Tengo abandonada la metafísica
Hace tiempo que no buceo.
Sólo nado en el Ananké, el principio de la realidad.
Y se acostumbra uno a flotar, a nadar:
a espalda,
según tengamos que mirar para ver quíen viene detrás;
a braza,
sacando y metiendo la cabeza para respirar
y asimilar lo que ocurre para entender
qué pasa y pasará;
a mariposa,
lo mas difícil, para impresionar;
o crawl, estilo libre, para tratar
de llegar antes que los demás
...y se olvida uno de que la figura sumergida
del mundo dónde existimos es mucho mas grande y honda
que la tierra que pisamos...
('Le cogito et l'impensé'.
Lo pensado, lo visible del iceberg;
y lo sumergido, lo impensado)
Aunque Herbert Marcuse haya ido "Más allá del Ananké" por otros atajos y vericuetos, no es por donde nosotros queremos ir aquí.
Lo que queremos es bucear
Bajar, a pulmón libre --con oxígeno no tiene mérito, claro--, a ver cuanto aguantamos sin respirar:
frente a la vida,
frente a la muerte,
frente a cenizas eres y cenizas serás.
....¡Ay, mamá...!
...Nadar, se nada bien, pero bucear,
bajar a la profundidad,
a sus eclipses,
a su oscuridad,
dónde la luz, lo diáfano, lo reconocible,
nos empieza a faltar...uf...que miedo nos dá...
Lo inexpresable.
Lo que hay que callar
Solus ipse.
La soledad.
También porque no sabemos si lo que vemos
nos hará la vida más difícil al subir de nuevo arriba para respirar...
Ahora bien, al bucear, en esencia, pueden pasar dos cosas:
--Que nos resignemos y aceptemos lo que experimentamos
--porque es ley natural--, y que es la parte sumergida de lo que nos pasa, arriba, en el Ananké, cuándo nadamos en la ley de los hombres que para poder vivir también tenemos que aceptar.
--O también puede pasar que, por la causas que fuesen, no intimidados ahora por la ley natural, no nos resignamos a aceptar que nuestro destino sea esa maldita ceniza de la que hablamos ya; es asi, si, y no lo podemos cambiar, pero dentro de nosotros adquirimos la conciencia de que lo que ese inexorable destino no nos puede quitar es el decir NO, la rebelión metafísica.
Dice Albert Camus que la rebelión metasifíca es el movimiento por el cúal el hombre protesta contra las condiciones en las que se encuentra como hombre
El esclavo se rebela contra su opresor porque hay dentro de él lo que no le hace aceptar y soportar su opresión. El rebelde metafísico declara que está frustado por el Universo y su ley natural, y que, ante ello, levanta su insurrección, su desacuerdo, que es lo único que le pertenece a él mismo y dónde no puede influir su implacable destino.
Para ambos, no es una pura y simple cuestión de negación.
De hecho, en ambos casos, encontramos en ellos un juicio de valor en nombre del cual rehúsan aprobar las condiciones en las que se encuentran.
Superficie y profundidad están unidas, conectadas.
Porque lo que pasa en una pasa en la otra.
Nadar y bucear son las antípodas de un mismo planeta.
Aceptar las condiciones en las que nos hallamos en una de estas dos partes, nadando o buceando, es aprobarla también en la otra, y viceversa. Son siamesas, simbióticamente siamesas.
Esto no quiere decir que la rebelión de clase --como el esclavo--, o la rebelión metafísica, puedan siempre venir yuxtapuesta en el mismo individuo. Pero, cuando se dan, el hombre alcanza su pleno nacimiento, la conciencia de su autoliberación...a pesar que siga de ser humano, con su animalidad, con su tragedia existencial del to be or not to be.
La misma mano que nos causa la herida nos la cura.
No hay otra.
La rebelión metafísica, en su estricto sentido, no aparece hasta el final del siglo WVIII cuando el Ancien Régime empieza a desmoronarse a manos de las ciencias y la época industrial, y con eso se desploman los valores e ideologías establecidas.
Dios comienza a agonizar, y con ello se abren nuevos caminos en el pensar, sentir e interpretar la situación del hombre en el mundo. Además la sociedad, los nacientes mercados que emergían, necesitaban libertades y oportunidades, y se permite, por primera vez, bucear a pulmón libre...
Ambos, el nadador y el buceador, conllevan la Negacion Absoluta. Para Camus, históricamente hablando, la primera coherente ofensiva al respecto la llevó a cabo el Marqués de Sade que convierte en una maquinaria de guerra las ideas del Padre Meslier y Voltaire.
De la rebelión --social y metafísica--,
Sade deduce una Negacion Absoluta.
Y Camus su primum vivere existencial:
"Me rebelo, luego existo".
La idea de Dios, para Sade, es una divinidad criminal que oprime y niega la Humanidad.
Fundamentalmente, Sade, nadando, no aprueba nada de lo que presencia, y, al bucear, el orden que aparece ante sus ojos, la ley natural, Dios, le parece criminal.
A nosotros nos pasa igual.
"La antigua sentencia 'si vis pacem, para bellum',
'si quieres conservar la paz, prepárate para la guerra',
prepárate para la muerte' "
bajo la línea de flotación'.