Efrain Chury Iribarne:
Como cada lunes a esta hora, estamos recibiendo y dando la bienvenida a James Petras, que ya está en contacto desde los Estados Unidos.
James Petras:
Buen día. Estuvimos toda la mañana analizando las elecciones en Venezuela, con entrevistas y comentarios, tratando de organizar algunas explicaciones.
EChI:
Si, hoy es el tema casi excluyente y estábamos aguardando este contacto para escuchar tu análisis. Así que adelante nomás.
JP:
Bueno, lo primero que debemos anotar es que el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) ganó las elecciones.
No fue por tanto como algunos creímos, pero en todo caso ganó la Presidencia otra vez, después de trece años en el gobierno, lo que es muy raro porque en general los gobiernos sufren desgastes y tienen el problema de mantener el ánimo de la gente.
En segundo lugar, el gobierno queda también con mayoría en el Congreso, los militares siguen apoyando la Constitución la legalidad, la legitimidad, y siguen controlando las calles a pesar de que la oposición trata de fomentar el caos.
También tenemos que marcar que buena parte de la Economía sigue bajo el control del gobierno y que tienen el apoyo de los gobiernos en la región.El nuevo gobierno recibió el apoyo y el saludo de casi toda América Latina, de casi toda América, menos de los Estados Unidos que hasta ahora no ha saludad la victoria de Nicolás Maduro.
Ahora, con todo eso, debemos anotar que bajó el margen de victoria a menos del 2%, según las cifras que dieron hoy es de 1,6% de margen.
¿Cómo explicamos esta caída desde octubre a abril?
Un factor que Chávez personalmente no esté involucrado. (a). Otro factor importante fue la política de devaluación (b) que golpeó los ingresos efectivos de los consumidores, incluso las clases populares, porque hay un enorme porcentaje de los alimentos básicos que son importados y que cuestan más porque el Bolívar vale menos.
Además, junto a la devaluación, el factor de inflación (c) sigue corriendo a ritmo bastante alto y se suma a esto, el desabastecimiento, por el sabotaje, por la ineficiencia en la distribución.
Sectores productivos y de distribución concientemente intervienen para que la mercancía no circule. A la vez, tuvimos los apagones, fruto del sabotaje pero que -pese a que el gobierno intervino e incluso encarceló un ventana de funcionarios del sistema eléctrico por los hechos- tuvo un claro impacto.
El hecho fundamental, en relación con la campaña es que Maduro y su equipo, enfatizaron demasiado en la personalidad de Chávez, en la personalidad de Maduro que tocaba música folclórica, y no enfatizaron en el Programa de gobierno.
La gran diferencia con la última campaña de Hugo Chávez, es que Chávez formuló un programa e hizo toda la campaña explicando exactamente las medidas económicas y sociales que iba a impulsar. Mientras, Maduro hablaba de los temas de la muerte Chávez, de la continuidad de Chávez, pero no expuso las ideas programáticas, las medidas concretas que va a realizar.
Y eso permite que la oposición, demagógicamente, trate de aparentar, de decir que ellos sí van a multiplicar los programas de Chávez, van a aumentar los salarios, forzando las ideas sociales sobre la agenda, poniendo a Maduro más como una figura religiosa, celebrando la mística de Chávez, en vez del programa económico y social.
Estos factores influyeron mucho en esta campaña, influyeron en el voto de muchos sectores que no eran los ‘duros’ chavistas. El chavismo consigue el 50% de los votos por lo que cumplieron en estos 12 años de gobierno.
Pero en el corto plazo, en la coyuntura, Maduro y su equipo, cometieron algunos errores por ejemplo, no esperar a después de las elecciones para devaluar la moneda, no movilizar al Ejército y a las fuerzas publicas para mantener la circulación de mercancías, en vez de permitir que la gente tenga que andar atrás del papel higiénico, de arroz, jabón, etc.
Con una intervención más fuerte del gobierno esto se hubiera evitado.
Ahora bien, más allá de esto, hay una acumulación de problemas estratégicos que debemos tener en cuenta.
Uno es la ineficiencia. (1). Una cosa es pronunciar un programa y forzosamente Chávez intervenía cuando algo no funcionaba para rectificar.
Pero la fuerza de personalidad de Chávez para compensar por la ineficiencia ahora no está. Y la ineficiencia es un gran tema, porque se puede decir que hay un mejoramiento en los servicios sociales –como recolección la basura o mejora de caminos- pero no cumplen, porque los funcionarios no cumplen y eso empieza a perjudicar a la gente en los barrios populares.
Porque lo que hay que anotar de estas elecciones es que algunos sectores amplios y populares dieron el voto a la derecha, porque precisamente están a favor del programa pero ven que no cumplieron, no hay resultados. Y eso tiene que ver con otro problema: la corrupción endémica entre sectores de la administración pública. (2)
Ese es un problema que existía antes del gobierno de Chávez en forma virulenta, existe en estados donde gobiernan los opositores, es un fenómeno generalizado, pero en la campaña presidencial es el Presidente el que asume la responsabilidad.
El tercer problema estratégico es la inseguridad y la delincuencia. (3). A pesar de que temían algunas iniciativas, preparando un nuevo modelo de Policía para combatir la delincuencia, las tasas de homicidios y crímenes violentos siguen demasiado altos.
¿Estos problemas qué indican?
Debemos reconocer que el gobierno tiene que enfrentar una guerra permanente, la oposición no va a dejar un período de luna de miel, no va a permitir -ahora que perdió las elecciones- que el gobierno lance sus programas ni a formar una oposición en el Congreso, en la prensa. No. La oposición, financiada por los Estados Unidos y estimulada por las instituciones y organizaciones financiadas por Estados Unidos, mantendrá una guerra permanente.
En cualquier momento van a poner obstáculos, empezando por hoy, no aceptando los resultados, llamar a una auditoría, si el gobierno ganó o no ganó van a denunciar fraude, van a obstaculizar todo lo posible la realización del programa económico.
Ahora, frente a una oposición financiada por Estados Unidos, la primera cosa que debe hacer el gobierno es una Ley que ilegalice el financiamiento de organizaciones desde el exterior y obligarlos a registrarse como agentes de poderes externos, que es lo que son.
Y esa es la ley que tenemos aquí en Estados Unidos, cualquier organización que recibe financiamiento de cualquier otro gobierno está obligado a registrase y si no lo hacen, son acusados de espionaje, son sometidos a juicios criminales y podrían pasar hasta cinco años en la cárcel.
Pero eso no existe en Venezuela y si existe no se aplica. Por esa razón en esta campaña, Capriles recibió millones de dólares para financiar su campaña y ahora van a necesitar millones más para mantener la política de guerra permanente.
¿Qué opciones tiene Maduro frente a esta situación?
Uno puede pensar que hay tres posibilidades.
Uno es radicalizar el proceso. Segundo, buscar consolidar y mejorar lo que hay. Y tercero, la conciliación, buscar un consenso, un pacto con la derecha.
Ahora, en primera fase, debemos decir que la posibilidad de conciliación existe porque dentro del equipo de Maduro hay un sector importante burgués, funcionarios bastante conservadores que tienen un pie en el gobierno y otro con la oposición.
El problema es que los conciliadores no tienen interlocutores, con la táctica ofensiva que busca derrocar el gobierno no hay ninguna posibilidad de pacto, ni pacto de paz ni de consenso ni pacto social. No hay.
Entre la radicalización y la consolidación, yo creo que ambas cosas deben ser combinadas, pero dentro –y quiero enfatizar en esto- de una estrategia ofensiva.
El gobierno no debe quedarse tratando de legitimizarse, pidiendo auditorías, pidiendo la legalidad, porque ya ganaron las elecciones.
Si van a pedir auditorías, que lo hagan, pero mientras, el gobierno debe empujar programas productivos, programas sociales, programas de rectificación de administración, lanzar la ofensiva y no quedarse simplemente respondiendo a las acusaciones de la oposición. O sea, tomar la iniciativa, tiene la presencia de la fuerza pública para empujar lo que ganaron en las elecciones.
¿Y qué significa en este contexto radicalizar?
Lo primero es volver a los lugares a donde existe el corazón del chavismo, lugares de trabajo, vecindades, comunidades, para hacer una ofensiva que en primer instancia permita revitalizar los programas sociales que han quedado en una forma medio muertos.
Pero junto con eso, deben cambiar el estilo de los programas sociales, imponer la responsabilidad colectiva de los beneficiarios, porque una cosa es financiar programas sociales de Educación, de vivienda, infraestructura, Salud, pero que la gente queda pasiva simplemente exigiendo más, sin asumir responsabilidad por el funcionamiento, por la eficiencia.
No se puede solamente tomar el control de empresas si los trabajadores, técnicos, administradores, no asumen mayores responsabilidades, hay que acabar con eso de ‘ellos y nosotros’ dentro de las empresas públicas.
Resulta que hasta hay robos dentro de las empresas públicas, pasa en la distribución de alimentos, camioneros y almaceneros estatales roban y venden en el mercado negro, y en esto hay que inculcar la necesidad de tomar responsabilidades.
Me parece muy importante, porque no basta con que formalmente el gobierno tome tal o cual empresa sin ningún comité de responsabilidad que supervise que esas cosas funcionen eficiente y honestamente y sus beneficios lleguen a quien deben llegar.
Ahora, finalmente la lucha contra la delincuencia no puede ser secundaria. Hay que formar un nuevo modelo, con mayor inteligencia, porque en Venezuela falta un mapa de dónde están los delincuentes, cómo se organizan, donde hay que concentrar esfuerzos, dónde están los grupos que manifiestan estas actividades antisociales.
Es un problema político y para solucionarlo hay que concentrar recursos junto con la organización de los barrios. Se necesitan milicias locales contra la delincuencia. Actualmente es una guerra, si tomamos el número de muertos.
Por otro lado, hay que rectificar la delincuencia en la administración pública. En eso necesitan lo que en Estados Unidos llaman whistle-blower, es decir los que alertan a las autoridades sobre la corrupción entre oficiales administrativos, y se llegan a procesos criminales no alcanza con reprimendas.
La legalidad necesita una mayor revolución cultural, porque en Venezuela la incapacidad de los administradores de auto rectificarse es bastante evidente.
Entonces, el gobierno ganó las elecciones, el gobierno tiene la legalidad, tiene el respaldo de la mayoría de la gente, incluso muchos de los que votaron en contra son simpatizantes del programa chavista, siempre que el gobierno lance el programa y no se quede con el fetichismo de Chávez que no marchó en estas elecciones. Es evidente, la gente quiere obras y no simplemente rituales.
Hasta aquí mis comentarios sobre las elecciones venezolanas del domingo.
EChI:
A la oposición le queda aún una carta a jugar, el referéndum revocatorio.
JP:
Si, pero eso es dentro de tres años. Pero desde aquí hasta allá hay mucho para hacer y muchas oportunidades. Se puede arrinconar a la oposición a partir de una ofensiva.
Si uno empieza a anticipar las elecciones tres años, vas a perderlas.
Lo que necesita el país no es política coyuntural, política electoral, lo que necesita el país es cambios estructurales ya.
Cambios estructurales en el funcionamiento del gobierno, cambios estructurales en relación a la administración de la justicia y el combate a la delincuencia, cambios estructurales en relación con la organización de producción y distribución.
Esa, me parece, es la base para acercar las elecciones. Tienen dos años y medios para lanzar las bases fundamentales para esta transformación, golpear a la derecha en todo sentido a partir de reformas que favorecen al pueblo y su participación directa. Pero es muy negativo que ahora empiecen a anticipar un referéndum, esa es la mentalidad del perdedor.
Hoy la mejor defensa es una ofensiva, con un programa económico al frente y realizarlo en todos los aspectos, paso a paso.
Creo además que no puede establecer problemas generales, sino que debe ser una enumeración de 60 puntos que se vayan a realizar en tres años.
Por ejemplo, mejorar servicios, reducir trámites para –por ejemplo- obtener un permiso para construir una casa, no puede demorar años. Y si no se obtiene de inmediato, en una semana, deben existir mecanismos para sancionar a los burócratas que lo demoran, porque los trámites matan cualquier programa económico y social.
EChI:
Muy bien Petras, ha quedado clarísimo todo este análisis.
JP:
Bien, antes de terminar quiero comentar una cosa sobre la política de Estados Unidos en esta coyuntura.
Estados Undios está jugando la carta de deslegitimizar las elecciones, los medios aquí están dando mucha publicidad a las acusaciones de Capriles, no quieren reconocer el resultado, van a cuestionar a Maduro, van a prolongar el proceso electoral para que el gobierno siempre quede a la defensiva.
Es la táctica de Obama que busca crear una situación caótica, obstaculizando el quehacer, para frustrar la mayoría.
Esta política de Obama es la política del golpismo disfrazada de forma electoral, es el golpismo desde el proyecto electoral buscando de alguna forma frustrar la posibilidad del funcionamiento efectivo del gobierno y negar su posibilidad de alcanzar metas que podrían aumentar el apoyo popular.
Esta política es una guerra de desgaste, es un golpe incremental, creando las condiciones para un derrocamiento institucional a partir del referéndum dentro de tres años o antes incluso.
EChI:
Felicitaciones por estos comentarios y muchas gracias.
JP:
Muchas gracias. Un saludo a la audiencia.
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