--El 9 de mayo de 2015 se celebró el 70° aniversario de la Victoria de Rusia sobre las fuerzas fascistas de Hitler que habian invadido el país (aniversario alque no asistió ningún país occidental) lo que fue calificado por el Patriarca de Moscu, Kirill, como "Un milagro de Dios" en aquella "Gran Guerra Patriótica"
--Las Calurosas felicitaciones al Fuhrer en nombre de los obispos y las diósesis de Alemania se transformaban en el "Milagro de Dios" de la Victoria rusa sobre el Fuhrer.
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Con el tristemente famoso General Videla |
EL PATRIARCA DE MOSCU CONOCE AL DEDILLO, CLARO, LA HISTORIA DEL PATRIARCA DE ROMA-WASHINGTON CON EL QUE SE HA ENTREVISTADO EN CUBA, TAL VEZ POR ELLO, SOLO A INSISTENCIA DE PUTIN, SE CONSIGUIO QUE VIAJARA A LA HABANA. LA HISTORIA MENCIONADA ES ESTA:
Sobre el papel desempeñado por Bergoglio en estos terribles años existe el testimonio de numerosos testigos, que relataron como el sacerdote perjudicó a sacerdotes y laicos que fueron secuestrados, torturados y desaparecidos. En abril de 2010, un sacerdote, un ex religioso, una teóloga, un seglar de una fraternidad laica que en 1976 denunció en el Vaticano lo que ocurría en la Argentina, y un laico que fue secuestrado junto con dos curas que no reaparecieron, denunciaron públicamente su apoyo a las prácticas criminales de la dictadura. (1).
Uno de los casos denunciados se refiere al secuestro de Orlando Yorio y Francisco Jalics. Dos jesuitas que realizaban su labor pastoral y tareas sociales en un barrio de chabolas del sur de Buenos Aires. Los dos sacerdotes fueron recluidos en la Escuela de Mecánica de la Armada - utilizada como centro de tortura - cuando Bergoglio se desempeñaba como principal de la Compañía de Jesús. Según la acusación, Bergoglio los delató y les retiró la protección de su orden religiosa dejándolos a merced de sus victimarios. Ambos párrocos aparecieron drogados y semidesnudos cinco meses más tarde en un campo de las afueras de la capital argentina. Esta denuncia consta en el libro "El silencio" del periodista Horacio Verbitsky y se apoya en las declaraciones del propio Orlando Yorio, realizadas antes de fallecer por causas naturales en 2000.
"La historia lo condena: lo muestra como alguien opuesto a todas las experiencias innovadoras de la Iglesia y sobre todo, en la época de la dictadura, lo muestra muy cercano al poder militar", señaló tiempo atrás el sociólogo Fortunato Mallimacci, ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, refiriéndose al nuevo Papa.
En 2010, el periodista Sergio Rubín escribió un libro titulado "El jesuita, conversaciones con el cardenal Jorge Bergoglio", en el que se refiere como los dos sacerdotes consideraban que el jerarca "los tachaba de subversivos y ejercía una actitud persecutoria hacia ellos por su condición de progresistas". El 8 de noviembre de 2010, Jorge Mario Bergoglio tuvo que declarar sobre el secuestro de los dos jesuitas. Uno de los abogados querellantes en el juicio, Luis Zamora, manifestó: "Cuando alguien es reticente está mintiendo, está ocultando parte de la verdad. El cardenal no pudo justificar por qué esos dos sacerdotes quedaron en una situación de desamparo y expuestos... con su testimonio ha quedado demostrado en forma muy contundente el rol tan siniestro de la Iglesia católica durante la última dictadura militar".
Según declaró posteriormente el periodista Horacio Verbitsky: "Bergoglio tuvo el privilegio de eludir la declaración pública en el tribunal que juzga los crímenes de la dictadura. En cambio los jueces aceptaron visitarlo en su arquidiócesis. Reconoció que en 1999 habló conmigo sobre el secuestro de sus entonces subordinados en la Compañía de Jesús, Orlando Yorio y Francisco Jalics. Pero dijo que nunca oyó hablar de la isla El Silencio, en el Tigre, propiedad del Arzobispado porteño, a la que fueron trasladados los prisioneros de la ESMA en 1979 para que no los encontrara la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Eso no es cierto, ya que en aquella entrevista Bergoglio me dio los datos precisos sobre el expediente sucesorio del solterón empleado de la Curia que figuraba como dueño de la propiedad".
Huelga decir que el propio Bergoglio no solo ha negado todas estas acusaciones, sino que afirma haber protegido a numerosos perseguidos por la dictadura. Las acusaciones que pesan sobre el Papa Francisco I, sin embargo, no solo están apoyadas en los testimonios de las víctimas del régimen militar. Son, además, perfectamente congruentes con el apoyo que mayoritariamente dio la cúpula de la iglesia argentina a la dictadura de este país sudamericano. Y este, a su vez, con la colaboración entre el Vaticano y los EE.UU. en el combate de los movimientos izquierdistas de América Latina.
Durante la década de los setenta y ochenta el Vaticano hizo suya la "Doctrina de la Seguridad Nacional" difundida por Washington para esta región, según la cual el enemigo de la patria estaba dentro del propio país. Éste era el "subversivo", al que se debía combatir por todos los medios hasta lograr exterminarlo. Los patriarcas de la Iglesia argentina actuaron en consecuencia. Tras el golpe militar, y mientras la represión se cebaba con miles de ciudadanos, el entonces nuncio papal en esa nación, Pio Laghi, llegó a manifestar: "...los valores cristianos están amenazados por la agresión de una ideología que es rechazada por el pueblo. Por eso cada uno tiene su cuota de responsabilidad, la Iglesia y las Fuerzas Armadas; la primera está insertada en el Proceso y acompaña a la segunda, no solamente con sus oraciones, sino con acciones en defensa y promoción de los derechos humanos y la patria...". (2).
Durante el golpe militar efectuado por los militares argentinos, Laghi y el embajador estadounidense, Robert Hill, eran informados de cada uno de los pasos que daban los golpistas (3). Obviamente, la "Santa Sede" conocía de primera mano cuanto sucedía en la Argentina. El Nuncio -íntimo amigo de Eduardo Emilio Massera, uno de los tres hombres situados al frente de la Junta Militar- utilizaba además la autoridad moral del Papa para legitimar la dictadura, llegando a declarar "...hay una coincidencia muy singular y alentadora entre lo que dice el General Videla de ganar la paz y el deseo del Santo Padre para que la Argentina viva y gane la paz..." (4).
(2) Adital. Agencia de Información Fray Tito para América Latina. 10-01-03. Extraído de la recopilación de documentos realizada por la periodista Virginia Bossié sobre lo que expresaron los obispos argentinos en apoyo a la dictadura militar.
(3) Carlos Ares. "El cruento éxito de la "Operación Aries". El País.es 24-03-2001.
(4) Adital. Agencia de Información Fray Tito para América Latina.