.
Esto es lo que me ha hecho
volver a la especie del ser humano,
la nuestra, la mía,
la de todas las hermanas y hermanos.
Las dos imágenes de arriba
que enmarcan la esperanza,
el alba, el renacer,
palingenesia constante
que ilumina el camino
por el que todos pasamos.
Y es que ayer, en la última página
de ésta ya hundida bitácora,
'Guerra Nuclear: Un gran Negocio',
dimitía de la especie humana
ante tan tremenda catástrofe
con la que trafican los talabarteros de palacio
y en la que todos,
querásmoslo o no, participamos.
Y hoy, después de oír anoche
al presidente Maduro
innaugurando la Asamblea Constituyente
del pueblo venezolano, bolivariano,
y de ver el cartel de la CUP,
barriendo lo que todos sabemos muy bien
que debe ser barrido para que la suciedad
que nos colma sea sustituída
por la limpieza por la que luchamos
...me he vuelto a incorporar con gusto
a éste contradictorio, honorifico, magnus
y despreciable Club Humano
dónde también las luchas,
los sueños y los Prometeos,
alzan y levantan sus manos,
y tratan,
frente a los caníbales
a los que ayer renunciábamos,
de construír un mundo más justo,
más digno,
más racional,
más sensato.
Si
Escombrem-los!
Barrémoslos!
Es lo que también
le oí al Presidente Bolivariano
tomando la voz de su pueblo;
éste en otras coordenadas,
pero en la misma nave,
en el mismo barco;
ese dónde la misma escoba,
desde Lenin,
hasta hoy en día,
de babor a estribor,
trata de limpiar la basura
que abordo llevamos.
Y es lo que me hizo dejar a un lado
mi dimisión de la especie del ser humano
al comprobar --de nuevo-- que también existe
una parte de la Humanidad
que está hecha Faro,
esa luz que en la noche de tempestad
guía los barcos...
esos dónde la misma escoba,
desde Lenin,
hasta hoy en día,
de babor a estribor,
trata de limpiar la basura
que abordo llevamos...