Washington le da la espalda a las preocupaciones de seguridad de Rusia
Las consecuencias podrían ser nefastas:
Y esas consecuencias se basan en que, como dice Paul Craig Roberts, "el Kremlin ha llegado a la conclusión de que la posibilidad de una guerra nuclear es mayor si se permiten misiles nucleares estadounidenses en las fronteras de Rusia que si se actúa para hacer retroceder a la OTAN a las fronteras anteriores a 1997"
Paul Craig Roberts
Como informa Stephen Lendman, “El régimen de Biden rechaza las demandas de seguridad de Rusia”
https://stephenlendman.org/2022/01/11/biden-regime-rejects-russias-security-demands/
La mala noticia es que no puede haber relaciones normales y amistosas entre EE. UU. y Rusia por dos razones.
Una de las razones es que el presupuesto anual del complejo militar/de seguridad de EE. UU. es de 1 billón de dólares. Un presupuesto tan grande, y el poder que lo acompaña, requiere un gran enemigo. Rusia ha sido designada ese enemigo. Trabaja con el público y los académicos estadounidenses debido a la larga Guerra Fría con la Unión Soviética. Los estadounidenses están acostumbrados a ver a Rusia como el enemigo.
La otra razón es el compromiso de Washington con la hegemonía estadounidense. Los neoconservadores caracterizan a Estados Unidos como el país excepcional e indispensable que tiene derecho a la hegemonía.
Rusia, y también China, pero especialmente Rusia porque limita con el imperio europeo estadounidense, se considera una restricción a la hegemonía de Washington. Como Rusia es una restricción a la hegemonía de Washington, Washington está comprometido con la desestabilización de Rusia con sanciones, satanización, revoluciones de color, de hecho, por cualquier medio.
Las bases de misiles nucleares estadounidenses en las fronteras de Rusia son una forma de lograr la hegemonía sobre Rusia a través de la intimidación.
Debido a estos hechos, no es posible que Rusia negocie una solución al problema de seguridad.
Washington no quiere que Rusia esté segura. Ese es el quid de la cuestión.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia se ha engañado a sí mismo durante mucho tiempo, pensando erróneamente que una vez que los estadounidenses entendieran las buenas intenciones de Rusia, podrían establecerse relaciones normales. Este era -y es- un pensamiento desinformado, melancólico y poco realista.
Washington ha dejado a Rusia con dos opciones. Puede aceptar la hegemonía estadounidense o puede hacer retroceder a la OTAN de sus fronteras con la fuerza y la intimidación.
Creo que el Kremlin ha llegado a la conclusión de que la posibilidad de una guerra nuclear es mayor si se permiten misiles nucleares estadounidenses en las fronteras de Rusia que si se actúa para hacer retroceder a la OTAN a las fronteras anteriores a 1997.
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