-"Pase usted"-
La Vida, delante, con voz amable, abre la puerta e invita a pasar al Absurdo, que, majestuoso e indiferente, ataviesa una enorme entrada con amplio cristal de medio punto como regio penacho. Detrás pasan el Suicidio, esbelto, de cabello ondulado y perfil apolinio, seguido de la Muerte, una mujer orgullosa de despampanante figura.
Los cuatros parecen muy seguros de sí mismos.
Se nos olvidó decir que la Vida también es una mujer, pero, a diferencia de la Muerte, porta un rictus circunspecto y contradictorio. El Absurdo y el Suicidio son dos hombres. El primero, fornido y con expresión totalizadora en el brillo de unos jos penetrantes; el segundo se afana en una gentileza que traiciona el duro rictus de sus labios finos y el tormento reprimido que contiene el manantial de su cara.
Con sus amplias túnicas, los cuatros personajes, toman asientos con una aureola de magnificiencia de los que siempre se han sentido obedecidos por todos.
No parece haber prisas ni protocolos. Entran unos pajes en el gran salon de altisimos techos y sirven refrigerios. Comen en silencio. El mar los atiende desde lejos.
Se palpa en el ambiente un halo transcendental del que todos se quieren safar, pero, que, al mismo tiempo lo saben llevar con una estética perínclita que se nota en el movimieno de sus manos, en sus miradas, en el comun bienestar.
Despues de un larguisimo silencio que se ha deslizado en la deliciosa comida servida, el Suicidio llena unas copas de champan que se toman sin brindar. Un ocaso incipiente de policomas avenidas se filtra en la estancia, se antoja que cada cual conoce muy bien lo que va a pasar. La Vida toma la palabras:
-"Todos sabemos para que estamos aqui...."-
Hace una pausa dónde cada uno de ellos espera cualquier chispa encendida que pudiese delatar
-"...Ultimamente se han producido ciertos incidentes donde se han traspasados límites y acuerdos que fueron establecidos por cada uno de nosotros para que, cada cual, en su área, pudiese libremente trabajar. Por ejemplo, en la proporción que la existencia humana se ha ido complicando y deteriorando, el Absurdo ha ido cobrando terreno en las zonas que me pertenecen, y, a pesar de lo que se habló y se selló en la última reunión, dónde, según recuerdo, se acordó el respetar cada uno de nosotros su campo y terreno de acción, el Absurdo, como digo, cada vez, ha ido penetrando mas profundamente en todos mis paramatros. Ni que decir tiene, que, tras el Absurdo, ha llegado el Suicidio, aprovechando la magnifica oportunidad que se presentaba, y, claro, como no, la Muerte, como colofón"-
Alguien había llenado las copas de champán y bebieron de nuevo.
-"¿Puedes abrir las ventanas aun mas, por favor?"-
La voz del Suicidio era grave, mandatoria y, a la vez, sugeridora, persuasiva. La Muerte lo obedeció.
El Absurdo estaba apoltronado en un comodo sillón, y, sin forzar su dicción, como si empezara a molestarle aquella reunion, levantó su mano derecha y, en tono autoritario, exclamo:
"-Por favor, prosigamos; ¿quíen quiere responder?-"
Todas las miradas se posaron en él. Se percató del reto, y apretando los labios en signo de confianza, acepto lo que se le insinuaba tacitamente.
"-Esta bien...Vamos a ver. La Muerte ha dicho que yo, contra lo que quedó reglamentado en las leyes que se aprobaron para nuestra convivencia, entre en sus terrenos aprovechando la oportuna coyuntura del crescendo de las irracionalidades y tensiones de la existencia de los humanos; muy bien. Dicho y presentado de esa manera, hasta suena coherente, pero tan sólo a simple vista, claro. Porque aquí se le tendría que recordar a la Vida, mejor dicho, se le tendría que preguntar: ¿no estoy yo ya implicito en usted?. Es decir: ¿no está ya el Absurdo, aunque sea tan sólo en potencia, en la Vida misma?
Aquel hombrón hizo una brusca pausa como si hubiese estado esperando detenerse desde que comenzo a hablar, pico alguna comida de la exquisita de la mesa planata, bebió, se limpio delicadamente los labios, y con energias crecientes, prosiguio.
"-Vamos a ver, para aclararnos: ¿qué es la Vida, me refiero a la humana, claro, sino un Absurdo? Yo represento el coro central, mágico y abrupto de la existencia, y no entiendo cómo, siendo así, la Vida me quiere impedir que yo cruce sus límites cuando, en esencia, al nacer ella entre yo en el su mundo. Un humano dijo una vez por ahi que 'el mayor pecado del hombre era el haber nacido', pero se le olvido añadir, 'filogenéticamente'. Amigos mio, no nos engañemos, porque este esta siendo ultimamente el eje de todos nuestros conflictos: 'el mayor pecado del hombre es haber nacido filogenéticamente', no hay dudas; no a nivel individual, ontogenético, no; porque a éste nivel microscópico nada se puede hacer, tan solo continuar algo heredado y en lo cual no participamos. Se preguntaran ustedes ahora por el sentido de ese 'pecado'. Bien; aqui 'pecado' no hay que entenderlo en el sentido teologico de 'falta', sino bajo la semantica antropologica de 'error': el nacimiento del hombre fue una anomalia, un error, en definitiva: un Absurdo: Yo mismo. Yo soy la mente hiperdesarrollada y en contradicción consigo misma del hombre, esto, por los hechos de la historia de esos monos vestido, es evidente: un Absurdo, repito: Yo. Y, como tal, la Vida del hombre no me puede prohibir a mi que entre en sus areas por la sencilla razon de que yo vivo, de 'per se', en esas areas, en Ella, formo parte de Ella, lo que pasa es que, lo mismo que el ojo no puede verse a si mismo, Ella, a pesar de que formo parte consubstancial de su cuerpo, no me puede ver a mi...porque estoy, habito y palpio dentro de lla. En el pasado no se me notaba mucho, pero, con el transcurir historico del antropoide humano, con su Naufragio, que, dicho sea de paso, a estas alturas ya nadie lo puede negar, he ido creciendo y fortaleciendome...hasta el punto de que ahora la Vida me ve por todos lados penetrando y colandome en sus zonas como si eso fuese una falta mia y no como lo que es: que he llagado a ser inmanente a ella. Y, conmigo, claro, han llegado mis compañeros, el Suicidio, la Muerte, dos aspectos de la necrologia humana que aumenta increiblemente"-
Interviene el Suicidio dirigiendose al Absurdo:
"-Un momento. No he comprendido muy bien: ¿usted dice haber crecido en la Vida debido al incremento de la alienacion y monomanias en las criaturas humanas o ya estaba usted alli desde el origen cuando nos dijo eso de que el nacimiento del hombre habia sido usted, un Absurdo, una anomalia?
Replico el Absurdo:
"-Yo ya estaba incrustado el el programa del ADN de la Vida cuando surgio hace tres mil cuatrocientos millones de años-"
Salto incontenible la Vida.:
"-¡¡ Protesto !! ¡Eso es una solemne tonteria!...¡Eso es Absurdo...digno tan solo del Absurdo!
El Absurdo observaba la colera incontenible de la Vida con una sonrisa displiciente de superioridad como si contemplara la mas grande de las fragilidades defensivas. El Absurdo no se podia contener y contesto:
"-En tan solo unos cientos de millones de años ya estaba una ameba en marcha con un conjunto de letras (ACGT del codigo genetico) que ocupaban la capacidad de un listin telefonico de cualquier mediana ciudad. ¿Como fue esto posible en tan poco tiempo a partir de lo meramente organico?...¿No es esto el Absurdo 'par excellence'...al menos, claro, que "alguien", una tecnologia cosmica, por ejemplo, hubiese sembrado en una de las primeras semillas de la Vida, un extraño resorte evolutivo que en tan corto espacio de tiempo, a partir de la bateria basica, ya habia llenado toda una guia telefonica de las "letras" del genome que, por aquel entonces, componia la Vida.
La Vida soy Yo: un Absurdo. El estado natural, el que no me implica a mi, es la materia, lo inorganico, lo inerte: la raiz y matriz de todo el Universo. Porque al surgir la Vida surge el problema, la lucha por mantenerse vivo, y lucha es el tratar de reestablecer un equilibrio porque, obviamente, el equilibrio ha desaparecido al entrar la Vida. Y si ésta triunfa es a un alto costo, al costo de, al hacerse mas compleja en su desarrollo, comienza a cansar y los seres que la llevan empiezan a cansarse, no la pueden soportar, y parte del dia lo tienen que dedicar a descansar. ¿Por que creeis vosotros que los humanos dicen cuando alguien muere: 'descanse en paz', por que?
Entraba una brisa fresca, pero agradable.
Dos mujeres, el Alfa y el Omega, y dos hombres, el Sin-Sentido, y la Libertad, el Suicidio. Un cuarteto, un trébol, cuatro hojas de un mismo arbol creado por el cortex cerebral humano, y, al mismo tiempo, bucle sísifico de ribetes dialecticos, este mismo cortex creado por Ellos, por ese mismo cuarteto.
Donde terminaba la causa y donde empezaba el efecto de un ying-yang que enjugaba sus raciocinios en un serpetin donde la serpiente se mordia su propia cola sin saberlo.
Habia tension en la gran sala. Se sentia. Se palpaba. El Suicidio, con las manos entrelazadas, parecia ahora nervioso, y, sin pedir permiso, empezo a hablar dirigiendose a la Vida:
"-Yo ya ni creo en mi mismo. Yo no creo ni que existo. Lo unico que existe es usted, Vida, que es la que provoca y causa que exista Yo. Las gentes no se suicidarian si no estuviera usted en el mundo