Dedicado a la profesora Ángeles Diez
y a este perseverante digital,
que con clarividente precocidad nos enseñaron
a descubrir, entre tanta maraña política,
a estafadores ideológicos
como Juan Carlos Monedero.
Sé que no luce bien utilizar determinados calificativos en el debate político. No lo hago nunca. Me desagrada porque la lucha ideológica debe estar siempre presidida por los argumentos. Pero hoy quiero romper esa regla. Me lo pide el cuerpo. Lo siento. Este tío no es más que un papafrita, un pijo del tres al cuarto que presume de ilustrado, que está jugando como un niño con una pelota a "hacer política".
Lo peligroso de que a estos idiotas se los deje subir a un púlpito a soltar sus soflamas es que, al no existir otro púlpito desde donde se le pueda combatir ideológicamente, sus irresponsables gilipolleces, sus necios divertimentos pueden llegar a convertirse en peligrosos . No para él, que al fin y al cabo no es más que un mero peoncillo sin tino de quienes controlan los hilos de la difusión mediática en España, sino para los miles de personas que han creído, y aún creen, que con estos tahúres de medio pelo es posible llegar a alguna parte.
Me estoy refiriendo, claro, a las declaraciones formuladas por Juan Carlos Monedero - el clarividente "ideólogo" de Podemos - a los socialdemócratas edulcorados del Huffington Post. Monedero manifestó, con aires de hombre que se lo sabe casi todo, que "el artículo 155 de la Constitución había que aplicarlo en Catalunya porque los independentistas se habían vuelto locos".
Y para mantenerse aparentemente equidistante de unos y otros, Juan Carlos Monedero añadió, igualmente, que Rajoy había realizado una “aplicación inconstitucional” del citado artículo. Agregó, además, que personalmente "no está, hoy por hoy, a favor siquiera de un referéndum pactado" sobre la independencia Catalunya, ya que, en su opinión, podría ocurrir algo similar a lo que ha sucedido en la Gran Bretaña con el Brexit, donde después de la consulta hubo muchos ciudadanos británicos que se arrepintieron de haberlo votado. O sea: ¿cómo evitar que los pueblos puedan equivocarse? Pues muy fácil. La receta que nos ofrece este "gramsciólogo" de pacotilla es expeditiva: evitando que estos tengan la posibilidad de votar. Y el tío se quedó tan pancho.
Quien en tantas ocasiones ha denunciando la naturaleza corrupta del PSOE y el compromiso de éste con el sistema monárquico, ahora ha llegado a la sabia conclusión de que la mejor combinación para después del 21 de diciembre debe ser un pacto entre los llamados "comunes" - es decir, la sección podemita en Catalunya - y los socialistas del inefable Iceta.
Para más coña marinera, esta mañana las pavadas de este idiota terminaron cortándome la digestión del desayuno. Mientras me dirigía en el coche hacia el trabajo pude constatar la alegría que experimentaban los sempiternos tertulianos adictos del Régimen. "¡Hasta Juan Carlos Monedero ha reconocido la oportunidad de la aplicación del 155!", eyaculaban sin reparos los muy cabroncetes.
Ni que decir tiene que la de Monedero no ha sido más que una últimísima maniobrilla, previamente concertada con los editores del Huffington, destinada a tratar de recuperar el electorado que según las encuestas - el único leit motiv que domina la actuación política podemita - han perdido con sus precedentes chalaneos entre un fantasmagórico referéndum pactado con Rajoy y un abstracto derecho a la autodeterminación del pueblo catalán.
Pero comprendo que no se fíen ustedes de mis iras furibundas. Por eso les sugiero que entren ustedes al vídeo, y vean y oigan por sí mismos las confesiones de este imbécil incurable a su coleguilla friqui del Huffington Post. Y si no sienten nada, ni un solo rertortijón en lo más profundo de sus intestinos, por favor, no me vuelvan a leer. Yo no soy de los suyos.
ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL