No.
Es algo mucho más grave,
históricamente mucho mas grave y truculento
de lo que se nos hace ver en el eslogan de marras.
Poniéndo el nombre de la patria en inglés,
Spain,
y sustituyendo la S por el símbolo
del capitalismo, del dinero, $,
y separándolo de pain,
que en lengua imperial quiere decir, dolor,
nos quedamos con $-pain:
el capitalismo del dolor,
el dolor del capitalismo,
el dolor del Gran Traumatismo,
que es con lo que acertamos a sustituir
el eslogan de marras por un más correcto término,
sobre todo con lo que ha pasado reciente-mente
con el Primer Duque de Suárez,
y que, a "grosso modo", se podría simplificar asi:
De todas maneras --y es que es difícil acostumbrarse a la psicopatología del hábito--, uno se vuelve a quedar asombrado.
Debe ser que la capacidad de asombro es infinita,
capacidad cuya infinitud había que agregársela a las dos que estableció Einstein que dijo que "hay dos cosas infinitas, el Universo y la estupidez humana".
Pues la tercera es el asombro,
el infinito asombro.
Siendo Ministro Secretario General del Movimiento ("Eppur si muovo") el Primer Duque de Suárez, el 27 de Septiembre de 1975, por la inercia del propio Movimiento que el citado Duque presidía, el Sátrapa, su protector y guía, que no se quería ir a la tumba sin llevarse con él el olor fresco de la sangre que le acompañó toda su vida, firmó cinco asesinatos, penas de muerte lo llamaron, y cinco martires más del pueblo español fueron fusilados:
tres militantes del FRAP:
y Ramón García Sanz,
y dos militantes de la ETA:
Juan Paredes Manot (Txiki)
Sería uno de los penúltimos zarpazos del Movimiento
que el padre de la democracia española regía.
"Ad maiorem Dei gloriam",
el Caudillo de España por la Gracia de Dios,
y su gran Estado Mayor,
que futúros Duques, Condes y Marqueses serían,
se lavaron las manos de la sangre
y del dolor de esa $-pain que, doblegada,
impotente y sumisa,
amordazada por decadas de terrorismo,
fosas comunes, lutos y silencios
de lágrimas escondidas,
dos meses después se sentía
jilolla y bulliciosa celebrando
la muerte del Monstruo del Ferrol
que al final se íba como dijo Francisco Umbral:
"al final lo matamos por muerte natural",
que es la muerte política
que por falta de medios y huevos
tiene que esperar hasta que la Naturaleza
haga el trabajo
que los hombres no nos atrevemos a realizar.
Después, ya se sabe,
los Duques, Condes y Marqueses,
cantaron el Avemaría,
bajaron al altar a comulgar,
la Iglesia les dió la bendición,
se vistieron con las túnicas de los nuevos tiempos,
trapichearon una Nueva Constitución,
naturalmente, con Washington y su aprobación,
se montó el trono de un Coronado Sucesor,
y bajo el axis mundi de impunidad y reconciliación,
la "'democracia' comenzó su ficticia ascensión"
Pero ésta vez no se tuvo que recurrir
a Por la Gracia de Dios
porque ya ésta Gracia Divina
se había transferido, Mutatis mutandis,
del Generalísimo a su ahijado el Borbón,
que es, de "per se",
el Gran Traumatismo Histórico Español.
Y al fallecer el Primer Duque de Suárez
(es el intitulado Borbón el que otorga títulos
nobiliarios e inmobiliarios), las campanas
de la torre oficial se echaron al vuelo
recordado al padre de la democracia,
que, huérfana de madre
(no nos han dicho quíen es la madre),
sigue aún llorando, huérfana y raquítica,
por las udres maternales
que nunca la han amamantado.
Lo que pasó antes de que el señor Duque
se convirtiera en padre parece haberse
olvidado por completo
(como si el hombre,
por un extraordinario milagro de la naturaleza,
ya hubiése nacido siendo padre),
como si nunca hubiése existido,
como si una mano invisible lo hubiése borrado
de mapas, records y documentos,
como un Alzheimer sacado
del sombrero de copa de un prestidigitador;
y aqui radica el 'sui generis' pathos
de la memoria extrapolada
que le han robado al pueblo español,
único caso en la história contemporánea
que no tiene por ningún lado parangon.
Y uno, como decíamos,
se queda asombrado
de que tanto Alzheimer, masivo y compulsivo,
haya podido darse a un nivel
de tanta cotidianidad en un país europeo,
continente, que, según nos dicen los libros de História y las películas, fue liberado por los Aliados
después de la II Guerra Mundial.
Pero ésta vez hemos aprendido algo nuevo:
que hay tres cosas que entran en la infinutud
de la que nos hablaba Einstein
que tanto sabía de Física como del ser humano:
El Universo,
La Estupidez Humana,
Y el Quedarse Asombrado,
tres elementos cuyos infinitos
se cuadran muy bien en ésta España actual
dónde uno, "ad infinitum",
se sigue preguntándo:
¿HASTA CUÁND0?
PD:
A quíen le pueda interesar.
El número que está en la placa fotográfica como delincuente común del llamado "rey de España", no es una arbitrariedad numérica, es la fecha en la que ajusticiaron a su antecesor, Luis XVI en Francia: 21-01-1793, el 21 de Eenero de 1973. Y es que hemos querido darle sentido a todo lo que hacemos. Somos asi de rugurosos en nuestros trabajos.
