists' se reunen en Nueva York 'Warning to Humanity' para denunciar que "los seres humanos y el mundo natural están en curso de colisión" entre éste "orden criminal y caníbal" y la Naturaleza.
Y esto viene de lejos, en 1932 sentenció Herbert Marcuse: "La situación del capitalismo hoy en día no es solamente una cuestión de crisis económicas y políticas, sino una catástrofe de la esencia humana que condena cada reforma económica y política a la futilidad e incondicionalmente demanda una revolución total".
¿Es posible a estas alturas del sistema (capitalista) que domina el mundo como “civilización única”, esa "revolución total" marcusiana que termine con el “modelo económico”, el “modelo político”, el “modelo militar”, el “modelo jurídico”, el “modelo científico”, el “modelo cultural”, el “modelo social” y el “modelo mental” con los que hoy se articula el dominio del capitalismo en la cabeza humana?