Así empieza su "Toque de Queda":
"...Por eso no creo que sea necesario escribir un prólogo a no ser para explicar el título aunque la mayor parte de los lectores saben lo que es el toque de queda. Se trata en mi caso del clamor de la vejez en el crepúsculo de este dia solar que es la vida de cada cual. Toque de queda. Después del clarín crepúscular se supone que la gente se recoge y se acuesta a dormir. Con ese crepúsculo diario la naturaleza nos adiestra para la experiencia mortal trescientas sesenta y cinco veces cada año y sesenta u ochenta años, uno tras otro...."
Hasta llegar a ésta página:
"Alfonso XIII me metio en la cárcel y yo me vengué escribiendo «Iman» que le costó la corona o al menos eso dicen, Su nieto don Juan Carlos me ofreció honores y yo los acepté porque es un rey de veras democrático y merecedor de respeto y afecto y posee además la mejor cualidad posible en un monarca: no cree en la monarquía traditional. Sólo asi puede hacer grandes cosas.
Fue aquí dónde recibimos un tremendo "Toque de Queda"
y nos Quedamos helados sin poder continuar.
Y es que hay muchos diferentes "Toques de Queda".
Y uno de ellos es ese dónde nos quedamos petrificados
como la mujer de Lot,
pero ésta vez,
en lugar de quedarnos hechos una estatua de sal,
nos quedamos hechos una estatua dulce
de agua sazonada que se dijo a sí misma
en los confines de la sorpresa colosal:
-'Esto tipo vivió demasiado tiempo
en la "democracia" del "american dream"
y todo le parece 'democratico':
incluso un Bobón complice de los crimenes
de un criminal de guerra y paz,
que, a dedo, lo escogió de Sucesor
para que jurara, sobre los santos Evangelios,
los 'Principios del Movimiento'
...de sangre y dolor que a la patria estranguló
y que a él por el resto de su vida lo exiló.
Increíble.
Increible, don Ramón.