El galaxico conundrum epistemológico es que el Ser sólo puede ser percibido, concebido, pensado, analizado, por y desde el mismo Ser. (Cuando para detectar al Ser es imprescindible el que sea catalogado desde el No-Ser)
Toda la lucha fiolosófica del hombre ha sido siempre el querer verse su ojo con su propio ojo. Y aquí está el berenjenal. Y en ésto, creemos, precisamente, que se basa la revolucionaria cuña ontológica que metió Heidegger en 1927 cuándo se publicó su libro: en arrancarse su propia pupila y retina, ponerselas enfrente de el, e intetar analizarlas y disecarlas con el otro ojo que le quedaba...la cuestion es que siempre nos hacen falta, al menos, 'dos ojos' para poder ver y discernir lo que tenemos elante de nosotrs. Y aquí está el problema:
Que acarreamos un fraudulento e hiperdesarrollado cortex cerebral que todo lo que toca y reflexiona lo agranda, lo desproporciona y lo multiplica por 1.500 --Que es el número abultado y cabezónico de centímetros cúbicos, que, como media, llevamos los 'sapiens' sobre nuestros hombros--
(Y es que el hombre, como "sapiens" --debido a que ésta 'facultad' no se alcanzó por medios evolutivamente naturales--, es una contradicción insostenible, un perenne autoaniquilamiento cognoscitivo que se hunde en sus propias arenas movedizas cuanto mas se mueve; una "anomalia", como dice Fromm, que se 'anomala' y se contradice mortalmente a sí misma. --¿No se 'anomalo' a si mismo Heidegger al ser al mismo tiempo que un tremendo pensador un afiliado y defensor de los horrores y crimenes del fascismo aleman?--)
Existencialismo (Sartre), hermeneutica, deconstruccion (Derrida), pensamiento postmodernista, y, en general, toda la filosofia occidental, sintió en sus entrañas la cuña del pensador fascista aleman. Karl Jaspers, Leo Strauss, Ahmad Fardid, Hans-Georg Gadamer, Jean-Paul Sartre, Emmanuel Lévinas, Hannah Arendt, Maurice Merleau-Ponty, Michel Foucault, Richard Rorty, Jacques Derrida..."sufrienron" las consecuencias de ese 'Ser' y 'Tiempo' que, arrojados como siameses inseparables a las mareas del mundo, 'Dasein', dónde juntos se desenvuelven sin entenderse el uno al otro, tratan cada cual, inutilmente, de atrapar y compaginar sus sombras.
Al final, Heidegger, a pesar de su Sein und Zeit, a las cuarenta y ocho y horas despues del fin de su Dasein, comenzó su cuerpo a descomponerse y a oler mal: era el Tiempo, el Dios Cronos, el que seguia trabajando sin parar. ¿Es que éste canalla nunca parará, y pensemos lo que pensemos, 'descubramos' lo que 'descubramos', hagamos lo que hagamos, todo, siempre, terminará igual?
Un gran latazo este Ser y Tiempo que siempre nos estan ladrando a la espera de darnos la mordida final.