La Mostra de Venecia concluyó anoche entregando el León de Oro a la mejor película a la cinta sueca A pigeon sat on a branch reflecting on existence(Una paloma sentada en una rama reflexionando sobre la existencia), lúcida y satírica reflexión sobre la ridiculez de la condición humana y los imperativos de la vida en sociedad.
Que curioso es el animal humano, ¿no?
Como nos podemos ver desde "afuera"
sin podernos cambiar desde "dentro"
Porque éste film está realizado sobre la ecuación
observadora, caústica, mordaz e incisiva,
de retratar todo el absurdo que nosotros mismos
nos hemos ido creando con nuestra llamada
"civilización" que, en la película, más parece
un manicomio organizado por gentes de mente
que termina albergando dementes.
¿Es que nuestra razón
es incapaz de suprimir
ese absurdo que se refleja
en lo que hacemos?
Sin embargo, nuestra "razón",
puede crear Kafka's
y el director de ésta pelicula,
y tantísimos mas...
Qué extraña criatura es el ser humano.
Qué extraña criatura es éste ser
que está escribiendo ésto...
Y ésta película es importante
porque nos ayuda a visualizar
todo ésto que estamos diciendo.
Es como si llevaramos una "dirección"
--en la edad de piedra aún no nos pasaba
nada de todo ésto-- en la que,
a pesar de ser los productores de ella,
sólo participamos como testigos de ella
...haciendo películas,
libros, discursos, arte,
políticas, novelas...
hasta guerras,
que ya es el colmo colmero
en querer hallar una respuesta.
Y es que a nivel ontogenético,
a nivel individual, pasa igual,
porque ¿cuántas veces nos encontramos
a nosotros mismos haciéndo algo,
en una actitud determinada,
la cual, perteneciéndonos
--porque es algo nuestro--,
sentimos tan sólo el ser 'testigos' de ella,
desde 'afuera',
sin poderla cambiar o afectar desde 'dentro'?
(A mi me pasa todos los días)
Es como si fuesemos llevados por fuerzas subconscientes sobre las cuales nuestra conciencia de ello es tan sólo un 'presenciador' inoperante
sin ningún poder para alterar
lo que somos y vivimos.
Viendo esas cortas escenas de la película
me vino a la mente aquello que dijo Freud
de que "el yo no es dueño de su propia casa".
Verdaderamente no lo es;
entónces, ¿quíen es?.
Porque el reflejo que nos hace
Roy Andersson --el director de la película--
del "homo sapiens",
en éste estado churriguresco de la civilización
a la que hemos llegado,
nos deja con la simple cuestión en-mente
de ¿cómo seres de-mentes
pueden llegar a convertirse en dementes?
Es la Gran Paradoja en éste infinito Universo:
que un primate haya evolucionado
hasta llegar
"A Pigeon Sat On A Branch
Reflecting on Existence"
Film a ver.
Solamente en Suecia pudo nacer.
PD:
Aclaración empírica a la metódica duda
antropológica de qué somos:
No es que seamos una extraña criatura,
es que, simplemente,
tenemos un "cable suelto",
y todo el 'progreso',
la 'civilización',
la 'cultura',
con todos los medios que poseemos,
lo único que han hecho es tratar,
inútilmente, de componerlo.
Seamos honestos.