¿Venimos a oler la flor
o a regar la planta?
El hecho de que nos 'corten el agua'
muchísimo más a menudo
que 'sacarnos el olfato',
prueba a lo que venimos.
Dejándo atrás el existencial
nihilismo burgués,
el mismo que Georg Lukács analizó
tan perspicazmente en su trabajo
"La Destrucción de la Razón".
Dejándo atrás el camino del solipsismo
metafísico que evita
la concreta Esperanza,
esa Flor que, como todas las flores,
sólo puede mantenerse viva
si se la abona y se riega.
Dejándo atrás
ésas calles y avenidas
que componen la guía urbana
que nos circunscribe al mapa
del "escepticismo operacional que hace falta"
...¿de qué sirvieron y sirven todos
aquellos 'jardineros' que cayeron
inmolados abonándola y regándola?
Porque a todos ellos
le debemos el 'perfume',
o el poco 'perfume',
del que disfrutamos hoy
en la pestilencia reinante.
¿No implíca ésto un compromiso con ellos
al quedar beneficiados por algo
que nosotros mismos
no hemos llevado a cabo
y que se lo usufructuamos?
El filósofo catalan, Ferrater Mora,
llamaría a ésto,
sobre la epistemología materialista,
un "compromiso ontológico":
...Dependerá, claro está, de que en qué clase de hombres se encuentre el futúro de la Humanidad, claro. |