que, con su primigenia inteligencia,
hace que nos mofemos de nosotros mismos (fenómeno único en todo el Universo dónde no hay ningún ser que se ría de él mismo), algo inmanente para mantener la salud en este Manicomio. Este extrañísimo ser -el sapiens- vive en un perenne e hilarante Reductio ad Absurdum también sin parangón en todo el Universo, que es, precisamente, a lo que apunta y denuncia Mota. Por eso es el cura médico, el médico que cura. Y lo mismo que un loco no se puede diagnosticar a sí mismo, tampoco nosotros podemos hacerlo...al menos que no nos apliquemos esa profiláxsis motatera y nos ríamos de nuestras himaláyicas ridiculeces y aporías. Porque no tenemos dudas: nada hay en el entero Universo parecido a nosotros. Y lo sabemos. Por eso vivimos en esta Soledad Cósmica...de lo contrario nunca hubiésemos podido producir a un Mota.