Los hombres tienen mujeres
Uno de sus tantos biógrafos, el cubano Aldo Isidrón, describe la incapacidad musical del Che de la siguiente manera: "(...) No es capaz de identificar siquiera un tango".
María del Carmen "Chichina" Ferreyra conoce a Ernesto en el liceo. La relación se extiende en el tiempo y se desarrolla en su plenitud a mediados de 1950, cuando el joven Guevara ya ha ingresado a la Facultad de Medicina. Los jóvenes se enamoran apenas se conocen y con una intensidad desmedida.
María del Carmen pertenece a una de las familias que forman parte de la entonces poderosa y elitista "oligarquía terrateniente argentina". La casa que habita con sus padres en la provincia argentina de Córdoba "La Malagueña", es conocida como "El castillo Ferreyra", en alusión directa a lo suntuoso de la edificación.
El Che y su familia han dejado de pertenecer, en muchos aspectos, a las clases privilegiadas, el que resalta más socialmente es el económico. Ernesto, con una apariencia permanente de suciedad --en esa época, sus compañeros ya le habían apodado "El Chancho", por su marcado desprecio por el jabón y el agua--, no aportó nada de sí para que los padres de "Chichina" lo aceptaran como pretendiente de su hija.
El Che vestía por entonces una camisa de nylon que lavaba una vez por semana, a la que llamaba "la semanera". El joven no se quitaba la prenda de vestir para higienizarse, se duchaba, cuando lo hacía, con la camisa puesta. Es inevitable relacionar el comienzo de la enfermedad del Che con su desprecio absoluto por el baño. Su primer ataque serio de asma lo tuvo después de un chapuzón en las heladas aguas del Río de la Plata. Sin embargo, Ernesto dejaba boquiabiertos a los Ferreyra cuando, con una soltura envidiable y una seguridad asombrosa, disertaba, con tono irónico, sobre literatura, historia y filosofía.
De todas maneras, el llamado de las obligaciones estudiantiles en Buenos Aires servían como bálsamo que aplacaba las tensiones que se iban acumulando desde el momento en que Ernesto pisaba "La Malagueña".
En Buenos Aires lo esperaba siempre su inseparable amiga Tita Infante, con quien compartía sus descubrimientos literarios y búsquedas filosóficas. La hermana del Che, Ana María, asegura que Tita estaba profundamente enamorada de su hermano Ernesto.
Pero no hay referencias ciertas que puedan atestiguar que entre los jóvenes haya existido una relación amorosa.
A fines de 1950 el joven Guevara consigue trabajo como enfermero en la Marina Mercante. En cargueros y petroleros de bandera argentina viajará a diferentes puntos de América del Sur y el Caribe. Sus estudios y su trabajo le dejan poco tiempo para encontrarse con María del Carmen, a quien un día de 1951 propone matrimonio y una aventura por América del Sur. La presión que los padres ejercen sobre "Chichina" impiden la unión.
La relación toca a su fin cuando María del Carmen, desde Miramar, una ciudad balnearia del litoral atlántico argentino, donde la joven toma sus vacaciones, instigada por su madre, envía una carta a Ernesto informándole su decisión de terminar con el noviazgo. Guevara recibe la noticia en la ciudad de Bariloche cuando ya había emprendido, junto con su amigo Alberto Granado, su primer gran viaje por América. Granado relatará años después a María del Carmen, la reacción que tuvo el Che al recibir la noticia, y que durante todos los años que Ernesto estuvo a su lado, nunca lo había visto tan conmocionado.
En Perú, Ernesto vive la primera aventura amorosa de su primer viaje por Sudamérica. Se trata de Zoraida Boluarte, asistente de Hugo Pesce, un eminente médico de ideas marxistas que se dedica a la investigación de la lepra y que ordena alojamiento para Guevara y Granado en un leprosario dirigido por monjas salesianas.
El Che regresa a Buenos Aires en 1952, después de ocho meses de aventuras, y realiza lo que sería su última visita a María del Carmen Ferreyra en la finca cordobesa "La Malagueña". Ernesto le ofrece matrimonio a la joven y es rechazado por segunda vez.
En 1953 se publica la investigación que Ernesto Guevara realiza juntamente con el doctor Pisani sobre alergias. En el centro de investigación conoce a la joven Liria Bocciolesi. No existen referencias exactas que indiquen un romance entre el Che y la joven.
Un ataque de asma sorprende a Ernesto Guevara en el momento de su arribo a Guatemala durante su segundo viaje por Latinoamérica ocurrido en 1953. Ese pequeño país centroamericano, gobernado por el coronel nacionalista Jacobo Arbenz, de tendencia liberal, soporta, a la hora de la visita del Che, una presión incesante por parte de los Estados Unidos, que en los albores de la guerra fría estaba empecinado en detener cualquier experiencia socialdemócrata, sea cual fuere la magnitud que ésta alcanzara y, especialmente, si se trataba de un país que formaba parte del grupo exclusivo de vecinos cercanos a su frontera.
(Digamos, afuera de libretto, que fue en Guatemala, cuando la CIA derrocó a Arbenz, en 1954, que la primera real luz antiimperialista llegó al prisma óptico del espectrum del Che y se descompuso en los siete colores que llevaría despues. Lo mismo que el 'Bogotazo' de 1947 ocurrió con Fidel. Por eso, cuándo --más tarde-- se encontraron en México, colocaron los dos prismas ópticos uno junto al otro y se produjo el arcoiris del Granma hacia la liberación de Cuba)
Hilda Gadea, exiliada de origen peruano y militante del APRA, trabaja en el Instituto de Fomento a la Producción, un organismo del Estado guatemalteco que apoya económicamente a los pequeños productores agrarios. La futura primera esposa del Che es, en comparación con María del Carmen "Chichina" Ferreyra, primer amor de Guevara, la cara opuesta de la moneda.
Gadea es de baja estatura, lleva en su sangre rastros indios, su tez es oscura y tiene los ojos achinados. La joven peruana está unida al Che por una profunda identificación intelectual. Los dos aman la poesía. Comparten entre otros a León Felipe y a Walt Whitman. Hilda, gran conocedora de lo más representativo de las numerosas colectividades de exiliados en Guatemala, será quien presente a Ernesto en los grupos de intelectuales cubanos dedicados a la discusión política y la planificación del derrocamiento del dictador Fulgencio Batista, a cargo, por ese entonces, del gobierno de Cuba.
El 27 de junio de 1954 el coronel Arbenz renuncia y solicita asilo político en la embajada de México. Nadie supo bien por qué, pero después de un breve período de gobierno de transición en el cual los militares que le piden la renuncia a Arbenz se hacen cargo del gobierno, los rebeldes, encabezados por el coronel Castillo Armas al mando de una reducida fuerza compuesta en su mayoría de mercenarios, terminaron apoderándose de Guatemala. Ernesto Guevara vivirá a partir de ese momento en la sede de la delegación diplomática Argentina.
Hilda Gadea, detenida por la policía y confinada en una cárcel para mujeres, es sometida a un interrogatorio donde se le pregunta por la suerte corrida por un joven médico argentino de apellido Guevara. Poco tiempo antes de la detención, Ernesto le proponía matrimonio a una Hilda que planteaba sus dudas sobre la conveniencia de una unión en las circunstancias por las que atravesaban y deja pendiente una respuesta definitiva.
Un día después de la renuncia de Arbenz, Hilda Gadea es puesta en libertad y acompaña a Ernesto en el tren que lo conduce a la frontera. En el viaje, el Che promete a la joven esperarla en México.
En el Distrito Federal mexicano, Ernesto alquila un pequeño departamento en el que recibirá a la reciente deportada por las autoridades guatemaltecas Hilda Gadea. Luego, la mujer se instalará en el Hotel Roma, donde Guevara le ofrecerá matrimonio por segunda vez. Hilda le contesta que todavía no ha llegado el momento de tomar esa determinación.
Ernesto se disgusta ante la respuesta negativa de la joven y pone fin a la relación. Un período de soledad transcurre en la vida del joven médico argentino hasta que ocurre la reconciliación con Hilda, quien, por ese tiempo, se ha mudado con su amiga venezolana Lucía Velázquez, a un departamento de la calle Pachuca. El Che comienza a visitarlas asiduamente.
En Tepotzotlán, el 18 de agosto de 1955 se celebra el matrimonio Guevara-Gadea. Esta vez no hubo ofrecimiento de casamiento por parte del Che. Numerosos documentos indican que el joven decide casarse cuando su novia Hilda le informa sobre la futura llegada de su hija. En tal sentido, Jorge G. Castañeda hace referencia , en su libro "La vida en rojo, una biografía del Che Guevara", al testimonio aportado en tal sentido por un funcionario soviético que entabló una profunda relación de amistad con el Che. Castañeda escribe: "(...) Oleg Daroussenkov recuerda una conversación con Guevara en Murmansk, a principio de los años setenta. Al término de varios tragos de vodka para combatir el frío del Artico, el Che confesó que se había casado porque Hilda estaba esperando un hijo. Se había tomado demasiados tequilas, lo cual lo condujo a un gesto absurdo de caballerosidad".
La unión matrimonial Guevara-Gadea se formalizará sólo en el aspecto civil. Ernesto abandona su camilla del Hospital General, donde trabajaba de día y descansaba por las noches, tapado por un saco de dormir, y se muda junto con su esposa Hilda a un departamento sobre la calle Rhin. En una carta a los padres de su esposa, el Che pide disculpas por no tener intenciones de realizar un casamiento religioso; en su corta explicación Ernesto argumenta: "(...) Siento mucho decirles que nuestras convicciones políticas y religiosas nos impiden contraer matrimonio que no sea civil". Por otro lado aclara que "lo del hijo está absolutamente confirmado".
El viaje de bodas, tantas veces planificado por Hilda y tantas veces postergado por Ernesto, tuvo lugar en noviembre de 1955. La elección del lugar a visitar es una imagen de la vida misma del Che, la pareja decide recorrer sin rumbo fijo el sur de México en busca de restos de la civilización Maya. La humedad de la selva produce estragos en los pulmones de Ernesto. Los ataques de asma se suceden con mayor frecuencia e intensidad hasta postrarlo. Continúan el viaje hasta Veracruz y desde allí emprenden el regreso en barco hasta el DF mexicano.
A las siete de la tarde del 15 de febrero del 1956 nace Hilda Beatriz, hija del matrimonio Guevara. La llegada de la niña produce un poco de tranquilidad en la ya desgastada convivencia de la pareja. Ernesto comienza a sentirse atrapado por la situación, no porque no sienta afecto por Hilda, sino porque el camino y la aventura lo siguen llamando.
En 1956 Guevara es detenido por la policía mexicana en el rancho "Santa Rosa", ubicado en las afueras del Distrito Federal, lugar éste que funcionaba como base de entrenamiento de los revolucionarios cubanos que preparaban la expedición a Cuba. Su mujer, Hilda, y la pequeña hija del matrimonio, son arrestadas horas antes. Ernesto había mantenido en secreto sus actividades revolucionarias a sus padres.
Ante la inminencia de los hechos, relata en una carta sus actividades y la situación por la que atraviesa su pareja. En este escrito Ernesto menciona su decisión de correr la misma suerte que les toque a sus compañeros de cautiverio y, por otro lado, confirma la separación de Hilda, que regresará a Perú, en cuanto salga de prisión, en compañía de su hija Hilda Beatriz. El matrimonio ha durado menos de un año.
Sin embargo, Hilda Gadea transmite otra visión de la separación. Cuenta la mujer, que el Che dejó un final abierto al partir hacia Cuba con el grupo expedicionario liderado por Fidel Castro. Ernesto habría dejado la posibilidad de un reencuentro condicionado a su regreso de la expedición a la isla.
Después de Hilda, el Che se ha dedicado al estudio y la organización de la expedición a Cuba. La invasión ha sido un éxito y el destino lo ha convertido en un experimentado guerrillero que con el grado de comandante dirige la 4ª columna del Ejército Rebelde. Por estos tiempos, el Che decide formar una nueva pareja. La elegida es una campesina mulata de 18 años de nombre Zoila Rodríguez, hija de un herrero, quien ya es madre de una pequeña niña.
La relación no durará mucho, apenas unos cuantos meses, pero alcanza como para que la muchacha se mude al campamento donde vivía el jefe guerrillero, y comparta una casita con él. La joven le brindará a Guevara conocimientos que él jamás hubiese podido aprender por su propia mano. El Che descubre el poder de curación de ciertas plantas que crecen en la selva, como las que cortan las hemorragias y se asimila aún más a la forma cultural de aquel pueblo abandonado a su suerte en el medio de la Sierra Maestra, en un pequeño país llamado Cuba. Antes de partir hacia la provincia de Las Villas, en las sierras del Escambray, donde Fidel lo envía con la columna 8 "Ciro Redondo" del Ejército Rebelde, Guevara se despide de la muchacha, terminando así, sin decirlo, con la relación.
Un hecho fortuito hace que Ernesto Guevara conociera, en 1958, a su segunda esposa, su última relación amorosa conocida y con quien estaría ligado afectivamente hasta el final de sus días. La joven cubana sería con el tiempo la madre de cuatro de los cinco hijos que tuvo el guerrillero. Aleida March Torres, con sus 22 años recién cumplidos, y acompañada de otros dirigentes revolucionarios, arriba a la base de Pedrero cumpliendo con una misión que incumbía a las finanzas del 26 de Julio. Se le informa que es buscada por la policía en Santa Clara, donde actuaba clandestinamente para la revolución y se le ordena permanecer en la sierra, donde al poco tiempo conocería a su futuro esposo.
No hay información sobre la forma en que Aleida y el Che entablaron relación. Pero sí existen testimonios sobre los días posteriores al encuentro. Alberto Castellanos cuenta que de regreso de una misión, se encontró con una hermosa muchacha, de la cual todos decían que era una combatiente revolucionaria muy valiente que luchaba desde la clandestinidad en la provincia de Las Villas. Castellanos, que formaba parte de la custodia personal del Che, asegura que Guevara y March se enamoraron inmediatamente, ya que cuando él se acercó a la muchacha y le lanzó un piropo, el Che lo miró con tal cara de comérselo crudo, que Castellanos cuenta haber pensado: "Sal de ahí, Alberto, que nada tienes que hacer".
Contrariamente, Harry Villegas asegura que: "Ese amor no surgió superficialmente como algunos piensan, no fue que se vieron y se enamoraron enseguida, no fue amor platónico o a primera vista, sino que surgió con el desarrollo de la lucha". En diciembre de 1958 Ernesto Guevara y Aleida March Torres vivían como una pareja estable.
En poco tiempo, Aleida se convirtió en asistente, amiga fiel y esposa del Che. Compartirían los últimos meses de la guerra en Cuba antes del triunfo revolucionario y entrarían juntos a La Habana el día de la victoria rebelde. Pepe Aguilar, amigo de la infancia de Ernesto Guevara que mantuvo una fuerte relación con el guerrillero argentino hasta su muerte, describió cierto clima hostil que descubrió en la relación de la pareja: "Era difícil llevarse con ella, además era terriblemente celosa de todos los que habían sido cercanos al Che antes de conocerla".
La revolución ha triunfado. El primero en arribar a La Habana es Camilo Cienfuegos, el 3 de enero de 1959. A las cinco y cuarto de la tarde Guevara, casi desapercibido por la población, ingresa a la ciudad sin necesidad de combatir el día 4 en horas de la madrugada acompañado por su fiel asistente y futura esposa Aleida March Torres, con quien se mudará a una casa ubicada en el complejo militar de La Cabaña. Atacado por una enfermedad pulmonar el Che descansará en la ciudad costera de Tarará, ubicada a unos kilómetros de La Habana, en compañía de Aleida, hasta su recuperación.
La pareja abandonará el lugar en los primeros días de abril y se mudan al barrio de Los Cocos, en la capital cubana, sobre la calle Rafael Cortés 45.119 donde también pernoctarán los integrantes de su escolta personal, entre ellos el inseparable Alberto Castellanos. El 22 de mayo, Guevara toma conocimiento de la sentencia favorable de divorcio que lo separa definitivamente de Hilda Gadea y el 2 de junio contrae matrimonio con su concubina Aleida March Torres, quien con el tiempo le brindará cuatro hijos.
El 19 de marzo de 1964, de su relación con Lidia Rosa López, nace el único hijo extramatrimonial que se conoce del Che, Omar Pérez, lo que pone al descubierto la existencia una pareja clandestina, paralela a su matrimonio con Aleida March.
Después de la retirada del Congo, el Che, oculto en la cancillería cubana en Dar Es Salaam, le concederá unos días de descanso a su cuerpo, que en una balanza ha denunciado la exigua marca de 50 kilos. Guevara necesita recuperarse de las heridas físicas y espirituales; la depresión y el paludismo han hecho estragos en su cuerpo. Apenas recuperado, el médico argentino se trasladará a Praga, desde donde planificará su futuro accionar guerrillero, que funcionará como la mejor medicina para curar todas sus enfermedades.
En la capital checoslovaca es donde habría nacido una relación amorosa entre Guevara y Tamara Bunke, "Tania", la traductora argentino-alemana que el Che conociera en su visita a Berlín, durante su primera gira por los países socialistas.
Una versión del entorno de Guevara aseguró en su momento que Ernesto y Aleida March mantuvieron una fuerte discusión a la vuelta de éste de Praga debido a la asiduidad de los encuentros entre el guerrillero argentino y Tamara, quien moriría ametrallada en Bolivia, al cruzar un río, durante la campaña emprendida por el Che en el país sudamericano.