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| (Cuadro del pintor polaco Zdzislaw Beksinski) Gentes sometidas al Control Mental Actual, CMA |
Pedro Baños, especialista en geoestratégia e inteligencia militar, ha publicado el libro El dominio mundial. Elementos del poder y claves geopolíticas, que es continuidad de su anterior trabajo, Así se domina el mundo. Desvelando las claves del poder mundial; en ambos se ratifica y se evidencia la estrategia del poder para controlar y mantener anestesiada a la ciudadanía.
(En 1975, "The Trilateral Commission" --los Ricos y Canallas que rigen la Dictadura Capitalista-- se reunió en Tokio y, como colofón de tal mitín, se publicó, "The Crisis of Democracy", en la cual se estipulaba que "la participación de las gentes en la toma de decisiones de los gobiernos constituía una amenaza para la democracia", y, que, consecuenemente, para salvarla, "la población tenía que ser reducida a la apatia", en otras palabras: la población tenia que ser anestesiada Y eso es exáctamente lo que han hecho)
Pedro Barrios reduce a 10 las estrategias centradas en la guerra comunicativa, utilizadas para dominar el mundo, en lo que define como "guerra comunicativa". Hay una guerra larvada, oculta entre las oligarquías política y económica contra la ciudadanía, todas las estrategias buscan tener dominada y controlada, sometida y despistada a la población.
Pedro Baños sostiene que los ciudadanos pecan de inocentes ante los poderes económicos, políticos y mediaticos que están aliados para imponer un orden que sólo les conviene a ellos. Así consiguen neutralizar rebeldía y disidencia, con guerras de manipulación que no lo son propiamente pero sí una manipulación basada en el discurso.
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La primera herramienta de control mental y social, consiste en desviar la atención del público de los problemas realmente importantes, de las decisiones que toman las elites y afectan directamente a la gente. ¿De qué forma?. Empleando un bombardeo constante y sistemático de distracciones, inundándonos continuamente con informaciones irrelevantes, al tiempo que intentan evitar que la gente se interese por lo importante, por ejemplo con el deporte como arma de distracción masiva. Una final Barça-Madrid o del campeonato del mundo lo eclipsa todo.
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Otra forma de control es crear problemas para después ofrecer soluciones. Así, la reciente crisis económica provocada por especuladores, los fondos buitre, se habría solucionado sancionando y regulando esa economía especulativa en la que el dinero pasa virtualmente de manos, para no mezclarse nunca con la economía productiva, la que produce realmente bienes y servicios. Lo denuncia Naomi Klein, periodista y activista canadiense, muy crítica con la globalización y el capitalismo en La doctrina del shock.
Es decir se podría haber solventado con una necesaria reforma del capitalismo. En lugar de hacerlo, se aprovechó para provocar un estado de shock y colar a la ciudadanía un brutal retroceso en los derechos laborales (¿recuerdan la reforma del PP?) y en el desmantelamiento del Estado del Bienestar (recortes sociales generalizados) mediante el discurso de que lo que pasó fue culpa de los ciudadanos porque, como todos saben, habían vivido "por encima de sus posibilidades".
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Diferir el beneficio es otra estrategia. Los ciudadanos aceptan situaciones sociales injustas, otra vez con el anuncio de la necesidad de un sacrificio doloroso y necesario en el momento para que vaya mejor en el futuro a todos. Mediante el discurso adecuado se invoca el sentimiento de responsabilidad quizás incluso hacia las nuevas generaciones y se presenta una decisión impopular con la promesa de que cuando las cosas mejoren se revertirá. ¿Y quién debe hacerlo? Casualmente y como siempre, la clase media y baja, después pasa el tiempo, esa mejora prometida nunca llega y la ciudadanía ya está resignada y acostumbrada a unas formas de vida mucho más injustas que las anteriores.
Todo esto no lo denuncia un revolucionario, no es un panfleto de extrema izquierda, lo dice un estratega militar, un experto en geoestrategia.
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Otra arma de manipulación masiva es la gradualidad, también basada en el discurso para bloquear la posibilidad de que la gente salga a la calle a luchar por sus derechos, se imponen medidas radicales e inaceptables pero siempre con cuentagotas, gradualmente. El ejemplo del politólogo francés Timsit: frente al estado del bienestar haremos lo siguiente pero por fases, eso sí dejando claro que el liberalismo económico es la única opción posible y viable, reducir los impuestos a las rentas más altas (PP, Ciudadanos, Vox) y recortar brutalmente los servicios públicos de educación y sanidad.
Y claro, si hay desinversión del estado esos servicios funcionan cada vez peor y por tanto lo que se propone es privatizarlos. ¿Curioso, eh?. Luego, se aplican reformas laborales que reducen los derechos de los trabajadores a mínimos históricos y con esa reducción el trabajo se hace precario y el paro, masivo. A continuación, el mercado ofrece salarios y condiciones indecentes que la gente se ve obligada (hipotecas, paro) a aceptar por miedo. Si todo se habría aplicado de golpe, la ciudadanía habría reaccionado pero a lo largo de un tiempo el ciudadano lo tolera mansamente.
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Tratar a la audiencia como si fuesen niños Mecanismo fundamental, adoptar un tono pueril, superficial, un lenguaje cuanto más simple, mejor. Y transmitir mensajes cada vez más básicos. La teoría del empobrecimiento del lenguaje conlleva el empobrecimiento del pensamiento, como Orwell planteaba en su antiutópica novela 1984. ¿Objetivo?. Que la ciudadanía pierda sentido crítico en una infantilización progresiva.
Los mensajes de los dueños de televisión: tratar a la audiencia como si fuera tonta y Tele5 se lleva la palma. La deliberada intención es tener a todos atontados y evitar la rebeldía que el poder no quiere. Hay que desconfiar, tener siempre espíritu crítico, intentar tener mucha información, estudiar, intentar saber, ser ciudadanos formados.
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Utilizar siempre la emoción, nunca la reflexión es otra de las armas de manipulación masiva. Las emociones cortocircuitan el análisis racional, afectan de manera grave al sentido crítico de los individuos, manipulando emociones de manera conveniente. El poder implanta en las personas, a través de discursos adecuados, ideas, deseos, miedos, temores e incluso inducir determinados comportamientos
Timsit, el politólogo francés, explica que el discurso del pensamiento positivo de la autoayuda induce un optimismo superficial que facilita la despreocupación y pretende en realidad el consumismo. Es decir, se puede conseguir todo, desde el mejor trabajo de tu vida y hacerte multimillonario hasta curarse un cáncer, todo está en tus manos y es una manera de evitar la lucha colectiva pues tú sólo puedes lograrlo.
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Mantener al público en la ignorancia. En palabras de Timsit, las elites consiguen y obtienen mano de obra barata entre las clases populares siempre previamente asegurándose de que no posean una buena educación. La premisa es que si la educación y los contenidos mediáticos son tan pobres y mediocres como sea posible (acordémonos de los dueños de las plataformas mediáticas: como a tontos, como a tontos"), la gente humilde nunca accederá al saber, y desde esa ignorancia aceptará como natural la desigualdad social en la que vive, mantenerle en la ignorancia, para que acepten condiciones indignas y ni se lo planteen.
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Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad. Promover entre la gente el desprecio hacia lo intelectual, hacia un pensamiento profundo, hacer que la gente identifique el estilo de vida moderno con la admiración de gente sin talento, rendir culto al cuerpo, ser insolidario y pasar de todo, seguir esos programas televisivos que encumbran la estupidez manifiesta, la vulgaridad y la incultura termina creando una ciudadanía banalizada, desenfocada y lo mejor para el poder inactiva, individualista, y en definitiva complaciente y escasamente crítica con los intereses de las oligarquías económicas. Tener medios de comunicación que solo dan un contenido estúpido (Sálvame, Sábado de luxe), es un plan, no es gratis, no es porque sí, es porque así nos tienen atontados. La máxima rebeldía es formarse y tener opinión.
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Reforzar la autoculpabilidad. Hay que hacer creer que la culpa es de uno mismo, la culpa de la crisis es nuestra por meternos en hipotecas, que no nos convenían, mediante discursos mediáticos hay que hacer creer al ciudadano que el único culpable de su desgracia es el mismo, por su falta de inteligencia, por no esforzarse lo suficiente, por no estar suficientemente cualificado, por incapaz. Así, quien se encuentre en situación social o económica manifiestamente injusta no se rebela contra esa injusticia que le oprime, se culpa a sí mismo y no al sistema, lo que beneficia al poder. Consecuencia: personas dóciles que al creer ser culpables aceptan su situación y no se les ocurre organizarse con otras para luchar por un cambio social. Culpar al ciudadano tiene muchos réditos y esa estrategia de manipulación tiene a clase media y trabajadores desactivados.
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La décima regla es según Baños, Timsit y Chomsky, conocer al individuo mejor que él mismo. La ciencia neurológica, psicológica y sociológica ha avanzado de forma increíble, cada vez tiene un conocimiento más profundo de la conducta humana y el poder lo aprovecha en beneficio propio para perpetuarse. El sistema conoce al individuo de modo absoluto, como nunca en la historia con la apoteosis de las redes sociales, Google, Facebook o Twitter tienen toda la información que generamos y les regalamos. Ni la CIA, el KGB o el Mossad en el mejor sus sueños podrían haber soñado con poder recabar tanta información y pueden manipular desde la consulta del brexit a la elección de Trump en Estados Unidos. Nada sospechoso de panfletario, Pedro Baños afirma que con esa guerra comunicativa el poder ha invadido y conquistado nuestro cerebro.
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Felicitémos a la "Trilateral Commission"
representada en el presente
Nuevo Orden Mundial:
las gentes ya no constituyen
una amenaza para la democracia:
las gentes estan siendo
plenamente cloroformizadas
Felicitémoslos,
son geniales en sus cometidos:
