Hoy me he levantado con "Muerte en Venecia".
Su divina música.
'Adagietto' de la Quinta Sinfonia de Mahler'.
No sé el por qué.
Nunca sabemos el por qué.
Que bien.
Tal vez han sido los sueños
"El hombre es un mendigo cuando piensa
y un dios cuándo sueña"
Tal vez fueron los bucles sísificos del nuevo día
al implantarnos de nuevo sus curva verticales
en el anagrama de sus norias.
Y en ese 'Adagietto' lento donde se aflojan
las tuercas de los nudos y las neurologías
que nos empujan
y dónde se alzan las velas
que nos "adagian" el alma,
he hallado la nota exácta de la mañana.
(Después, claro esta,
imprevisibles ciclos del humanoide,
llegaran huracanes
que se lleven el 'Adagietto'
a otros lares...)