Otro día.
El mismo día.
Todo es Nuevo y Viejo al mismo tiempo.
Una ambivalencia insufrible.
Ha vuelto a salir el sol.
A veces me molesta la puntualidad del sol.
La puntualidad del universo,
la puntualidad de todo.
Esta rutina sísifica con la que, coco a codo,
enlazamos nuestras anónimas,
efímeras, insignificantes y microscopicas vidas.
A veces preferiría el caos, lo imprevisto,
lo improgramado, lo que no tiene andamios
para llegar hasta los últimos pisos
de este edificio que estamos apuntalando.
Quizás sea porque éste mundo humano
está convertido en un campo de concentración
dónde todo está vigilado, atado,
rutinariado y puntualizado.
Desde el ojo del satélite
a todos éstos cacharros computeros
que cada vez nos desmembran más
con la deshumanización y la alienación
que de ellos extraemos a diario,
todo se ha hecho puntual
en una cita que nosotros no hemos planeado
...como la salida del sol que nunca falla
para alumbrarnos.
Hasta la basura que tiramos y nos tiran
se ha hecho puntual en sus derrames
y presencia a lo largo y ancho.
Y es curioso, porque según dice la chingadera
de las máquinas contables
de los canallas de google,
uno de los posts mas leídos
en ésta bitácora de polizón que llevo a cabo
es, precisamente, la basura en la que andamos:
Una isla de basura plástica del tamaño
de tres veces España y Portugal en el Pacífico
http://sisifocansado.blogspot.com/2011/05/una-isla-de-basura-plastica-del-tamano.htm
Que curioso.
Es que tenemos una gran cultura puntual
sobre la basura dónde vivimos
y nos gusta conocerla,
leerla, descubrir que otros la descubren,
çompartir el conocimiento de la misma,
supongo.
Y es que la verdad ya está hecha ilegal,
no de otro modo pudiera haber islas de basura
como países en el mar, claro.
Y estas noticias, por supuesto, no estan en la tele,
ni en el telo, porque son tela...pero marinera
(de ahí que esten en el mar)
No se si éste interés por éste post basurero
es una esperanza o una motivación mas
para salir corriendo.
Porque, por un lado,
hay mucho de sinceridad ontológica
en cuánto al deseo de saber
lo que realmente ocurre y hacemos,
y, por otro lado,
¿ésto es lo que hacemos,
embasurarnos hasta los huesos?
No lo sé.
Porque ahora me ha dado por pensar
que el saber y conocer las cosas
no sirve para nada sino se cambian.
Y empiezo a creer
que nos las dejan saber y conocer
para que no cambien.
Antes era al revés,
ni había tele,
ni cacharros computeros,
ni tecnologías,
ni videos-juegos,
ni internet,
ni 'youtube',
ni teléfonos-grabadores,
ni incluso identidades puntualizadas
ni carnets;
las gentes no sabían lo que pasaba,
si había basuras,
millonarios de labios pintados
bilderbers escondidos,
paraísos fiscales o pedigrés
...y ésto, dialéctica suprema,
hacía que hubiésen
mas posibilidades reales
de poder cambiar las cosas
para porder intentarlo otra vez
Pero hoy todo se sabe preguntando en la internet
y hasta podemos ver cualquíer video,
cualquiera, dónde está grabada
la voz y la imagen de quíen queramos oír y ver,
y podemos también, puntualmente,
conocer cuántas islas de basuras
inundan los mares, el ocaso y el amanecer.
Quiere decir que con todo ello
las genuínas posibilidades de cambio
han desaparecido por doquier
porque hoy en día el punctual
saber y conocer que nos dá la internet,
conocer las islas de basuras
donde un día todos vamos a perecer,
ha sustituído a toda avenida revolucionaria
que es precisamente lo que éstos gangsters
nos impiden tener.
Todo, asi, ha sido muy bien montado
para que se sepa y se conozca
y nada se pueda transcender.
El sueño realizado
de la clase social en el poder.
