León Felipe |
Y va uno...y va,
de la sombra al sueño,
del sueño al sollozo,
del sollozo al zumbido...
¡Todo es como un zumbido!
--¿Cómo un zumbido?
--A mi me pareció que el mundo
era como un zumbido...
y el hombre ...un hipo.
--¿Un hipo?...
¿Sólo un hipo es el hombre?
--Un hipo en la noche me pareció a mi.
Al final yo no oí más que un hipo...
¿Será verdad que tan sólo seamos
un hipo en la noche como retrata L.F.
en ésas líneas, en esa lapidaria
y demiúrgica confesión
al atreverse a hablarle
asi del 'rey de la creación'?
¿Cómo ha cometido éste hombre,
éste exilado poeta del Viento,
la blasfema osadia de decirnos
a nosotros,
a nosotros,
seres con alma y divinos
creados a imagen y semejanza de Dios,
conocedores de las ciencias y del cosmos,
de sabidurías y de técnicas
que han dominado la Naturaleza
aqui en la Tierra en nuestro favor
...que somos tan sólo un Hipo?
¿Será verdad?
A mi siempre me han impresionado éstas lineas
de L.F. No sé muy bien el por qué.
Tal vez porque, como dice el Zen,
"ni un ladrillo bajo los pies
ni una teja sobre la cabeza",
siempre a la interperie, siempre,
aúnque ladrillos y tejas
acarreemos en nuestras maletas.
Porque la verdad de lo que realmente somos
siempre permanece oculta,
de otra forma no podríamos vivir,
no podríamos soportarla.
(Somos productos
de una prestidigitación
dónde el mago termina
no viendo su truco)
O, como dicen los místicos:
"el que ve a Dios, muere"
¿Será Dios también un hipo
y al vernos reflejados en lo que somos
no lo podemos resistir y morimos?
Y es que todo es un invento.
Hemos inventado a Dios
Nos hemos inventado a nosotros mismos.
Somos una creación de nosotros mismos.
"El hombre es una invención reciente",
decía Michel Foucault, vamos...
un hipo leonfelipiano
que, según el pensador francés,
estaría a punto de desaparecer,
de hacer "plaff"...como una arruga
que se plancha en una camisa,
como un dibujo que se marca
en la arena de la playa
borrado con la primera
marea que pasa.
A mi ésto me proporciona un gran Nirvana:
es, para mi, un quita miedo,
ingravidez, alas..
Lo que me daría canguelo
es creer que no somos un hipo.
¿Por qué?
Porque la verdad es siempre nirvanesca,
ataráxica, carente de toda necesidad,
libre de toda dependencia:
excelsamente inorgánica,
equilibrante y tranquilizante.
Y ésto, atávicamente, me viene de pequeño;
porque recuerdo que cuándo me preguntaban
que qué quería ser cuándo fuese mayor,
contestaba con esa pura cadencia infantil
sin pretensiones y sin máscaras:
"Yo de mayor quiero ser
un hipo, como mi padre"
Después me castigaban.
Pero no me importaba.
Había dicho la verdad
y eso me bastaba.
¿Por qué?
Porque, al profesar el Zen
y la doctrina antropológica de Cristo
que dice que "las aves del cielo
tienen sus nidos
y las alimañas sus guaridas,
pero el Hijo del hombre
no tiene dónde apoyar su cabeza"
..ésto me hace, al fín, apoyar y descanzar
mi cabeza en la verdad:
en el hipo leonfelipiano
Gracias, don León,
por iluminarnos en el difícil camino
de encontrarnos genuínamente
a nosotros mismos en medio
de ésta Gran Confusión
por la que atravesamos.