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POST DATA
--En Enero de 1965
llegamos al kibutz Dvir,
en el Neguev.
Levabamos una guitarra para Perla,
una cubana de nostálgias pasadas.
"¿Eifo Guedalia?",
nos dijeron que teníamos que preguntar.
Guedalia era un cubano
--también con las mismas
tropicales nostálgias--
encargado de ubicar a los "voluntarios" que llegaban.
Nos escapabamos del campo de concentración
que habían levantado los canallas del 39;
eramos jóvenes; el viento nos llevaba.
Hava, nagila hava,
nagila ve-nis'mecha...
Cantabamos en el comedor,
con las manos cogidas,
en circulos que rotaban
sobre contentos y risas.
¡Que bien el no saber
o el no querer saber!
Era antes del zarpazo del 67.
El kibutz Lahav,
a cuatro kilómetros al Este,
era la frontera con Jordania.
Guedalia nos llevaba en una "agalá",
remolque en un tractor,
a mirar con prismáticos
a los árabes del otro lado:
si, a los árabes del otro lado.
Aún no había comenzado
la expansión dictada por Washington.
Mientras, nosotros, en el comedor,
con las manos cogidas,
en círculos que rotaban
sobre contentos y risas,
seguíamos cantando:
Uru achim,
uru achim belev same'ach
Aún al pueblo elegido
la Providencia no le había
señalado su destino.
--Verano de 1968
Estuvimos en un Summer Camp
en el Este de los USAdores
y después en Berkeley.
Y ya que estabamos en el Pacífico,
nos dijimos, pues hagamos lo mismo
que Juan Sebastian Elcano.
Y comprobamos que le tierra es redonda
...pero el dinero no;
y cuándo se nos acabó
tuvimos que repostar en Dvir.
Pero como había que regresar
al Campo de Concentracion Español, CCE,
tuvimos que trabajar.
porque el kibutz no paga...
Ya el Hava, nagila hava,
nagila ve-nis'mecha...
no sonaba lo mismo;
había sangre en las azoteas
y eclípses en las ventanas
que no cierran...
pero todo se hacía en propia defensa,
Jerusalen se tuvo que conquistar
metro a metro, puerta por puerta,
y esto deja traumas y almas con grietas.
(David, cubano de sagacidad tropical,
delegado del partido político Mapam,
nos contaba, con risa del Hava, nagila hava,
como ametrallaban los aviones judíos
a los soldados egipcios que corrían
en calzoncillos por el Sinaí y Ja,ja,ja...
Fue entónces cuándo el nagila hava
comenzó a desafinar)
Un amigo, bien conectado
con el antiguo Hava, nagila hava,
trabajaba en Arad
y nos consiguió un trabajo
de guardia en un sondeo
que se llevaba a cabo cerca de Masada.
Y asi, con el ahorro de liras
que nos proporcionó el ser guardia
pudimos regresar al CCE.
--En 1973, en Octubre,
dictada por Washington,
llegó la guerra de Yom Kipur.
Y nos dijimos:
tenemos que ayudar
a los del Uru achim,
uru achim belev same'ach...
(seguramente que aún me quedarían
ciertas notas afinadas de la canción)
Y abordamos un avión
y asi llegamos al aeropuerto de Tel-Aviv.
El aeropueto estaba a oscuras.
Dije que venía a ayudar
a mis compañeros de Dvir,
que se pusieran en comunicación con ellos,
pues éste sería mi mejor visado de entrada.
Nada.
En poco tiempo,
encañonado por una Uzi,
me metieron, en 1ª clase,
en el mismo avión que nos trajo.
(La única vez en mi vida
que he volado en primera clase;
ironías y paradojas componen
la hoja de ruta del existencial pasaje)
--Enero, 1975
A estas alturas el Hava, nagila hava,
estaba totalmente desafinado.
Pero el ortega-gassetiano
del yo soy yo y mis circunstancias
impone siempre sus parámetros
y dictums sin que podamos hacer nada.
Y otra vez llegamos a Dvir
dónde ya habían cambiado las cosas,
esas mariposas que disecadas
a pesar de todo vuelan
sin reconocer sus alas...
Después el Moshad Neviot
Junto al mar Rojo.
Al otro lado las montañas rojas de Arabia Saudí.
En una casa de pescadores, abandonada.
A treinta metros de dónde el mar rompía
sus lágrimas y sonatas llegaban
las insinuantes olas...Inolvidable.
Hoy en día aquello es un complejo turístico
de Egipto que ha perdido su alma. Como todo.
Alli, en el comedor del Moshah,
recibimos la noticia
de que había muerto el Terrorista del Ferrol.
Murieron y comenzaron a vivir muchas cosas.
De vuelta al aún CCE,
la vida, esa vela
del "awe inspiring mystery”
que nos lleva y nos empuja,
nos llevaría a los USAdores.
Ya hace cinco años que estamos
en ésta España machadoniana
que nos hiela el corazón.
Todo es, visto desde la atalaya del tiempo,
biografía ajena, historia de otro,
espejismo calculado, sentido roto.
Como decía el físico Stephen Hawking:
No es solamente que Dios
juega a tirar los dados...
¡es que no sabemos dónde los tira!